Sony Aibo, el carismático perro robot de la compañía, llega a Europa
De Japón a Estados Unidos y de Estados Unidos a Europa.
Sony Aibo llegará, por fin, a Europa. El perro robot de la empresa nipona ha conseguido a atraer de manera ingente la atención de los consumidores fuera de su país natal, comenzando a venderlo hace unos meses en Japón y trayéndolo ahora al continente europeo para seguir ofreciendo todas las bondades de esta compañía robótica a todos aquellos que así lo deseen.
Lo ha anunciado de manera breve en su conferencia de la IFA 2018, donde también ha dado a conocer su nuevo smartphone, el Xperia XZ3. El fabricante exponía unas imágenes y vídeos de Aibo, asegurando después que lo recibían en Europa, aunque sin concretar por el momento ninguna fecha de salida ni precios de venta. En Estados Unidos comenzará a venderse a partir del próximo mes de septiembre con un precio cercano a los 3.000 dólares, por lo que podemos inferir sin temor a equivocarnos que en suelo europeo tampoco será barato.
Una réplica fiel
Pese a que el aspecto exterior de Aibo no ha sido concebido para asemejarse manera exacta a una raza concreta de perro, sino para diferenciar de manera clara el componente robótico del mismo, lo cierto es que el comportamiento de esta máquina sí pretende asemejarse al máximo a la compañía de un animal de carne y hueso. Por eso, incorpora una cámara y sensores de reconocimiento que, gracias al machine learning, ayudarán al perro a ser más inteligente a medida que va recolectando más datos del entorno.
Es capaz, por ejemplo, de reconocer distintas voces y caras para actuar en consecuencia, ofreciendo unas respuestas u otras en función a los recuerdos que tenga de las mismas en la base de datos se han ido recopilando con el paso del tiempo. De igual manera, el perro dispone de diferentes sensores en su cuerpo, haciendo que también sea sensible al tacto. También cuenta con algunas características propias para hacer más real la experiencia, como expresar sentimientos de angustia cuando siente vértigo o se encuentra en espacios demasiado pequeños.
Una comunicación, en definitiva, que se realiza de manera constante entre el perro y el dueño para favorecer una interacción fluida y donde los ojos de este, a través de sus expresiones, tienen un importante peso. Ahora queda por ver cuál será la forma de comercialización de Aibo en Europa y si llegará a tiempo para la campaña navideña, un periodo de ventas muy relevante para este tipo de productos.