Prueba del HP ZBook 17 G4 – ¿Una estación de trabajo portátil para fotógrafos exigentes?
Hasta no hace tanto, la mayoría de fotógrafos y profesionales de la imagen debían plantearse, en algún momento u otro, qué tipo de trabajo se podía realizar en un ordenador portátil y qué tareas requerían de un ordenador de escritorio.
Si bien ambos están destinados a cubrir necesidades muy diferentes, en muchas ocasiones desearíamos disponer de las ventajas de ambos: portabilidad y potencia. Este es precisamente el nicho que pretenden suplir las denominadas estaciones de trabajo portátiles.
En los últimos años, estas workstations portátiles han evolucionado notablemente, y encontramos verdaderas estaciones de trabajo –equivalentes a los modelos de sobremesa– con pesos muy razonables. Es el caso, por ejemplo, de la familia Z de HP, que ha sido diseñada “para los creativos en movimiento y los profesionales del diseño”, en palabras de la propia compañía.
Características y prestaciones
El modelo bajo prueba obedece a la referencia HP ZBook 17 G4, una de las estaciones de trabajo móvil más potentes de la firma americana, y una de las referencias del mercado en este segmento. La idea es ofrecer las prestaciones y la capacidad de ampliación de una estación de trabajo de escritorio, pero un formato que llamaríamos “transportable“.
Existen diferentes modelos y opciones –según las necesidades y presupuesto de cada uno–, pero nuestra unidad de test viene con una hoja de especificaciones bastante impresionante.
El procesador no es el común Intel Core i7 que encontramos en los ordenadores de alta gama, sino uno de la familia Xeon, utilizado normalmente en servidores. Más específicamente, se trata de un Intel Xeon E3-1535M v6 operando a 3,1 GHz, con 4 cores y 8 MB de memoria caché. Se trata de la versión móvil, que “solo” tiene un consumo TDP de 45 W. Para hacernos una idea de su coste, el procesador solo tiene un precio que supera los 500 € la unidad, más que algunos portátiles de entrada de gama.
Actualmente, los ordenadores portátiles más avanzados suelen venir equipados con hasta 16 GB de RAM, aunque dependiendo de los chipsets, a veces se limitan a solo 8 GB, siendo esta una de las limitaciones más evidentes de los portátiles cuando se comparan con ordenadores de sobremesa. En este caso, la plataforma Xeon viene acompañada de nada menos que 64 GB de RAM de tipo DDR4.
Para el almacenamiento interno, disponemos de un total de 1 TB de memoria de estado sólido, repartidos en dos unidades SSD de 500 GB, una de las ventajas de disponer de más de una ranura –accesible– que permite expandir dicha memoria en caso de necesitarla en un futuro. Sin embargo, teniendo en cuenta todas las posibilidades de expansión –dos unidades de almacenamiento interno más dos slots M.2– es posible llegar hasta 4 TB de capacidad.
Finalmente, donde la mayoría de los portátiles ofrecen una solución integrada, nuestro ZBook cuenta con una potente tarjeta gráfica dedicada, una Nvidia Quadro P5000 con nada menos que 16 GB de memoria GDDR5, una cifra que equivale normalmente a la memoria RAM general de un portátil de alta gama.
Se trata, pues, de uno de los modelos más potentes de la compañía, cuyo precio ronda los 5.200 €. Sin embargo, existen versiones bastante más asequibles para aquellos usuarios que no requieran de tanta potencia, cuyo precio de partida se sitúa en los 1.600 € para el modelo más básico –con un Intel Core i7, 8 GB de RAM y una tarjeta gráfica Nvidia Quadro M1200 con 4 GB de GDDR–, pero que se puede ir configurando al gusto del consumidor.
Diseño y construcción
Es evidente que, si bien se han tratado de realizar esfuerzos en este aspecto, el tamaño de nuestra estación de trabajo no es precisamente pequeño. Hablamos de unas dimensiones de 42 x 28 cm, para un grosor de 3,3 cm, con un peso que sobrepasa ligeramente los 3 kg –a partir de 3,14 kg según la configuración escogida–.
Existe un claro progreso con respecto a las primeras estaciones de trabajo portátiles y podríamos considerar incluso que es relativamente compacta y ligera para tratarse de una workstation de esta potencia. No obstante, los portátiles comunes también han hecho progresos en este aspecto, y los ultrabooks más ligeros del mercado están ya por debajo del “kilo” con un nivel de prestaciones más que correcto.
Sin embargo, existe otro importante extra a considerar en este tipo de estaciones portátiles, y es el importante consumo de estas. Ello implica tener que llevar consigo un adaptador externo de considerables dimensiones –algo que, curiosamente, no suele salir nunca en las fotos de productos de los fabricantes–, y que añade un peso importante al equipo.
En este caso, el adaptador de corriente alterna suministra nada menos que 200 W, necesarios para alimentar no solo el potente procesador, sino la aún más potente y exigente tarjeta gráfica, entre otros.
Afortunadamente, el HP ZBook 17 G4 viene equipada con una gran batería de ion-litio de larga duración –de 6 celdas– con una capacidad de 96 Wh, que permite poder prescindir del adaptador durante un tiempo razonable.
Su construcción en aluminio y magnesio es bastante robusta y, según el fabricante, cumple con la certificación MIL-STD 810G, una normativa militar que rige su resistencia a las caídas, entre otros aspectos.
Por otro lado, sus grandes dimensiones permiten no hacer concesiones en cuanto al tamaño de la pantalla, y el HP ZBook 17 G4 equipa un panel IPS de 17,3″. Se trata de una pantalla con un tratamiento antirreflejos –y no brillante como la mayoría de los ordenadores portátiles del mercado–, una elección común entre los usuarios que pasan largas horas trabajando delante de una pantalla, pero menos vistosa para la reproducción visual de contenidos. Existe un continuo debate entre las pantallas mate y las glossy, con partidarios y detractores en cada bando, pero creemos que se trata –en este caso– de una decisión acertada por parte de HP teniendo en cuenta el target de este modelo.
Nuestro modelo incluye un panel con resolución 4K UHD –3.840 x 2.160 píxeles–, si bien existe la posibilidad de optar por un panel de resolución FHD, en este último caso con la opción táctil o incluso sin la capa antirreflejos.
En nuestra opinión, una resolución intermedia a estas hubiera sido más acertada. La resolución FHD es, evidentemente, demasiado baja para un tamaño de 17″, especialmente para aquellos usuarios acostumbrados a las pantallas de sus smartphones con densidades mucho mayores. Sin embargo, si bien el panel 4K UHD permite aprovechar al máximo el contenido multimedia, el sistema operativo y su ecosistema aún no acaban de gestionar con fluidez esta resolución, y en demasiadas ocasiones hemos de lidiar con texto e iconos demasiado pequeños.
Por otro lado, el panel de 4K implica un consumo más elevado que el de FHD –con la consiguiente pérdida de autonomía–. Una resolución intermedia –en el entorno de los 3K– permitiría ofrecer un compromiso entre consumo y densidad de píxeles adecuado al tamaño de la pantalla.
Sin ser los bordes demasiado grandes, consideramos que estos podrían ser todavía más finos y reducir así las dimensiones generales del equipo, además de hacerlo más atractivo estéticamente. El Zbook incluye también una cámara web de resolución 720p así como unos potentes altavoces estéreos integrados firmados por Bang & Olufsen.
Por supuesto, la workstation de HP tampoco hace concesiones en su teclado, y aprovecha el espacio disponible para incluir un bloque numérico. Se trata de un teclado retroiluminado resistente a los posibles derrames de líquido.
Sin embargo, el trackpad tiene unas dimensiones algo reducidas con respecto a las dimensiones globales, y no es tan preciso como los mejores paneles táctiles que hemos probado. Asimismo, incluye demasiados botones según nuestro criterio, y una simplificación en este sentido sería bienvenida.
En general, creemos no obstante que el diseño no es uno de los puntos fuertes de esta familia de estaciones de trabajo móviles, algo que no podemos achacar directamente al buen hacer de la compañía en este material –el HP Folio o Spectre son dos buenos ejemplos de diseño–, sino al hecho de creer que no es necesario este nivel de acabado y diseño para los usuarios de este tipo de ordenadores.
Conectividad
La conectividad es, como era de esperar, uno de los puntos fuertes de esta workstation. Nos encontramos en el extremo opuesto del MacBook de Apple, seguramente uno de los portátiles más ligeros para fotógrafas nómadas que no necesiten de mucha potencia… pero que está limitado a una única conexión USB-C.
El HP ZBook 17 G4, sin embargo, viene equipado, en su lateral izquierdo, con un puerto RJ45 con conexión Gigabit ethernet, 3 puertos USB 3.0 –uno de ellos con funcionalidad de carga– y una ranura para tarjetas SD compatible UHS-II.
En su lateral derecho, encontramos dos puertos USB-C –compatibles con Thunderbolt 3–, un conector VGA, un puerto HDMI 2.0 y un puerto USB 3.1, además de un combo entrada/salida de auriculares y micrófono.
En este mismo lateral hay espacio también para incluir un lector de smartcards. Por supuesto, en su interior no faltan las habituales conexiones inalámbricas, en este caso el Wi-Fi 802.11a/b/g/n/ac (2×2) y el Bluetooth 4.2.
Uso y rendimiento
El objetivo de nuestra prueba no es realizar una exhaustiva batería de tests comparativos para determinar el rendimiento “teórico” de esta unidad, sino determinar si sus prestaciones justifican el hecho de cargar con un ordenador bastante más voluminoso y pesado que los últimos ultrabooks del mercado que, a pesar de sus reducidas dimensiones, disponen de relación peso/potencia muy favorable.
El arranque es bastante rápido, tarda poco más de 10 s en estar completamente operativo, aunque en este caso el sistema operativo –Windows 10 Pro– tiene una gran influencia en los resultados. De todos modos, se trata de tiempos similares a los de un portátil potente equipado de discos de estado sólido –el uso de discos convencionales ralentiza mucho la puesta en marcha–.
Para probar el rendimiento de estos discos SSD, utilizamos la herramienta AJA System Disk Test con diferentes configuraciones –ficheros de 1 y 4 GB– pero con resultados bastante similares. Las velocidades de lectura y escritura se sitúan, respectivamente, entre 1.200-1250 MB/s y 2.050-2.250 MB/s.
En la práctica, ejecutamos nuestro test de transferencia de una biblioteca de imágenes con 1.000 archivos RAW de alta resolución de una Sony α7R II –40 MB por fichero en media–, lo que da un total de 40 GB de datos. El tests consiste en la duplicación de la carpeta en el mismo disco. Como en cada test, repetimos tres veces la prueba –sin otras aplicaciones en ejecución– para obtener una media de 1 min 20 s para completar la transferencia, lo que se traduce en una media de 500 MB/s.
Gracias a nuestra configuración basada únicamente en este tipo de discos de estado sólido, estos no contribuyen al nivel de ruido. Por contra, lo que sí suele tener repercusiones en este apartado es la gestión térmica, un aspecto muy importante a tener en cuenta para aquellos usuarios que pasan mucho tiempo trabajando delante de un ordenador portátil.
En este caso, la temperatura está muy controlada. La gran superficie del ZBook permite una buena disipación, y el ventilador de apoyo no es especialmente ruidoso cuando este opera a toda potencia durante la ejecución de tareas intensivas. Sin embargo, el ventilador se pone a girar a veces muy rápido sin aparente necesidad, –una simple copia de ficheros que no debería requerir de tal disipación–, lo cual puede resultar molesto.
En nuestros tests con Adobe Lightroom, el nivel de ruido se mantuvo tolerable en todo momento. El primero de los tests consiste en exportar una parte de nuestra biblioteca en Lightroom Classic –versión 7–, en concreto 50 imágenes RAW –40 MB por fichero– que resulta en un total de 2 GB de datos.
La exportación se realiza con los ajustes por defecto de Lightroom, a formato JPEG en resolución nativa, y con una compresión del 60%. Ninguna otra aplicación está ejecutándose durante el test. El tiempo medio utilizado por el HP ZBook 17 G4 en estas condiciones se sitúa en los 2 min 30 s. Comparativamente, nuestro MacBook –modelo 2016– emplea tres veces más en promedio, unos 7 min 30 s.
El uso de los cores del procesador varía entre el 50 y el 100% durante las tareas de exportación, y los tiempos empleados para el test son bastante fluctuantes, bastante más bajo con el sistema operativo de Windows que sobre macOS.
En un segundo test, abrimos el nuevo Lightroom CC en paralelo con Lightroom Classic para ejecutar la misma tarea de exportación en paralelo, y comprobar de este modo si nuestra estación de trabajo puede sacar provecho de la multitarea de su potente procesador.
La naturaleza de esta tarea, sin embargo, no permite aprovechar dicha funcionalidad, y el tiempo empleado es prácticamente el doble. En este aspecto, se trata más de una limitación del propio software que no permite explotar el sistema a pleno rendimiento al ejecutar diferentes operaciones en paralelo.
En nuestro último test con Lightroom, realizamos la creación de previews 1:1 con los mismos 50 archivos RAW. En este caso, el promedio asciende a 4 min.
Durante todas nuestras pruebas, el nivel de brillo de la pantalla estaba configurado a casi el máximo (93 %). Con estas tareas ejecutándose de forma intensiva y repetidamente en bucle, la batería llegó al 10% de su capacidad en apenas 1h 35 min, lo que sitúa su autonomía a pleno rendimiento en menos de 2 h… que se podrían estirar a esa cifra ajustando el brillo de la pantalla un poco por debajo.
Conclusiones
Si bien no hay duda de el alto nivel de prestaciones que el HP ZBook 17 G4 puede ofrecer –en línea con ordenadores de sobremesa similares–, no está tan clara su idoneidad para aquel fotógrafo que, a costa de ceder en portabilidad, espera un rendimiento sin límites.
A nuestro entender, la estación de trabajo portátil de HP es más jugosa sobre el papel que en la práctica, siempre bajo la perspectiva de las tareas específicas que un fotógrafo o profesional de la imagen suele ejecutar. Dicho de otro modo, el hecho de equipar un portátil con los mejores componentes del mercado no significa necesariamente que el rendimiento conjunto se multiplique en la misma proporción.
Las limitaciones del software –quién explota estos componentes– son también uno de los aspectos a tener en cuenta, sobre todo en relación a las necesidades particulares en cuanto a las tareas a realizar.
Otra realidad muy distintas sería analizar este equipo dede una óptica videográfica, como equipo de postprocesado, edición o montaje. Aquí sin duda ese factor diferencial de tiempo en los procesos haría el trabajo global mucho más rentable -en este campo más que en ningún otro “el tiempo es dinero” y la inversión en equipo quedaría más clara.
Por otro lado, para aquellos usuarios en los que el peso y los dimensiones no son realmente importantes –pero si la necesidad de disponer de un equipo “transportable“–, el HP ZBook 17 G4 es una de las mejores opciones en cuanto a precio/prestaciones/movilidad, no solo gracias a la gran capacidad de configuración que ofrece la compañía, sino por los razonables precios aplicados a las diferentes opciones disponibles.
Además, para los profesionales que necesitan de un soporte de primer nivel, HP incluye con su workstation una garantía limitada de 3 años in situ, pero existe también un pack opcional hp Care Pack –con un coste de 385 €– que proporciona soporte de hardware in situ al siguiente día laborable durante 5 años. Algo que otros fabricantes de portátiles no ofrecen, y que puede hacer decantar la balanza.
Más información en la página de producto del HP ZBook 17 G4.