'Sicarivs: La noche y el silencio', estimable noir
En los dos o tres últimos años el cine de género que se realiza en nuestro país goza de cierto prestigio al estrenarse varias películas que siguen el camino adecuado para devolver la fe en nuestro cine, casi siempre atacado —muchas veces con razón—, y demostrando que aquí no tenemos nada que envidiar a otras cinematografías. Directores como Alberto Rodríguez, Dani de la Torre o Raúl Arévalo, por citar algunos, han elevado nuestro thriller a lugares altos.
Debería sumarse el nombre de Javier Muñoz por el hecho de haber escrito y dirigido ‘Sicarivs: La noche y el silencio’ (2015), film que ha pasado sin pena ni gloria por nuestras carteleras. Ahora se edita en Bluray, una buena oportunidad para rescatar una de las cintas de género más atrevidas y satisfactorias salidas de nuestro cine actual. Un cine negro estilizado que además destila amor por el séptimo arte por los cuatro costados. El eco de directores como Jean-Pierre Meville, ergo Michael Mann también, se oye entre sus sonidos.
La película transcurre en una sola noche —sí, los amantes de ‘Collateral’ (íd., 2004) podrán encontrar un paralelismo, que no una copia—. En ella un asesino a sueldo (Victor Clavijo) recibe el encargo de matar a una mujer. Llegado el momento cambiará de idea y se dedicará en las siguientes horas a averiguar quién ha encargado la misión. Lo que podríamos ver en muchos thrillers estadounidenses trasladado a nuestro cine con una enorme convicción y profesionalidad, a pesar del muy escueto presupuesto que tuvo Muñoz para hacerla.
El inicio del film es toda una declaración de intenciones. Una voz en off —más tarde puede volverse un poco innecesaria, pero jamás molesta— pregunta al espectador —con el que siempre se plantea un juego durante los 97 minutos— si pensamos que un asesino profesional es sólo cosa de las películas yanquis, o ambientes de narcos sudamericanos. El asesino está ejecutando a un hombre. La noche, la planificación —extraordinaria forma de evitar, además durante todo el film, los tan molestos planos cenitales—, y sobre todo el encuadre marcan lo que será la película.
Impecable puesta en escena
Una muy calculada historia de supervivencia enfrascada de ficción que juega a buscar una verdad. De nuevo, la fábula como camino. Y ese camino no es, como la vida misma, fácil. Ese camino pasa por ayuntamientos con políticos, guardias civiles, cocaína y putas gastando el dinero del contribuyente en una partida de póquer. Ese camino, lleno de violencia, pasa por conocer al miserable ser humano en toda su naturaleza. Somos asesinos, corruptos, violadores, puteros y manipuladores. Muchos de nosotros merecemos un cañón en nuestra nuca, una forma mucho más lícita de acabar con nosotros que como lo hacen otros.
La dirección de Muñoz es ejemplar, controlando como pocos hacen en este país algo fundamental: el ritmo. ‘Sicarivs: La noche y el silencio’ dura lo que tiene que durar y huye del mal de muchos films actuales: alargar demasiado muchas secuencias. Al respecto, todas las visitas que el personaje central hace están medidas con un prodigioso sentido del ritmo interno. Ya sea el bar donde el asesino pide información a una camarera, o la secuencia de la partida, Muñoz muestra únicamente lo que tiene que mostrar.
Además, en cierto momento, realiza algo muy arriesgado de lo que sale victorioso. Prácticamente toda la película conserva el punto de vista del personaje de Clavijo, salvo en su última visita. En dicha secuencia, el diálogo que Muñoz mantiene con el espectador pasa por cederle a éste el mando del “juego”. Durante un par de minutos, quizá más, estamos desconcertados intentando averiguar la ubicación del asesino, hasta que éste aparece desde el único ángulo posible. Un traspaso de roles en el que nos damos cuenta de que ya hemos empatizado con él.
Excelente Víctor Clavijo
Por supuesto el film no sería lo mismo si no fuera por la extraordinaria interpretación de Clavijo, quien creo hace el mejor trabajo de su carrera. Si quisiera decirlo de forma graciosa, diría que Raúl el de ‘Al salir de clase’ se ha hecho mayor y vive como asesino. Pero el rol es mucho más complejo de lo que parece. Si antes decía que tal vez la voz en off es innecesaria en ciertos instantes es porque Clavijo logra transmitir todo con su composición sin la necesidad de la voz narrando sus pensamientos. De hecho, lo mejor de su trabajo es cuando calla. Sus ojos y su actuación física lo hacen todo.
Además ‘Sicarivs: La noche y el silencio’ goza de un trabajo actoral que sorprende por su naturalidad. Absolutamente todos están muy creíbles en sus roles, aunque personalmente citaría a Chete Lera, actor con una presencia arrolladora, y Pedro Casablanc, con el que Muñoz además realiza un juego metafórico sobre la ficción y la realidad que a más de uno ha debido incomodar. Lo que hemos visto es una ficción que es anticipada por los consejos que el hombre que fuma (Casablanc) da al asesino sobre un escenario teatral, del que finalmente Clavijo se baja.
Puede que la voz en off sobre en los momentos finales más que nunca. La imagen ya lo transmite, al menos así lo creo. Los asesinos existen porque determinadas personas han decidido que existan. El riesgo ético/moral que corre Muñoz es enorme, ya que no podemos permitirnos el lujo de juzgar todo lo que el personaje de Clavijo hace por no matar a una persona. Y eso, al igual que el asesino viéndose a través de los ojos de una de sus víctimas, no nos gusta nada.