Wrestlemania 31: Sting y el fin de la Invasión
Wrestlemania X-Seven marcaría el inicio de uno de los ángulos más polémicos en la historia de la WWE. La lucha que sostuvieron Shane y Vince fue el puntapié inicial de una rivalidad que los enfrentaría durante buena fracción de 2001.
Una semana antes del magno evento, el 26 de marzo, Vince sorpresivamente abría los fuegos del que sería el último Monday Night Nitro, sellando el fin de una guerra que marcó la segunda parte de los noventa y que, cabe destacar, tuvo muy a mal traer a la por entonces WWF. Por cosas como éstas, el ángulo prometía ser extraordinario.
El primer paso lo daría Shane O’Mac, quien no se conformaba con haber ganado en Wrestlemania y preparaba una invasión con los luchadores de la empresa que recientemente había adquirido, la WCW, para acabar a su padre. Un objetivo que poco después sumaría a su hermana, Stephanie, que a su vez se adueñó de la compañía violenta por excelencia: la ECW.
Así nacía el feudo que enfrentaba a las más grandes compañías de wrestling. Un feudo tan amado como odiado y que, como pocos, generó todo tipo de reacciones en los fanáticos. Lo indiscutible es que, más allá de tremendas luchas como las que protagonizaron los equipos representativos de cada empresa en Invasión o Survivor Series, el peak de Kurt Angle como favorito del público, o una nueva traición de Stone Cold, Vince erró.
Y lo feo: no reclutó ningún nombre de peso de la WCW. Y es lo que más se le critica al período, más allá de las humillaciones que sufrieron los luchadores de la extinta promoción.
En la ex empresa de Ted Turner habían brillado con luces propias luchadores de la talla de Goldberg, Ric Flair y, por supuesto, Sting. Sin embargo, por temas de contrato que McMahon se negó a negociar, la Invasión fue comandada por Booker T y Diamond Dallas Page, más algunos nombres de ECW como Rob Van Dam, que si bien brindaron grandes combates, no estaban a la altura de un Stone Cold o The Rock.
Pasó el tiempo, concluyó el ángulo de la Invasión y, poco a poco, estos nombres fueron sumándose al plantel estelar de la WWE. Flair, el New World Order -Nash, Hall y Hogan-, Steiner y Goldberg. Incluso Eric Bischoff. Todos firmaron contrato. Menos uno, acaso la figura más importante en la historia de la WCW: Sting, que rechazó formar parte de la empresa convencido que no lo respetarían como realmente merecía.
Durante años se especuló con su llegada. Era lo que los fanáticos soñaban: la irrupción de “El Cuervo” para enfrentarse a The Undertaker. Ver por fin el Scorpion Death Lock en los cuadriláteros de la WWE. Pero los coqueteos de nada servían, las negociaciones siempre quedaban truncas.
Sting, el ícono
No cabe duda que Sting es uno de los luchadores más importantes en la historia de la lucha libre. Técnico por excelencia, debutó con el personaje de un carismático surfista en la extinta NWA. Su habilidad y atletismo en el cuadrilátero, además de la gran reacción que provocó en el público, le valieron las loas por parte de grandes de la industria, como Ric Flair y Dusty Rhodes.
Un personaje clave, que se mantuvo en la zona alta del plantel mediante feudos ante The Four Horsemen y otros estelares, hasta la llegada del grupo que marcaría un antes y un después en la promoción de Turner: el New World Order. Era necesario un cambio, una mayor credibilidad para enfrentarlos.
Así, el 26 de octubre de 1996, redebutaba bajo un personaje bastante más oscuro al que se le conocía. Ideado por Scott Hall, Sting asumía el papel con el que sería reconocido mundialmente, basado en “El Cuervo” de Brandon Lee. Fundamental, además, para la remontada de la WCW y poner en aprietos a Vince. De carismático héroe a un intrigante vengador.
El fin de la Invasión
Finalmente, 2014 sería el año en que los sueños de miles se harían realidad: Sting aceptaba una oferta de la empresa. El primer guiño se daría durante abril, cuando aparecía en una producción original del Network en homenaje a The Ultimate Warrior, recientemente fallecido.
Tras meses de apariciones especiales en viñetas y promociones del juego WWE 2K15, finalmente Sting hizo su debut absoluto el 23 de noviembre en Survivor Series. Atacaría a Triple H, costándole la victoria al equipo de La Autoridad. Era el inicio del feudo que los llevaría a un histórico enfrentamiento en la trigésima primera edición de la vitrina de los inmortales.
80 mil almas repletaron el Levi’s Stadium de Santa Clara, California, para ver el debut del ícono en la WWE. En un combate sin descalificación, la tercera del cartel, Triple H puso fin a la Invasión. Tras casi catorce años de espera, se hacía “justicia” con el más grande producto de la WCW. En una lucha marcada por las intervenciones de D-Generation X y New World Order, “El Juego” salió victorioso.
¿Una nueva orden de McMahon? Quién sabe. Nos quedamos con su debut y con el apretón de manos que selló la invasión WWF vs WCW/ECW.
¿Qué nos faltó? Verlo contra The Undertaker en un Dream Match.
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