Por qué el verano abre nuevas oportunidades en la estrategia de marketing
Desde hace unos días ya estamos oficialmente en verano, aunque para no pocos marketeros y para no pocos responsables de estrategia de marca el verano se empezó a preparar ya hace mucho tiempo y ha arrancado de hecho tiempo atrás. El verano es una oportunidad destacada para posicionar a la marca y para conectar con los consumidores.
El verano es uno más de los momentos del año que las marcas y las empresas deberían aprovechar para posicionarse, vender y llegar a sus usuarios o a sus potenciales compradores. Aunque el verano se asocia a las vacaciones y eso hace que quienes parezcan dominar entre los mensajes de marcas durante el período sean las compañías vinculadas a ese sector, lo cierto es que esta temporada puede servir como palanca para posicionar mejor a la compañía o a la marca sea cuál sea el sector en el que opera.
Las razones por las que el verano es una oportunidad dorada en la estrategia de marketing son variadas.
Es una excusa para conectar con los consumidores
Siempre es un buen momento para intentar posicionarse y para intentar conectar con los consumidores. Las marcas y las empresas intentan aprovechar las oportunidades para venderse de un modo más cercano, para conectar más con las audiencias y para llegar a ellas de una manera que resulte mucho más llamativa, mucho más empática o mucho más potencialmente viral.
Por eso, las fechas señaladas son un momento clave y uno que es explotado por las compañías hasta posiblemente el aburrimiento. Se emplea la Navidad, se usa el día de San Valentín, se explota Halloween o se intenta sacar réditos del último partido del equipo de moda. El verano no es solo el momento en el que los empleados se van de vacaciones, sino también una oportunidad de oro para hacer este tipo de comunicaciones y para posicionarse ante los consumidores. Además, no hay que olvidar que el verano dura meses y que todos esos meses son una excusa a emplear.
El verano es positivo y está vinculado al optimismo
Además, no se trata solo de que el verano sea una excusa para hablar de la marca y para conectar con los consumidores. Es también una ventana para lograr un importante engagement y para conseguir una respuesta elevada. Los consumidores suelen responder a los contenidos vinculados con el verano y suelen hacerlo, además, de un modo muy positivo.
Porque, a diferencia de otras temáticas y a diferencia de otras ventanas de conexión con el consumidor, el verano no tiene muchas aristas. Las principales emociones vinculadas al verano son positivas y optimistas y esos son los valores que la empresa logra apuntalar cuando se posiciona empleándolo.
Abre la puerta a promocionar contenidos, servicios y productos temporales
Y, como ocurre con todos los días y momentos especiales, el verano es también una oportunidad de negocio y una excusa no solo para conectar con los consumidores sino también para venderles cosas. El verano abre la puerta a posicionar servicios y productos vinculados al momento y que se convierten en un elemento temporal, en una ventana efímera pero que – si se hacen bien las cosas – logra conectar de un modo mucho más efectivo con los consumidores y puede suponer un pico en las ventas.
Ser creativo hace que sobresalgas sobre los demás
Por otra parte, un elemento que puede hacer que la estrategia de marketing pueda funcionar de un modo mucho más llamativo es el de apostar por la creatividad. Al fin y al cabo, el verano se asentado ya con ciertos códigos y con ciertos tipos de mensajes.
Posicionarse de un modo diferente y usar otro tipo de mensajes, siendo mucho más creativo que la competencia, hará que la campaña, el mensaje o el producto destaquen frente a lo que están haciendo los demás. No solo se consigue aprovechar así mucho más esta ventana, sino que además se logra hacerlo de un modo mucho más efectivo que el que emplean tus competidores.
Es una ventana privilegiada si tus competidores no hacen los deberes
Y, finalmente, el verano es un momento en el que se pueden sacar muchos más réditos si la competencia no sabe ver su potencial y no sabe hacer los deberes. Puede parecer casi imposible que una empresa no aproveche el verano, pero lo cierto es que no lo es tanto. Dado que el verano es cuando muchos de los empleados cogen vacaciones y cuando no pocas empresas están a medio gas (cuando no directamente algunas cierran), las propias decisiones se ralentizan y la actividad se queda un poco en ‘stand by’. Por tanto, algunas empresas no es solo que ya no aprovechen el verano, es que se quedan como trabajando a medias.