Tamron 28-75 mm f/2,8 Di III RXD – Primeras impresiones
Está claro que la montura Sony E está cada vez más presente, tal como pudimos comprobar entre las diferentes novedades anunciadas en esta CP+ 2018. Una de ellas es el nuevo Tamron 28-75 mm f/2,8 Di III RXD, anunciado hace un par de semanas, el primero de la compañía para esta montura.
Se trata de una óptica relativamente compacta para su apertura constante f/2,8, diseñada para cubrir sensores de “formato completo” (24×36 mm). Su construcción denota calidad, con un anillo de zoom bastante sedoso al tacto.
El aro de enfoque –algo pequeño para nuestro gusto– parece algo más bien accesorio en este objetivo, más pensado para ser utilizado en modo AF, gracias a su nuevo motor a pasos RXD –Rapid eXtra-silent stepping Drive– que habrá que poner a prueba a fondo cuando las unidades finales estén disponibles.
Aunque a simple vista, con sus 11,7 cm de largo en la posición “plegado”, correspondiente a la focal de 28 mm, el objetivo parece relativamente largo, hay que tener en cuenta la corta distancia de registro de la montura de las cámaras Sony de las series α7 y α9 a las que va destinado, que hace que –en general– los objetivos destinados a esos aparatos sean relativamente largos.
Por otra parte, a diferencia del Tamron 70-210 mm f/4 Di VC USD también recién presentado, este zoom polivalente sí que varía su extensión física con las variaciones de focal. El aro frontal está libre de giro, tanto bajo las operaciones de enfoque –interno– como de la citada variación de focal.
La distancia mínima de enfoque sería de apenas 19 cm, aunque solo en su posición más angular, mientras que esta se incrementaría hasta los 39 cm en su posición más “tele”. En todo caso, parecen distancias mínimas de enfoque muy favorables, que permitirían interesantes juegos de perspectiva dinámica en la focal más corta y unas ratios de reproducción bastante versátiles en la más larga.
Un parasol frontal en “pétalos” –accesorio, pero suministrado– ofrece la mayor protección posible, siempre en esta clase de objetivos en un difícil equilibrio entre la focal más corta y la más larga.
En el posterior de la óptica podemos apreciar una ventana rectangular, típicamente utilizada para evitar la luz parásita, además de una junta de sellado.
Con la buena factura general de las ópticas Tamron, y aun no perteneciendo a la serie superior SP, el Tamron 28-75 mm f/2,8 Di III RXD, con sus 550 g de peso ofrece en la mano una buena sensación de solidez, y sobre las pequeñas Sony de la gama A/ un razonable equilibro de masas, tal como pudimos comprobar a pie de estand en la feria japonesa.
Esta óptica, que obedece a una nueva estética, común al antes mencionado Tamron 70-210 mm Di VC USD y más “tubular” que la serie SP, saldrá al mercado a mediados de 2018, a un precio todavía no anunciado, si bien será seguramente una interesante alternativa a las actuales ópticas zoom “estándar” para montura Sony E (FE), teniendo en cuenta las atractivas relaciones calidad/precio con las que suele trabajar este fabricante independiente.