Película con IA de DeepMind debuta en Tribeca 2025
El corto “ANCESTRA” debuta en Tribeca 2025: DeepMind y Darren Aronofsky fusionan el modelo Veo con rodaje clásico para narrar el poder cósmico del amor materno.
La 23.ª edición del Tribeca Festival se abre hoy con el estreno mundial de ANCESTRA, un cortometraje de apenas ocho minutos que marca un hito técnico y emocional en la historia reciente del séptimo arte.
Dirigido por la cineasta estadounidense Eliza McNitt y respaldado por un equipo de más de 200 profesionales, el proyecto combina escenas de acción real con secuencias generadas por Veo, el modelo de video de vanguardia desarrollado por Google DeepMind.
La trama —inspirada en el propio nacimiento de la directora— relata la lucha de una madre cuyo bebé llega al mundo con un agujero en el corazón.
El resultado es un viaje íntimo y al mismo tiempo cósmico que deja claro que la inteligencia artificial ya no es un mero experimento, sino una nueva herramienta creativa al servicio de las historias humanas.
La artesanía de un equipo de 200 profesionales
Para materializar la visión de McNitt, Primordial Soup —la productora incubada por Darren Aronofsky— reunió a animadores, diseñadores, guionistas, tecnólogos, un nutrido elenco de actores y un batallón de especialistas en posproducción.
Cada departamento dialogó con los investigadores de DeepMind en un flujo de trabajo híbrido que evitó el “todo IA” y buscó la fusión orgánica entre imagen sintética y rodaje tradicional.
La directora no dudó en calificar la experiencia como un nuevo modo de mirar el mundo: «Veo es otra lente a través de la cual puedo imaginar el universo que me rodea.« Esa “otra lente” permitió, por ejemplo, recrear un bebé intrauterino con texturas hiperrealistas y movimientos que habrían requerido meses de animación 3D convencional.
Veo, Gemini e Imagen: la tríada creativa
El proceso arrancó en el papel. McNitt redactó un guion y, junto a un artista de storyboard, diseñó las escenas que se rodarían en estudio.
Luego llegó el turno de la IA. Con la ayuda de Gemini —el LLM insignia de Google— el equipo describió en detalle estético una serie de fotografías familiares tomadas el día real del nacimiento de la directora. Esas descripciones sirvieron de “semilla” para generar key art mediante Imagen, la plataforma de generación de imágenes de la compañía.
Finalmente, Veo animó esos fotogramas con prompts que afinaban tono, color y atmósfera hasta lograr la continuidad visual con el material de cámara. La tríada tecnológica se empleó, entre otras cosas, para un plano secuencia que viaja a través de un modelo 3D del cuerpo humano desde el tórax hasta el útero, respetando la coreografía de cámara diseñada en pre-vis.
Retos técnicos y un nuevo lenguaje visual
No todo fueron facilidades. Integrar un recién nacido generado por IA en una toma real exigía que la iluminación, el color y el grano coincidieran al píxel.
Para solventarlo, DeepMind desarrolló capacidades inéditas de Veo: motion matching —que replica movimientos de cámara de referencias 3D—, personalized generation —para mantener estilo y paleta a lo largo de múltiples planos— y la función add object, capaz de insertar elementos sintéticos en regiones específicas del fotograma sin alterar el resto de la imagen.
Gracias a ello, el momento del parto —filmado con la actriz en un quirófano recreado— exhibe un bebé verosímil que respira, parpadea y congela al público en una mezcla de asombro y ternura. Secuencias igualmente complejas, como la visión interior de un huevo de cocodrilo agrietándose al atardecer, se compusieron mezclando varias capas de video generado y efectos tradicionales en un pipeline de VFX clásico.
Horizonte para el cine del mañana
ANCESTRA es solo la primera entrega de una trilogía que Aronofsky producirá con DeepMind, apadrinando a nuevos directores que explorarán fronteras narrativas todavía inexploradas.
Más allá del espectáculo, la apuesta subraya una tendencia que crece en la industria: el uso de modelos generativos como aceleradores creativos, no como sustitutos del talento humano. Al poner la IA al servicio de historias profundamente personales, McNitt demuestra que la tecnología puede ser tan íntima como una experiencia de parto y tan épica como una odisea espacial.
Si el impacto del corto en Tribeca es un indicador, podemos esperar un futuro inmediato en el que los cineastas dialoguen con algoritmos tan naturalmente como lo hacen con cámaras y luces, multiplicando las posibilidades de lo que cabe en la pantalla.
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