Sony FE 24 mm f/1,4 GM – Prueba de campo
Anunciado recientemente, el Sony FE 24 mm f/1,4 GM es la última adición a la familia G Master y el primer objetivo de focal fija de tipo gran angular de esta serie. ¿Cumple con las expectativas de calidad de imagen que se le suponen?
Dentro de la misma familia, los usuarios del sistema mirrorless de “formato completo” de la compañía japonesa solo podían optar hasta la fecha por el zoom Sony FE 16-35 mm f/2,8 GM para cubrir este tipo de focales. Ahora, el nuevo objetivo abre nuevas posibilidades gracias a su apertura máxima muy luminosa, la misma que encontramos en la focal fija “tele” Sony FE 85 mm f/1,4 GM, la primera que inauguró la serie G Master.
Sony va completando así, poco a poco, su catálogo de ópticas de más alta gama, que cuenta ya con todo tipo de objetivos zoom, pero que necesita aún de más referencias de focal fija para cubrir todas las necesidades de los fotógrafos profesionales; ópticas como un 35 mm f/1,4, un 50 mm f/1,4 o un 135 mm f/1,8 que seguramente irán llegando en un futuro cercano.
Diseño y manejo
Uno de los aspectos que más se ha destacado del nuevo gran angular de Sony es su comedido tamaño y ligereza, pues pesa bastante menos que el Sigma Art de la misma focal y luminosidad para montura E. Dicho esto, hay que tener en cuenta que este último es una versión adaptada de su homólogo para cámaras réflex y si bien es cierto que en la mayoría de los casos –tal como recalcó el CEO de Sigma durante nuestra última entrevista– dicha adaptación no implica un mayor tamaño, la excepción son las focales más angulares. Así pues, si Sigma opta en algún momento por fabricar un gran angular de la serie Art para montura E desde cero es posible que el tamaño sea bastante más similar al del Sony G Master.
En combinación con el cuerpo de cámara, el conjunto muestra un muy buen equilibrio, algo que no ocurre con la versión de Sigma, que destaca más respecto al relativamente pequeño cuerpo.
El nivel de construcción está, como en otras ocasiones, a la altura de las expectativas, y permanece fiel a los acabados propios de la serie G Master, con materiales de alta calidad y un tacto agradable.
Al igual que la versión “tele”, el nuevo gran angular incorpora en su barrilete un anillo de ajustes de aberturas de diafragma que permite regular el iris en es pasos de 1/3 de punto, además de incluir una posición “A” para relegar el control a la cámara. Si bien esta última posición se mantiene firme una vez seleccionada, no es el caso para el resto de valores, que quizá hubieran requerido de una mayor firmeza en sus “clics”. Al estar situado el anillo en una posición donde habitualmente colocamos la mano para sujetar el objetivo, en más de una ocasión hemos cambiado accidentalmente el valor de la abertura previamente seleccionada.
El tacto y funcionamiento del aro de enfoque manual nos pareció, por contra, agradable y preciso. Por otro lado, encontramos también el habitual conmutador de selección del modo de enfoque –AF/MF– y el botón de hold focus situado justo debajo del distinto “G” que permite bloquear la distancia de enfoque desde el propio objetivo.
Tal como podemos observar, el objetivo cuenta con un apantallamiento –más o menos rectangular– que coincide aproximadamente con las proporciones del sensor de la cámara, ello en aras de minimizar la entrada de luz parásita. La montura incluye también una junta de sellado para proporcionar cierto grado de estanqueidad.
Rendimiento y calidad de imagen
A continuación, mostramos unas cuantas tomas a resolución nativa realizadas con el Sony FE 24 mm f/1,4 GM en combinación con la/las Sony α7R III. Todas las muestras –a no ser que se indique lo contrario– son imágenes JPEG resultado de la conversión de los ficheros RAW mediante un revelador comercial estándar.
Las imágenes fueron realizadas en la pintoresca localidad siciliana de Taormina y sus alrededores, un escenario idóneo para poner a prueba la cobertura angular del objetivo debido a sus vistas y emplazamiento, muy cercano el conocido volcán del monte Etna.
Como podemos observar en las tomas en las que se incluye una amplia superficie iluminada de manera más o menos uniforme, el Sony FE 24 mm f/1,4 GM parece ofrecer un muy buen control del viñeteo. Su sofisticado diseño óptico y el generoso empleo de lentes aesféricas y vidrios de alta gama son, evidentemente, parte de la causa, aunque entendemos que se apoya también en las correcciones de firmware aplicadas en sus perfiles. Sobre el viñeteo volveremos a hablar, no obstante, más adelante en situaciones de luz más controladas.
Por otro lado, no apreciamos pérdida de contraste por flare en las situaciones a las que nos hemos enfrentado en esta prueba; los refinados revestimientos antirreflejos aplicados a las lentes del Sony FE 24 mm f/1,4 GM parecen, pues, cumplir bien con su cometido.
Entre las ventajas indudables de las focales cortas, es notoria la de poder crear perspectivas dinámicas, que enfaticen aspectos determinados del sujeto.
En la toma anterior, podemos destacar el nivel de nitidez en las esquinas –en el primer plano enfocado–, uno de los puntos más críticos en el diseño de las ópticas de Sony, y donde los ingenieros parecen haber dedicado un gran esfuerzo.
Los fotógrafos que opten por las tomas de interiorismo, en espacios limitados, podrán aprovechar bien la buena corrección del Sony FE 24 mm f/1,4 GM, prestando un especial cuidado, eso sí, a la nivelación de la cámara.
Pese a que habitualmente un focal angular no suele considerarse para la fotografía de retrato –de forma equivocada en nuestra opinión–, este tipo de focales permiten, sin embargo, crear interesantes retratos –con un cierto control de las distancias de toma y evitando picados o contrapicados excesivos– donde se muestran las personas dentro de su entorno.
En esta última toma podemos resaltar la alta capacidad de resolución del Sony FE 24 mm f/1,4 GM –en partes de la barba, labios y bigote del sujeto fotografiado–, así como el buen funcionamiento del sistema de autoenfoque, rápido y preciso incluso en condiciones de luz escasa.
Otro de los aspectos más notables de esta óptica es, por supuesto, su favorable apertura máxima de f/1,4, que permite obtener una gran capacidad de enfoque selectivo.
Por otro lado, la favorable distancia mínima de enfoque de 24 cm del Sony FE 24 mm f/1,4 GM nos permite abordar sujetos de tamaño relativamente reducido.
En sujetos geométricamente muy críticos, el nuevo Sony FE 24 mm f/1,4 GM muestra una muy razonable contención de la distorsión. Dado que –por lo general– en las focales cortas suele ser en barrilete, y que en nuestras muestras aparece en un ligero acerico, parece razonable sospechar, sin embargo, que se está haciendo un excesivo uso del firmware, dando lugar a una sobrecorrección.
Si comparamos la anterior toma –obtenida por conversión del archivo RAW con nuestro revelador comercial estándar– con el archivo JPEG directo de cámara –abajo–, vemos que no existen sin embargo grandes diferencias, como sí ocurría con otros objetivos de gamas inferiores de la compañía, como de Sony FE 24-105 mm f/4 G OSS que probamos en su momento.
Si utilizamos otro revelador menos estándar, obtenemos una muestra bastante diferente, sobre todo en cuando al tratamiento del color se refiere. No obstante, en cuanto a la distorsión se refiere, parece que los resultados son coherentes.
En cuanto al viñeteo, realizamos una rápida comparativa a diferentes aperturas sobre una pared uniforme bajo condiciones de luz controladas –las muestras han sido ajustadas para facilitar la comparativa–.
Haz click para ver el pase de diapositivas.
Como podemos comprobar, a su apertura máxima, el Sony FE 24 mm f/1,4 GM muestra un viñeteo apreciable, que disminuye significativamente con solo cerrar a f/2 y que, como es lógico, va desapareciendo a medida que continuamos cerrando el diafragma. Parece pues que, en este caso, las correcciones por firmware no son suficientes para corregir el viñeteo a f/1,4.
Comparado con…
En cuanto a focales fijas de cobertura gran angular para “formato completo” no encontramos propuestas equivalentes dentro de la propia compañía. El más parecido dentro de las firmas afines a Sony sería el Zeiss Batis 25 mm f/2, presentado en 2015, más ligero por menos luminoso. Zeiss dispone de otros angulares aún más compactos –como los Loxia– pero carecen de sistema de autoenfoque y no son, por tanto, directamente comparables.
Sí disponemos, no obstante, de modelos homólogos en marcas competidoras, como es el caso del Sigma 24 mm f/1,4 DG HSM Art, de misma focal y luminosidad, presentado originalmente para cámaras réflex y adaptado a principios de año para Sony FE. Este, como ya comentamos durante el presentación oficial del Sony FE 24 mm f/1,4 GM, es notablemente más grande debido a su estructura adaptada pero, por contra, dispone de un precio bastante más asequible.
En la siguiente tabla comparativa mostramos las principales características de estos tres objetivos.
Sony FE 24 mm f/1,4 GM | Sigma 24 mm f/1,4 DG HSM Art | Zeiss Batis 25 mm f/2 | |
Datos generales | |||
Fecha anuncio | Sep. 2018 | Feb. 2018 | Abr. 2015 |
Montura | Sony E (FE) | Sony E (FE) | Sony E (FE) |
Formato | “Formato completo” (24×36 mm) | “Formato completo” (24×36 mm) | “Formato completo” (24×36 mm) |
Tipo | Gran angular | Gran angular | Gran angular |
Longitud focal | 24 mm | 24 mm | 25 mm |
Estabilización óptica | No | No | No |
Diafragma | |||
Apertura máxima | f/1,4 | f/2 | |
Apertura mínima | f/16 | f/16 | f/22 |
Número de palas | 11 | 9 | 9 |
Esquema óptico | |||
Número de lentes | 13 | 15 | 10 |
Número de grupos | 10 | 11 | 8 |
Enfoque | |||
Autoenfoque | Sí | Sí | Sí |
Distancia mínima de enfoque | 24 cm | 25 cm | 20 cm |
Factor de reproducción | 0,17x | 0,19x | 0,19x |
Motor de enfoque | Ultrasónico (DDSSM) | Ultrasónico (HSM) | ? |
Dimensiones | |||
Longitud | 9,2 cm | 11 cm | 7,8 cm |
Diámetro máximo | 75 mm | 85 mm | 92 mm |
Diámetro de filtro | 67 mm | 77 mm | 67 mm |
Peso | 445 g | 780 g | 335 g |
Sellado | Sí | No | Sí |
Tabla de especificaciones @ Albedo Media |
Conclusiones
Como ya hemos comentado en anteriores ocasiones, fabricar una óptica de alto rendimiento con un tamaño compacto y precio comedido no es tarea fácil, aún más cuando se trata de la las mirrorless de “formato completo” de la serie α de Sony, con exigentes sensores y un diámetro de montura muy ajustado que complica los parámetros de diseño.
En este sentido, la compañía suele recurrir –en ocasiones más de lo deseable– a excesivas correcciones por firmware para paliar estas deficiencias, en aras de poder mantener unas dimensiones compactas para sus ópticas. Hay que reconocer que el equilibrio encontrado en este 24 mm de la serie G Master nos parece más acertado que el conseguido en otras ópticas de la firma –a pesar de que hubiésemos deseado un viñeteo menos acentuado a plena apertura–. Las correcciones están ahí, no hay duda, pero no tan en detrimento de la calidad de la parte óptica, sino para poder ofrecer un gran angular luminoso con un tamaño bastante certero a nuestro parecer.
El resultado es un objetivo sin apenas puntos débiles, y que cumple sobradamente con su cometido; el de ofrecer una óptica a la altura de las exigencias de la serie de más alta gama de la firma japonesa. Además, incorpora las más recientes tecnologías de la compañía, como el motor DDSSM o las dos lentes XA que permiten minimizar el sagital flare –algo que no hemos podido probar todavía, pero que es especialmente útil para astrofotografía–.
Finalmente, el precio nos parece más ajustado del que podíamos esperar en un principio para una óptica G Master, y aunque no se trata de una óptica asequible, creemos que está acorde con su rendimiento.