Tamron SP 70-200 mm f/2,8 G2 – Prueba de campo
Después de realizar una primera toma de contacto a pie de feria en la pasada CP+ 2017, hace apenas unas semanas, hemos podido hacernos con una unidad final del nuevo zoom tele estándar de Tamron para sensores de 24×36 mm y poder realizar con él una prueba de campo en profundidad.
Como se indica en la nomenclatura de la óptica, se trata de la segunda generación (G2) de este objetivo que incorpora, como novedades principales –aunque no únicas–, la protección contra la intemperie y los revestimientos antirreflejos.
Ergonomía y manejo
El diseño sigue las líneas de la cuidada serie SP de Tamron: un cuerpo metálico con unas líneas sobrias y minimalistas que transmite sensación de calidad.
No es pequeño, como cabe esperar en un teleobjetivo zoom de abertura máxima constante, pero se agradece que el tamaño no varíe al modificar la distancia focal o cambiar el foco. Tampoco la lente trasera se desplaza al accionar el zoom, lo que ayuda a prevenir la entrada de polvo.
A ello también contribuye el sellado de todas las juntas, incluso en los botones; discretos pero de manejo cómodo y preciso para conmutar el AF, limitar la distancia de AF –y así agilizar el enfoque–, activar el estabilizador o elegir el tipo de estabilización. Por su ubicación se accionan con comodidad incluso sin apartar el ojo del visor. Incluye ventana con las indicaciones de distancia de enfoque.
El anillo de zoom tiene un buen tamaño pero, para nuestro gusto, se encuentra demasiado separado de la posición natural de la mano. En más de una ocasión, sin querer, hemos variado el foco queriendo cambiar la distancia focal. Aunque los hubiéramos preferido intercambiados, tras unos días de uso terminamos acostumbrándonos.
Con 1,5 kg de tara, no resulta ligero ni pequeño –aproximadamente 19 cm de longitud–. Ningún objetivo similar lo es, cierto, pero éste supera ligeramente a sus equivalentes Canon y Nikon y montado sobre la EOS 5DS R que hemos utilizado para la prueba tiende al cabeceo y necesitamos sujetarlo fuertemente o ayudarnos de un trípode o monopie. Para facilitar esta tarea incorpora un soporte rápido fabricado en magnesio de alta resistencia y compatible con Arca Swiss como ya hemos visto en otros teleobjetivos del mismo fabricante.
La serie SP de Tamron se distingue por su calidad tanto en el aspecto exterior como, por supuesto, en su interior. En este sentido, el telezoom que tenemos entre manos ha renovado el esquema óptico, la mecánica y la electrónica. Así, también los conectores se han modificado para asegurar la compatibilidad con los nuevos multiplicadores del fabricante.
Muestras
Nada menos que 23 elementos divididos en 17 grupos conforman el esquema óptico de este objetivo. Entre ellos, dos lentes de baja dispersión: XLD (Extra Low Dispersion) y LD (Low Dispersion) que se encargan de intentar eliminar las aberraciones cromáticas en todo el rango de focales.
Éstas, aunque bastante controladas, aparecen, no obstante, en las esquinas de la imagen cuando la escena incluye sujetos recortados contra cielos luminosos y otras situaciones similares. Desaparecen, sin embargo, tan pronto se aplica el perfil corrector de lente correspondiente, bien en la cámara, bien en el editor elegido.
Entre las novedades de esta segunda edición del Tamron SP 70-200 mm encontramos los diversos revestimientos. Para evitar los brillos e imágenes fantasma, las lentes se recubren de eBAND (Extended Bandwith & Angular Dependency) y revestimientos multicapas. Además, la lente delantera se trata con un revestimiento de flúor que repele el agua y las grasas. De esta manera el objetivo se protege contra huellas y polvo al tiempo que se facilita la limpieza.
El resultado se aprecia en las muestras que acompañan esta prueba. Incluso buscando el sol no han aparecido reflejos y la lente frontal se ha mantenido limpia durante toda la prueba a pesar de que nos ha llovido en más de una ocasión. A ello también habrá contribuido que no hemos quitado el parasol que viene de serie en ningún momento de la prueba.
También en las muestras se aprecia como la nitidez y la calidad de imagen se mantienen en un alto nivel a lo ancho de todo el fotograma, manteniendo el tipo ante las duras exigencias de la alta resolución del sensor de la Canon EOS 5DS R.
Como ejemplo de este gran detalle, al realizar un recorte mayor del 80 % sobre una captura de campo, hemos obtenido una imagen aprovechable de un pequeño carbonero.
También se ha controlado mucho la distorsión geométrica; hasta el punto en que prácticamente no se aprecia en todo el recorrido del zoom. Quizá, un ligerísimo acerico en el tele más largo que desaparece inmediatamente al reducir la distancia focal.
El Tamron SP 70-200 incluye un estabilizador óptico formado por un mecanismo giratorio de bobina que fortalece su potencia y controla su rendimiento logrando prevenir la trepidación hasta un máximo de 5 pasos.
Igual que encontramos en otros objetivos similares de otras marcas, dispone de tres modos. La máxima eficiencia se logra con el denominado VC 3 que prioriza la estabilidad de la imagen de captura frente la estabilidad de la imagen en el visor. Todos los modos se pueden personalizar si se utiliza el accesorio –no incluido de serie– Tap-in console de Tamron que, además, permite actualizar el firmware y otras personalizaciones.
Durante nuestra prueba de campo hemos utilizado tiempos de obturación prohibidos para un teleobjetivo con resultados más o menos satisfactorios desde 1/20 s aunque plenamente utilizables a partir de 1/60 s. Esto, unido a su gran luminosidad, permite ampliar las situaciones de uso de este objetivo en situaciones de luz escasa sin necesidad de recurrir al aumento del ajuste ISO.
Del enfoque se encarga un nuevo motor de enfoque circular USD (Ultrasonic Silent Drive) que aumenta la velocidad de enfoque. Aunque se esté utilizando el modo de enfoque automático, se puede redefinir el enfoque de manera manual en cualquier momento.
En la práctica, el AF ha funcionado bastante bien tanto con sujetos fijos como con sujetos en movimiento. Incluso en conciertos o representaciones teatrales –situaciones probadas durante esta prueba– también responde bien y rápido. En escenas nocturnas muy poco iluminadas, la dificultad incrementa, como era de esperar.
Como novedad, se ha logrado reducir la distancia mínima de enfoque hasta los 95 cm, logrando un factor de reproducción de 1:6 que, si bien no puede llegar a considerarse macro, sí permite el suficiente acercamiento como para lograr detalles interesantes.
El diafragma lo conforman nueve láminas que consiguen un cierre completamente circular mostrando bokeh bello y progresivo. La apertura mínima es de f/22.
Este nuevo objetivo de Tamron incorpora el sistema de diafragma electromagnético para las cámaras Nikon.
Como suele suceder en la mayoría de objetivos para sensores de 24×36 mm, a máxima abertura, se aprecia un viñeteo bastante acusado que se reduce mucho –aunque se mantiene– a f/4 y prácticamente ha desaparecido a f/8, no encontrándose ya ni rastro a f/11.
Conclusiones
Tamron ha conseguido diseñar y fabricar un teleobjetivo zoom de gran luminosidad que cumple las expectativas de los usuarios más exigentes y al que pocas pegas se le pueden poner. La serie SP de este fabricante está demostrando que puede situarse en el más alto nivel y competir sin complejos con los objetivos propios de cada fabricante de cámaras. La mínima distancia de enfoque que proporciona este Tamron también la encontramos sólo aquí, al igual que el estabilizador de cinco pasos o la profusión de recubrimientos en las lentes.
Ya disponible en España por unos 1.500 € aproximadamente, si repasamos las estanterías de la competencia, observamos que para hacerse con un Canon o Nikon hay que desembolsar unos 700 € más y tan sólo Sigma ofrece un precio inferior aunque, eso sí, por un objetivo que ya tiene sus años en el mercado.