¿Un Pennywise demasiado diabólico? Comparamos lo que muestra la nueva 'It' con la novela y la miniserie
Venimos observando, a raíz de toda la cantidad de tráilers y material promocional surgida en la red de la nueva adaptación de la novela ‘It (Eso)’, no pocas críticas al diseño y concepción gráfica del nuevo Pennywise como un villano demasiado obvio, demasiado malvado en su aspecto en contraposición al que interpretó Tim Curry, que era muy perturbador por su inicial aspecto divertido, extraño, generando más ambigüedad.
Desde luego, aunque aún no hemos visto la nueva película, no se puede negar que el payaso diabólico interpretado por Bill Skarsgård deja muy poco espacio para la imaginación, para pensar en una dualidad engañosa que pudiera atraer más a los niños a su presencia. Pero la pregunta es, ¿Daba la novela tanto lugar a dudas? ¿Era un payaso tan divertido en el texto o nos engañan las imágenes grabadas en la memoria de la versión de 1990? Hace unas semanas comentaba que la versión de Tommy Lee Wallace era bastante fiel al libro, pero, ¿Lo era tanto su Pennywise?
Sí y no. La realidad es que todas las descripciones en la novela no son tan exhaustivas como la personalidad de este, tan sólo aparece, con forma de payaso, pero desde luego no tiene esa versatilidad satírica, esa dualidad que consigue darle Tim Curry. Habría que cuestionarse si esa fantástica y terrorífica interpretación del monstruo es consecuente con el libro. Para ello, lo mejor es empezar por la primera aparición del payaso en el libro. El pasaje en el que engaña a Georgie para que meta la mano a por su barquito.
Este trocito del texto es uno de los que más aparece en todos los tráilers de la nueva adaptación de la novela y uno de los más cuestionados por algunos aficionados. La pega principal sería que Georgie no se acercaría a ese payaso terrorífico de ninguna de las maneras. Algo que era mucho más creíble en la construcción de la escena en la miniserie de los noventa. Una interpretación lógica, pero no necesariamente más fiel al texto del libro. Si describimos, literalmente, la escena según el texto de King, encontraremos bastantes parecidos a cómo la habría interpretado Muschietti.
Se dirigió hacia la boca de tormenta y allí se dejó caer de rodillas, para mirar el interior. El agua hacía un ruido hueco al caer en la oscuridad. Ese sonido le dio escalofríos. Hacía pensar en…
—¡Eh! —exclamó de pronto, y retrocedió.
Allí adentro había unos ojos amarillos. Ese tipo de ojos que él siempre imaginaba, sin verlos nunca, en la oscuridad del sótano. «Es un animal —pensó—; eso es todo: un animal; a lo mejor un gato que quedó atrapado…»
En este momento, nos damos cuenta que la primera aparición del payaso no es tan amable y divertida como se suele recordar a causa de la versión de Lee Wallace. Lo primero que le recuerda la cloaca es a su sótano, que en sólo algunos pasajes antes le produce uno de los mayores temores. Georgie no se acerca alegremente.
De todos modos, estaba por echar a correr a causa del espanto que le produjeron aquellos ojos amarillos y brillantes. (…) Se vio a sí mismo levantándose y retrocediendo.
Cuando el payaso empieza a hablar, parece una voz “razonable y simpática” y atrae la atención de George, que en absoluto cree que es algo divertido y atractivo. Le causa más bien extrañeza y confusión.
Apenas daba crédito a lo que veía; era algo sacado de un cuento o de una película donde uno sabe que los animales hablan y bailan. Si hubiera tenido diez años más, no habría creído en lo que estaba viendo, pero no tenía dieciséis años sino seis. En la boca de tormenta había un payaso. La luz era suficiente para que George Denbrough estuviese seguro de lo que veía. Era un payaso, como en el circo o en la tele.
Prosigue con una descripción del payaso.
Parecía una mezcla de Bozo y Clarabell, el que hablaba haciendo sonar su bocina en Howdy Doody, los sábados por la mañana. (…) La cara del payaso metido en la boca de tormenta era blanca; tenía cómicos mechones de pelo rojo a cada lado de la calva y una gran sonrisa de payaso pintada alrededor de la boca. Si George hubiese vivido años después, habría pensado en Ronald McDonald antes que en Bozo o en Clarabell.
En este punto hay detalles en los que tanto el Pennywise de Tim Curry como el de Skarsgård difieren. El nuevo es menos similar a los payasos televisivos, pero sí lleva una sonrisa pintada, aunque no de la misma forma descrita. A continuación, pasa a describir el cambio en la apreciación del payaso.
¿Y un globo? ¿Quieres un globo?
—Bueno … sí, por supuesto. —Alargó la mano pero de inmediato la retiró—. No debo coger nada que me ofrezca un desconocido. Lo dice mi papá.
—Y tu papá tiene mucha razón —replicó el payaso sonriendo. George se preguntó cómo podía haber creído que sus ojos eran amarillos, si eran de un azul brillante como los de su mamá y de Bill—.
(…) —Volvió a estirar la mano … y a retirarla—. ¿Cómo te has metido ahí adentro?”
Como se puede leer, el niño no se fía, por lo que el payaso está lejos de inspirarle una confianza ciega. Toda la escena está plagada de olores, atmósfera gótica e irreal y sensaciones casi oníricas. Como una pesadilla o mal sueño infantil. No hay una justificación para que el payaso sea inofensivo, más cuando el objetivo de la entidad de haber tomado la forma de payaso es dar miedo a los niños, ya que el miedo es lo que hace que su carne sepa mejor.
En la segunda aparición de la novela, Pennywise se describe de primeras, de nuevo como Bozo o Clarabell. Pero en una segunda mirada añade:
El payaso no se parecía a ninguno de aquellos dos. La sonrisa pintada sobre el maquillaje blanco no era color naranja sino rojo.
Y prosigue:
Sus ojos despedían un extraño brillo plateado. Parte de él había pensado entonces, que tal vez aquellos ojos eran realmente color de plata.
Esto se ajusta bien a los efectos de iluminación sobre los ojos del payaso que se ven en sus apariciones durante el tráiler, y vuelve a dejar claro que para nada es un payaso simpático sino que su visión genera pavor. Pero sigamos adelante y comparemos la descripción (y la versión ilustrada de la edición 25 aniversario de la novela) en la aparición de Pennywise a Ben, otro de los niños de Derry, para encontrar más semejanzas con el diseño de la nueva película. Sobre todo en cómo va vestido.
Allí abajo, en el hielo, había una silueta de pie. Ben la miró. La figura vestía un traje de payaso, blanco plateado, que se sacudía contra él en ese viento polar. Calzaba enormes zapatos naranja, haciendo juego con los pompones que adornaban en hilera la pechera de su traje (…) ¿Quieres un globo Ben? Había algo tan maligno en esa voz que Ben sintió el deseo de echar a correr.
Además de las diferencias con el traje de Tim Curry, el color blanco plateado coincide con el traje de Skarsgård, de nuevo, el contacto del payaso con los niños está lejos de ser amable y simpático o atraerles. Les da miedo. Aunque las diferencias de este no se correspondan a las descripciones televisivas, si nos fijamos en Bozo, con quién King lo compara el nuevo diseño tiene detalles del traje y del peinado particularmente similares.
Pero lo que más llama la atención es la confección del traje con un aire antiguo que choca mucho la primera impresión. El concepto de la vestimenta corresponde con arlequines y polichinelas antiguos. De otra época muy lejana en el tiempo. Para nada similar a la imagen setentera y moderna. En este aspecto sí hay una licencia obvia con el nuevo payaso, que también ha dividido a los aficionados.
Pero no es una decisión gratuita, sino que también tiene su razón de ser muy arraigada en la mitología de la novela. Pennywise es tan sólo la forma favorita de Eso, la entidad establecida en el terreno antes de que llegara el hombre. Cuando se fundó Derry toma la forma de Bob Gray, comprensiblemente, un payaso real que empezaría sus andanzas en el siglo XIX. King describe que esa es la forma favorita del demonio o la presencia, que no tiene una forma definida.
El nuevo aspecto de ‘It’ tan sólo responde a su origen remoto y su reticencia a cambiar de aspecto, tendría poco sentido que fuera tomando nuevas formas de payaso, renovando su indumentaria. Independientemente de si las decisiones estéticas son acertadas, hay un hueco importante para la interpretación en los textos del de Maine, por lo que tal vez no sea a versión definitiva del personaje. Por ejemplo hay un cierto hueco para cómo se representan las luces mortecinas de la mirada de Pennywise.
Con todo, saldremos de dudas el 8 de Septiembre.
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Jorge Loser
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