“Para sobrevivir haciendo fotoperiodismo de calidad hay que irse fuera”: Juan Teixeira, fotógrafo documental autor de ‘Turkistán’
Juan Teixeira es un fotógrafo con sede en Vigo que en los últimos años ha estado en muchas de las zonas más «calientes» como Ucrania o el campo de Idomeni, emblema en la crisis de los refugiados de Siria. Además, también ha visitado algunas zonas menos «candentes» pero donde se viven situaciones igualmente excepcionales como Chernobyl o el Kurdistán.
Precisamente esta última región turca con población mayoritariamente kurda es la protagonista de su último proyecto, denominado ‘Turkistán’. Nosotros hemos tenido la oportunidad de entrevistarle para conocer más sobre su trabajo y la situación del fotoperiodismo actual desde su punto de vista particular.
Muy buenas Juan ¿Cómo estás? Gracias por atendernos. Como siempre, nos gusta empezar hablando de los comienzos. ¿Cómo empezaste? ¿Qué es lo que te llevo a convertirte en fotógrafo?
Pues fue un proceso largo y no intencionado. Tras ver que no encajaba en el mercado laboral (estudié Publicidad y RRPP) decidí dedicarme a viajar. Ahí descubrí la fotografía como medio para relacionarse y descubrir el mundo. Sin saber muy bien porqué, me encontraba haciendo fotos de gente por Perú, Laos o Filipinas. Me di cuenta de que la fotografía era mucho más que hacer fotos, y desde entonces no lo he dejado. Cuando eso sucedió tenía ya unos 26 años. A esa edad la mayoría de fotoperiodistas ya están de vuelta de todo…
Entonces ¿cómo fue tu salto al fotoperiodismo profesional? ¿Lo buscaste o te llegó por casualidad?
Mitad y mitad. Como te comentaba, una vez descubrí el potencial de la fotografía, estudié un Master de Periodismo Multimedia y ahí empecé a viajar solo para realizar reportajes sociales, casi siempre con mi compañero Pablo González.
Tampoco me considero fotoperiodista puro, ya que no me gusta nada la inmediatez o el vivir de hacer fotos de sucesos puntuales. Disfruto muchísimo haciendo reportajes sin prisa, dejándome llevar por lo que me encuentro, fluir con la realidad. En ese sentido soy un poco raro, ya que nunca me planteo el tema de un reportaje de antemano, sino que veo un tema que me interesa (o se cruza en mi camino por alguna razón), voy allí, y dejo que las fotos salgan solas.
Es a posteriori, cuando selecciono, que encuentro un nexo común en mis fotos y le doy forma. Nunca preparo una imagen o busco algo concreto. Me dejo llevar sin mucho criterio, soy muy intuitivo. Muchos dirán que esa forma de trabajar no tiene sentido, pero a mí es lo que me gusta hacer.
Cuentas que a través de la fotografía intentas entender el mundo que te rodea… ¿Estás empezando a entenderlo?
¡Que va! Todo lo contrario. Cuanto más viajo más me doy cuenta de que no entiendo nada, y que jamás lo haré. El mundo es caótico, e intentar ordenarlo o entenderlo todo me parece imposible a día de hoy.
Totalmente de acuerdo, y ¿qué es lo más duro de la vida del fotoperiodista? ¿Pasar tanto tiempo fuera de casa? ¿Las situaciones que te toca vivir?
Como te decía, yo no soy un fotoperiodista al uso, ni quiero serlo. Para ello tendría que estar fuera de casa la mayor parte del año, y no sé si quiero. Soy muy feliz en Vigo rodeado de mi familia y amigos. En ese sentido si, supongo que lo más duro para quien se dedica en exclusiva a ello es estar tanto tiempo fuera de casa. Y los dramas con los que te encuentras claro. A mí me afectan mucho, no creo que aguantara viendo las miserias del mundo diez meses al año. Los que lo hacen me parecen auténticos héroes. Hay que tener una fortaleza mental tremenda. Creo que la gente no es muy consciente de eso.
¿Cuáles son tus referentes? ¿Hay algún fotógrafo al que admires especialmente?
Pues la verdad es que soy bastante autodidacta, nunca me he fijado demasiado en lo que hacen los demás. Veo muchas fotos, pero pocas veces me acuerdo de los nombres de quien las hace… Mi principal referente diría que es mi padre. Él es pintor y me ha rodeado desde pequeño de arte. Creo que eso ha formado mi mirada sin darme cuenta. Respecto a fotógrafos, me gustaría destacar la tremenda generación de fotoperiodistas españoles que hay hoy en día y que son una inspiración y motivación constante. Tan magníficos como infravalorados en casa. Y a nivel general, si tuviera que decir algún nombre creo que me quedaría con Alex Webb y Koudelka.
Cuéntanos cómo surgió tu proyecto ‘Turkistán’…
Ya te digo que no pienso o preparo los reportajes de antemano. Tenía muchas ganas de conocer el Kurdistán, y por coincidencias de la vida acabé allí. Pasé bastante tiempo en Diyarbakir y recorriendo Bakur, viviendo la calle y haciendo fotos, y las sensaciones que sentí creo que son las que intento expresar. Lo que más me llamó la atención es el acoso al que viven sometidos los kurdos por parte de las fuerzas de seguridad turcas.
Turquía se ha convertido poco a poco en una dictadura. Desde el golpe de estado de julio, la situación allí es terrible para cualquier opositor a Erdogan. Ni la prensa se salva de la criba: más de 200 periodistas están en la cárcel, y muchos otros han huido del país. Yo mismo fui detenido en Cizre por intentar mostrar el estado en que ha quedado la ciudad tras los intensos bombardeos del ejército turco. Me retuvieron varias horas y finalmente me “incautaron” la tarjeta de memoria y me obligaron a abandonar la ciudad. No me imagino lo que debe ser vivir así todos los días.
El proyecto retrata la realidad de uno de esos lugares en los que la gente está viviendo una situación denunciable y sin embargo apenas aparece en los medios de comunicación. ¿Fue idea tuya o un encargo?
Hasta ahora nunca me han hecho un encargo, y la verdad es que me gusta que sea así. Trabajo con libertad total para hacer lo que considero, y me gustaría que sea siempre así. Busco otras fuentes de financiación para poder lograrlo, y he llegado a un punto que creo que funciona. Si tuviera que vivir solo de mis fotos tendría que cambiar la forma de trabajar y los reportajes serían muy diferentes.
Por ejemplo, con ‘Turkistán’ me quedé bastante satisfecho con el resultado, y sin embargo ningún medio de comunicación va a publicar ese reportaje. Por un lado, porque es un tema “fuera de agenda”; Turquía no debe ser mostrada tal y como es en los medios generalistas. Y por otro, mis fotos no muestran nada concreto. No hay políticos, ni sangre, ni ningún hecho noticioso. Muestran otra pequeña parte de la realidad que no encaja muy bien en los medios clásicos. Mi reto para este año es encontrar dónde pueden encajar. Esta misma semana he firmado con la Agencia REDUX, espero que vaya bien.
Kurdistán, Idomeni y la crisis de los refugiados, la guerra de Ucrania… Has sido testigo de muchos de los conflictos más actuales ¿Cómo ves el mundo en la actualidad?
No sé si es la edad, o el salir de la zona de confort, pero la verdad es que cada vez peor. Soy muy muy negativo respecto al futuro. La sobrepoblación hará que en las próximas décadas los recursos no sean suficientes para todos, lo que provocará más guerras todavía. Y eso si a nivel ecológico el planeta aguanta. Desde luego que si no cambiamos inmediatamente nuestra forma de entender la vida, no habrá un futuro feliz. Y no creo que eso suceda, porque la educación de las próximas generaciones no va encaminada a ello precisamente.
¿Que opinas sobre el estado actual del fotoperiodismo y el futuro a corto plazo?
Igual de mal… La verdad es que quien no me conozca va a pensar que soy “emo” o algo así. Pero es que la realidad es muy jodida. Hoy para sobrevivir haciendo fotoperiodismo de calidad hay que irse fuera, en España ni se paga ni se valora. Puedes ganar 6.000 euros por un post en Instagram postureando con un bolso de tal marca. Y 50 euros por una foto desde primera línea de frente en cualquier conflicto (con suerte). Mientras eso sea así, no hay nada que hacer.
Y lo que más me molesta es que la gente en general aspira a hacer esa foto de 6.000 euros y ve como héroes a quien las hace. A mí me da asco. Nunca me ha interesado el dinero más allá de cubrir mis necesidades básicas, cosa que gracias a la suerte de donde he nacido siempre ha sido así. El capitalismo está acabando con el mundo, y de igual manera con el periodismo de calidad. Únicamente el idealismo y la humanidad pueden revertir eso.
En el caso concreto del fotoperiodismo creo que está siendo así. A pesar de las pésimas condiciones, ahí fuera hay cientos de personas jugándose el culo para aportar su grano de arena en cambiar las cosas. Por eso el futuro de esta profesión lo veo bien, porque no hay forma de acabar con el espíritu de quien lo ejerce. Peores condiciones ya no puede haber, solo queda mejorar, y creo que será así.
¿Eres como los clásicos reporteros de guerra que cuando regresa a casa enseguida siente la necesidad de volver a zonas de conflicto?
Para nada, todo lo contrario. Muchas veces me pregunto por qué carajo hago esto. Me cuesta ir a zonas complicadas. Me pongo nervioso y se me cierra el estómago. Por eso creo que no sirvo para ser fotoperiodista de guerra. Sí es cierto que la adrenalina engancha, y entiendo a quien acaba siendo un yonki de las situaciones límite para disfrutar esos chutes. Yo para eso practico bodyboard. Es más seguro.
Fotográficamente prefiero centrarme más en la sociedad, en esa gente a la que le toca sufrir las consecuencias de las decisiones de quien los gobierna. Intento disfrutar de la fotografía, mezclar el disfrute de viajar con este medio de expresión tan potente. Por eso nunca iré a zonas demasiado peligrosas como pueden ser Siria o Libia.
Compaginas la fotografía documental con la de boda ¿Lo haces por supervivencia? En otras palabras ¿se puede vivir siendo fotoperiodista hoy día en España?
Es lo que te comentaba antes. Yo creo que es imposible pagar un alquiler, una cuota de autónomos, alimento, gastos de viajes para los reportajes… con lo que se paga hoy día en España. Por eso hago fotos de bodas en verano. Me permite una gran libertad a la hora de plantearme los reportajes, y me sirve para progresar técnicamente. Me gusta, cada vez lo disfruto más. Intento hacer lo mismo que hago cuando viajo, fluir y hacer fotos.
Cambiando de tercio ¿Qué equipo sueles utilizar? ¿Qué es lo que llevas en tu mochila?
Cada vez llevo menos equipo. La última vez en Turquía hasta me asusté, llevaba solo una mochila en cabina, sin facturar nada. Y eso que llevaba el portátil. Utilizo casi siempre una Canon EOS 5D Mark II con un 35 mm. A veces uso un 24-105 mm, pero mucho menos. Y llevo de segundo cuerpo una Fujifilm X100S. Eso es todo.
Luego tarjetas y baterías, muchas baterías. Soy un enfermo de las baterías. Eso sí, siempre sin empuñadura, las detesto. No llevo flash, no me gusta tampoco. En su lugar llevo una pequeña linterna. Después también depende de adónde vayas y lo que tengas pensado hacer.
En Ucrania, por ejemplo, a todo esto habría que sumarle el equipo de seguridad (que es un coñazo) y como hacía vídeo también pues micro, monopié… En general no soy nada friki de la tecnología ni me entero mucho de nuevos modelos. Creo firmemente que el equipo es lo de menos, lo importante es la forma de mirar.
Por curiosidad ¿es muy diferente el equipo de un reportero del de un fotógrafo de boda?
No. Yo al menos utilizo el mismo equipo. Excepto el chaleco antibalas, aunque en alguna boda no vendría mal…
Esa es buena… ¿y eres de lo que llevas siempre tu cámara a todos lados?
No, para nada. Es más, en Vigo no creo que nadie se crea que soy fotógrafo. Nunca saco la cámara en mi burbuja. No sé muy bien la razón. Creo que por un lado no me motiva la temática, y por otro necesito descansar para no saturarme de la cámara. Cuando viajo estoy todo el día pensando en hacer fotos, “mirando” continuamente, buscando encuadres y momentos. Si hiciera eso en casa también me volvería loco creo.
¿Qué le dirías a un joven fotógrafo que empieza y no sabe si especializarse en un tipo de fotografía en concreto?
Creo que la fotografía puede ser entendida como un negocio o como un estilo de vida. Como negocio, busca aquellas fotos por las que más paguen, que serán publicidad, moda… Desde luego en la fotografía documental no te metas por dinero. Si para ti la fotografía es algo más que un modo de hacer pasta, no le pongas límites y deja que fluya. Y compra unos buenos zapatos.
Sin duda buenos consejos para todos aquellos que se sientan atraídos por la figura del fotoperiodista y que, tal vez, se estén planteando dedicarse a ello. Muchas gracias Juan y que vaya muy bien en el futuro.
Juan Texeira | Página web | Instagram
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Fotografías de Juan Teixeira reproducidas con permiso del autor para este artículo
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La noticia
“Para sobrevivir haciendo fotoperiodismo de calidad hay que irse fuera”: Juan Teixeira, fotógrafo documental autor de ‘Turkistán’
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Xataka Foto
por
Óscar Condés
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