Nuevos oseznos en Somiedo
Probablemente, dice Arturo de Frias, autor de esta imagen, mayo sea el mejor mes para observar al oso pardo en nuestro territorio. «En plena época de celo, los machos andan continuamente siguiendo el rastro de las hembras, y estas andan siempre en alerta máxima, sobre todo si van acompañadas de sus crías», explica el fotógrafo.
Y es que un encuentro con el macho puede ser fatal, pues este no dudará en matar a los oseznos para que la hembra vuelva a estar en disposición de ser fecundada. Esta foto reciente muestra a una osa con sus tres crías en Somiedo, Asturias. Los esbardos (como llaman a los oseznos en estas tierras) tienen unos cuatro meses de edad. «Seguramente nacieron en enero y estuvieron a buen resguardo en la osera invernal hasta abril», añade De Frias. Con la llegada de la primavera salieron al exterior, donde, bajo la atenta mirada de su madre, aprenden a desenvolverse.
Si todo va bien, estos oseznos ayudarán a consolidar la subpoblación occidental de oso pardo de la cordillera Cantábrica, un área de aproximadamente 2.800 kilómetros cuadrados que abarca territorios de Lugo, León y Asturias, en la que habitan unos 200 osos, según datos de la Fundación Oso Pardo. Este es, con diferencia, el núcleo más numeroso, ya que la subpoblación oriental cuenta con unos 40 ejemplares. Muchos menos hay en los dos núcleos de los Pirineos: tan solo un par en la subpoblación occidental y 40 en la del Pirineo central. Una delicada situación que no hace más que exaltar nuestros mejores deseos para este nuevo trío de osos pardos. ¡Buena suerte!