¿Qué es la NAT y por qué me afecta tanto al jugar online?
Un pensamiento que asalta frecuentemente al jugador veterano y curtido ya en mil batallas es el de que, sin lugar a dudas, las cosas eran antes mucho más fáciles para quienes disfrutamos con esta afición.
No quiere decir que ahora sean peores, vaya (eso ya es sujeto de otra discusión), pero son tantas las complicaciones a las que nos enfrentamos hoy en día cuando solo nos apetece sentarnos un rato con el mando entre las manos para echar una partida, que a veces terminamos abandonando el intento con absoluta frustración.
Esta clase de situaciones desesperantes son particularmente comunes cuando hablamos del juego online en consola, terreno especialmente propicio para los errores y las incompatibilidades de todo tipo, en muchos casos sin aparente explicación lógica.
De hecho, estoy convencido de que si os hablo de la NAT, muchos resoplaréis como muestra de los numerosos quebrados de cabeza que estas siglas os han provocado, entorpeciendo o directamente evitando la realización de partidas en red con vuestros juegos favoritos. ¿Pero a qué se refiere exactamente este término y por qué es algo que debe preocuparme cuando todo lo que quiero hacer es jugar? Vamos a intentar entenderlo un poco.
Son tantas las complicaciones a las que nos enfrentamos hoy en día cuando solo nos apetece sentarnos un rato a echar una partida
Pero eso de la NAT qué es
No es el objetivo de este artículo resultar insufriblemente técnico ni convertirse en una clase sobre redes, pero es inevitable tener que entrar un poco en harina y explicar claramente a qué nos enfrentamos cuando hablamos de NAT. En concreto, las siglas corresponden a Network Address Translation, es decir, traducción de direcciones de red, un proceso necesario cuando se intenta establecer comunicación entre dos puntos de una red que no resultan compatibles por no estar «hablando el mismo idioma» (y aquí que los expertos del lugar me permitan la simplificación en favor de la más clara explicación).
Las consecuencias más habituales de los errores de NAT son los chats de voz que no responden, los matchmaking eternos o las partidas que no se pueden jugar
La necesidad de entablar conversaciones entre puntos que no son capaces de entenderse en primer lugar surge cuando una red como Internet alcanza unas dimensiones que imposibilitan tener direcciones suficientes (en este caso, direcciones IP) con las que identificar a todos los equipos conectados a la misma. Como solución de compromiso, en absoluto ideal, esta enorme red se divide en compartimentos con sus propias «reglas lingüísticas». La NAT actúa pues como intérprete entre esos compartimentos, aunque sus capacidades de traducción simultánea pueden ponerse a prueba cuando nos disponemos a echar unas partidas con los colegas.
Cuando eso sucede estamos sufriendo las consecuencias de una solución muy imperfecta surgida ante la problemática producida por la reducida escalabilidad del modelo de direcciones IPv4, incapaz de responder a la gigantesca expansión de Internet en los últimos años, algo que no sucede (y en teoría, no sucederá hasta dentro de muchísimo tiempo) con el modelo IPv6. Como ya digo, se puede ahondar mucho más en la parte técnica, pero para ello tenéis documentación más que sobrada al alcance de vuestro ratón.
¿Qué tipos de NAT hay?
Cuando nuestra consola nos muestra un error en este campo, habitualmente hace referencia al tipo de NAT que está provocando los fallos comunicativos. Las consecuencias más habituales de ello son los chats de voz que no responden, los matchmaking eternos o las partidas que directamente no se pueden jugar. Aunque quizás os suenen después de tanto mensaje de advertencia, vamos a comentar los tipos de configuración de NAT que podemos encontrar y lo que suponen para nuestra experiencia:
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NAT tipo 1 (abierta): con esta modalidad no hay problemas a la hora de establecer conexión entre nuestra plataformas y los servidores de juego, de forma que es la opción ideal para que todo vaya como la seda.
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NAT tipo 2 (moderada): es la opción más habitual al emplear un router para la conexión y aquí ya pueden empezar a surgir trabas como una experiencia de juego lenta, la incapacidad de hablar con determinados usuarios o de actuar como anfitrión en una partida.
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NAT tipo 3 (estricta): bajo esta configuración, solo podremos tener un canal de comunicación directo con los jugadores que tengan una NAT abierta, lo cual nos deja un margen de maniobra bastante reducido y a cambio nos entrega innumerables momentos de desesperación.
Es por esto que a veces tenemos errores de NAT con unos usuarios sí y con otros no; de hecho, lo más probable es que estos problemas sean persistentes siempre con los mismos amigos, hasta que no les pongamos fin ajustando las tuercas pertinentes. Aquí nos encontramos con que la situación particular de cada usuario es un mundo (por máquina de juego, modelo de router y otros factores en su conexión), pero algunas pinceladas sí que podemos dar para intentar tener más claro el camino a seguir con el fin de librarnos de este yugo.
¿Y entonces cuál debo usar?
Como ya digo, es imposible realizar aquí guías para solucionar los problemas de NAT en todas las situaciones posibles que cada uno de nosotros pueda experimentar y tampoco es ese el objetivo de este artículo, pero la documentación sobre la gran mayoría de configuraciones habituales que puedan darse no es en absoluto difícil de localizar. Dicho eso, hay unos cuantos consejos y puntos maestros que sí os serán útiles en el campo de batalla.
Los diagnósticos de red de la mayoría de consolas actuales nos desvelarán qué tipo de NAT estamos usando
En la mayoría de configuraciones de red que permiten los equipos domésticos, a lo máximo que podremos aspirar es a una NAT tipo 2, algo que debería ser suficiente para evitar gran parte de los problemas si todo el mundo dedica unos minutos a ajustar su configuración. Los diagnósticos de red de la mayoría de consolas actuales nos desvelarán en qué estado nos encontramos, un punto de partida necesario antes de ponernos el mono de trabajo.
Dejaré en manos de cada uno la tarea de averiguar cómo acceder a su router, aunque el proceso suele ser bastante similar en todos los modelos suministrados por las compañías proveedoras de acceso a Internet; si tenéis un router adquirido de forma independiente, estoy seguro de que sabréis cómo efectuar este proceso. Una vez dentro del menú que gestiona este equipo, lo más fácil para conseguir que todo vaya como es debido es dar con el ajuste de UPnP y asegurarnos de que está activo. Este parámetro es compatible con la gran mayoría de routers actuales y una vez que esté operativo debería servir de solución para nuestros problemas, aunque bien sabemos que a veces las cosas no son tan fáciles como parecen.
Llegados a este punto puede ser que nos toque asignar una IP estática a nuestra consola y afrontar la siempre desafiante tarea de tener que abrir puertos para dejar así vía libre a la comunicación entre consola y servidor; una vez más, dejaré en manos de cada uno averiguar la forma de realizar este proceso en su router, porque cada modelo cuenta con una interfaz distinta para efectuar estos ajustes. Lo que sí será válido en todos los casos es el listado de puertos que cada consola requerirá tener abierto para el apropiado funcionamiento:
Puertos de red utilizados por Xbox Live en Xbox One
- Puertos TCP: 53, 80, 3074.
- Puertos UDP: 53, 88, 500, 3074, 3544, 4500.
Puertos de red utilizados por Xbox Live en Xbox 360
- Puertos TCP: 53, 80, 3074.
- Puertos UDP: 53, 88, 3074.
Puertos de red utilizados por los juegos de PS3 y PS4
- Puertos TCP: 80, 443, 5223 y 10070 – 10080.
- Puertos UDP: 3478, 3479, 3658 y 10070.
Puertos de red utilizados por PSN
- Puertos TCP: 80, 443, 5223.
- Puertos UDP: 3478, 3479, 3658.
Puertos de red utilizados por Wii U
- Puertos TCP: Puerto 65535
- Puertos UDP: Puerto 65535
En determinados casos particulares es posible que ni con toda esta apertura de puertos se consiga solucionar el problema, y en tal caso os tocaría investigar qué particularidad en vuestra red es la que está provocando la restricción. Configurar el uso de una DMZ quedaría como la última opción a la que recurrir si nada de lo anterior ha dado resultado y si vuestra red por sí no tiene ningún otro impedimento físico para el apropiado uso del juego online, tarea para la que una vez más podéis encontrar numerosos tutoriales en la web.
Para cada caso particular os aconsejo que visitéis las páginas de soporte de vuestra consola y de vuestro router, donde encontraréis ya los pasos concretos que os permitirán dar con la tecla apropiada ahora que (espero) el concepto de la NAT y todo lo que representa para nuestra experiencia de juego ha quedado más claro. El videojuego moderno está cargado de grandes ideas que disfrutar, pero también tiene un precio a pagar.
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