'Predator': tres grandes razones para amar la película de Shane Black y otras tres para quedar defraudado
‘Predator’ no se ha convertido en el gran éxito de taquilla que esperaba Fox y además la respuesta de la crítica ha sido más negativa que positiva. Esto tampoco es inhabitual cuando hablamos de un blockbuster, pero en el caso que nos ocupa puede chocar un poco porque una de las principales características de la cinta dirigida por Shane Black es que se desmarca de la tónica habitual de este tipo de producciones.
Por mi parte, agradezco mucho que Black haya tenido la libertad para ofrecer un espectáculo violento y con una serie de virtudes que hacen que el visionado de ‘Predator’ se pase volando, aunque eso no quita que también sea consciente de sus problemas. A continuación voy a repasar tanto lo que creo que funciona en la película como lo que simplemente resulta un tanto decepcionante.
Tres grandes virtudes para dar amor a ‘Predator’
La violencia sin cortapisas. ¿Qué sentido tendría que un invasor alienígena siembre el caos y la destrucción a su paso si la violencia hay que mostrarla de forma disimulada -aka sin sangre- o en off? Ese es el primer lastre del que se deshace Black, dejando que todo se desarrolle forma convincente pero sin regodearse tampoco innecesariamente en las muertes. Es un poco triste que esto sea un soplo de aire fresco pero así se siente en ‘Predator’.
Los personajes te caen bien. El paso adelante en el tratamiento de la violencia no deja de ser un complemento para la diversión, siendo mucho más importante el satisfactorio tratamiento de los personajes. Ahí sí que se agradece ese regreso a sus raíces ochenteras con un sentido del humor socarrón y con tendencia al derroche de testosterona para la construcción de un improbable grupo de héroes que sencillamente te cae bien, incluso cuando están descrito con un par de trazos para evitar una caída de ritmo.
El lenguaje «inapropiado». Un detalle clave para ello es la posibilidad de utilizar un lenguaje que actualmente se considera inapropiado para cierto tipo de público. La cuestión es que hay situaciones en las que encaja utilizarlo y en ‘Predator’ le viene que ni anillo al dedo a este grupo de personajes. De hecho, sin esto y la generosidad con la violencia podría haber acabado siendo otro de esos asépticos pasatiempos que tanto abundan. Aquí no se cortan y todo parece permitido, añadiendo un toque de imprevisibilidad y de humor que le sienta de fábula.
Tres motivos principales para cagarse en ‘Predator’
Las escenas de acción flojean. Lo que mencionaba antes de la violencia ayuda a que las escenas de acción sean más atractivas, pero a la hora de la verdad ese es uno de los principales puntos débiles de ‘Predator’. Eso era algo que ya notaba en ‘Iron Man 3’, cinta que me gusta mucho salvo cuando la acción pasa a primer plano. Aquí sucede algo similar, y es que Black es muy buen guionista y un director muy solvente, sobre todo en la dirección de personajes, pero falla en esos momentos.
Con esto no quiero decir que incurra en errores habituales como intentar tapar las carencias para la acción de algunos de sus protagonistas mediante una sucesión rápida de imágenes en esos momentos, pero sí que le falta esa visión que muy pocos realizadores tienen para exprimirlo a fondo, tanto por la composición de los planos como por el control de todo lo que le rodea. Sencillamente ahí todo resulta más convencional y solamente el añadido del gore evita que sea algo más molesto.
Falla el ritmo. Además, en ciertos momentos da la sensación de que todo se sucede de forma un tanto atropellada, en especial durante un último acto que baja el nivel de forma clara respecto a lo que hemos visto previamente. Eso es en parte consecuencia de un ritmo intenso para evitar que el espectador llegue a aburrirse, pero durante los dos primeros actos se controla mejor a través de las virtudes enumeradas.
El final no emociona. No obstante, en el último acto se hace más evidente, ya que ahí Black parece sentirse menos cómodo con la necesidad de dejar más de lado el humor en beneficio de un enfrentamiento un tanto monótono en el que esa pega se hace más evidente. Además, el epílogo tiene alguna idea «molona» pero resulta un tanto pegote. El original que incluía el regreso de Arnold Schwarzenegger que os explicamos en el vídeo de arriba era mucho más estimulante.
Dicho de esta forma, puede parecer que las virtudes y las debilidades de ‘Predator’ tienen el mismo peso o que incluso son más importantes las segundas, pero a la hora de la verdad lo positivo tiene bastante más peso. Simplemente he querido incidir también en lo negativo porque creo que necesitamos más blockbusters en esta línea, pero también necesitamos que sean mejores que el último trabajo de Shane Black.
También te recomendamos
11 situaciones en las que el VPN de Norton se vuelve imprescindible en tu trabajo
–
La noticia
‘Predator’: tres grandes razones para amar la película de Shane Black y otras tres para quedar defraudado
fue publicada originalmente en
Espinof
por
Mikel Zorrilla
.