Mundos fantasmales y gatos calientes: 'Wilson' y otras 12 adaptaciones de comics alternativos
La llegada de ‘Wilson’ a nuestras pantallas nos devuelve al guionista y dibujante de cómic indie Daniel Clowes a la gran pantalla. Es uno de los creadores independientes que más fortuna ha tenido con las traducciones de sus páginas al celuloide. Aunque no ha sido el único.
Desde el nacimiento del underground americano en los sesenta las adaptaciones han ido llegando con regularidad, empezando por el histórico ‘Fritz el gato caliente’ de Robert Crumb. Pero fue el éxito de ‘Ghost World’, según una novela gráfica también de Clowes, lo que disparó las adaptaciones: la diversificación del mercado del comic, ya lejos de la dualidad de «o superhéroes, o marginal», también ha ayudado a que se prodiguen.
‘Wilson’, aún con sus pequeñas carencias, hace muy bien su tarea de entender y adaptar el universo pesimista, sarcástico, colorista y ridículo de Daniel Clowes. Woody Harrelson es un odioso y genuino personaje-tipo de Clowes, pero no es el primero de esta tipología de perdedor crispante que llega a la pantalla, como vamos a ver en la siguiente selección.
Hemos desempolvado de nuestras librerías algunas (¡pocas!) de las mejores adaptaciones de comics indies. Hemos metido en esa categoría todo lo que no sea Marvel, DC y tebeos de superhéroes o humor al uso. Tampoco nos hemos ido muy atrás en el tiempo: con popeyes, flashgordons y demás aún no había industria, pero sí un espíritu mainstream.
Así que nos hemos quedado para esta humilde selección en el subsuelo de la industria del comic. ¡Pasa la página y vamos allá!
‘El gato Fritz’ (1972)
Una película fundacional en muchos aspectos: pese a que no fue la primera película de animación con ingredientes eróticos, sí fue la primera que salió de la marginalidad y un éxito pese a ser clasificada X (aspecto en el que también fue pionera). Pero esta adaptación del clásico comic underground de Robert Crumb es algo más que una película de animación erótica, y se centra en el componente de sátira política con funny animals.
Robert Crumb es uno de los nombres básicos del comic underground americano, y responsable de la transformación de éste en un vehículo contestatario de primer orden. No quedó contento con esta adaptación por las abundantes contradicciones en el mensaje político de Ralph Bakshi, artista casi siempre vinculado a la animación alternativa y contracorriente, y que debutó con esta película irregular pero esencial.
‘El cuervo’ (1994)
Aunque haya perdido parte del impactante magnetismo que la endiosó en su día, lo cierto es que ‘El cuervo’ de Alex Proyas llegó en el momento preciso para aprovechar la fiebre por el gótico industrial pop en una época, partiendo de la década de los noventa en dos, en las que no había nada mejor que una buena gabardina, unas botazas y algo de maquillaje melodramático.
Brandon Lee se convirtió en una estrella y en un mito debido a su muerte en un misterioso accidente durante el rodaje. Se habló mucho de los limitaditos y también muy coyunturales comics de James O’Barr, que pusieron de moda un estilo lánguido y violento del que se aprovecharon ‘Faust’ (comic muy superior, película muy inferior) o ‘Spawn’ (horror a todos los niveles, pero menuda capa).
‘Tank Girl’ (1995)
Un bienintencionado pero fallido intento de adaptar el increíble comic de Alan Martin y Jamie Hewlett (más conocido por ser el diseñador gráfico de Gorillaz), entre otras cosas porque la fuente es inadaptable: caótico y punk, muy lejos de una aventura de ciencia-ficción convencional, con múltiples disgresiones y detalles, un ritmo loco y un grafismo único. La única manera de hacerle justicia sería en una película de animación.
Aún así, esta especie de ‘Imperator Furiosa: Origins’ es lo suficientemente chiflada e inclasificable como para ser recuperada. Peleona y con una banda sonora soberbia (Hole, Björk, L7, Joan Jett, Devo y muchos más), Malcolm McDowell de estupendo villano, Ice-T disfrazado de canguro y una Lori Petty heroica, es un post-apocalipsis riot grrrl que bien merece una reivindicación como adaptación de culto.
‘From Hell’ (2001)
Horrible banalización de uno de los comics más importantes de las últimas décadas, publicado como novela gráfica en 1999. La obra de Alan Moore y Eddie Campbell habla de los crímenes de Jack el Destripador elaborando una teoría que explica el caso (probada como falsa), pero es más que un policiaco: una invocación psicogeográfica, un análisis de personajes único y la descripción de una época que sigue en parte sumergida en la niebla.
Aquí lo que tenemos es un policiaco de época levemente sobrenatural y con una pareja protagonista muy inapropiada (Johnny Depp como el detective que investiga el caso, Heather Graham como una prostituta de físico inusual para la época). Una lástima: la historia pedía a gritos una visión más sórdida y cruel de la Inglaterra victoriana, y ‘From Hell’ podría haber sido la visión definitiva sobre Jack el Destripador en cine.
Y si no has tenido suficiente Moore independiente (es decir, ajeno a incursiones en el universo superheroico, como ‘Watchmen’), recomendamos las adaptaciones de ‘La liga de los caballeros extraordinarios’ y ‘V de Vendetta’, ambos comics maravillosos, en buena parte inadaptables y que se toparon con traducciones a la gran pantalla muy discutibles.
‘Ghost World’ (2001)
La magistral novela gráfica de Daniel Clowes, publicada en 1997, se convirtió en una película escrita por el propio Clowes y Terry Zwigoff y dirigida por Zwigoff, interesante director de películas como ‘Bad Santa’ y otra adaptación de Clowes, ‘El arte de estrangular’. Cuenta las cotidianas vivencias de un par de amigas después de acabar el instituto y sus cínicas conjeturas sobre un futuro que ven no muy halagüeño.
‘Ghost World’ fue la primera película nominada al Oscar al mejor guión adaptando un comic, y no es para menos: el catálogo de sujetos que desfilan ante unas atónitas Thora Birch y Scarlett Johansson es delirante y delicioso a la vez. ‘Ghost World’ solo retrata monstruos cotidianos -como el Seymour de Buscemi-, pero permite que nos encariñemos con ellos, todo sin perder la limpia estética del comic original y su agudo sentido del humor.
‘Camino a la perdición’ (2002)
El comic de Max Allan Collins y Richard Piers Rayner de 1998 en el que se inspiraba esta película de Sam Mendes acerca de cómo la profesión de gángster durante la Prohibición marca varias generaciones de una familia, era una pseudo-adaptación del histórico manga ‘El lobo solitario y su cachorro, que también tuvo su correspondiente adaptación en clave samurai. Algo de eso pervive en la académica y vistosa adaptación de Sam Mendes.
Muy visual y ritualística, y con un reparto monumental (Tom Hanks, Paul Newman en su último papel, Jude Law, Jennifer Jason-Leigh y Daniel Craig), ‘Camino a la perdición’ ganó el Oscar a la Mejor Fotografía ese año (junto a otras seis nominaciones), en otro asombroso logro para una película basada en un comic prácticamente subterráneo.
‘American Splendor’ (2003)
El siguiente paso, tras la aceptación masiva del comic underground como una fuente legítima para inspirar historias, fue la de adaptar las desventuras abrumadoramente cotidianas de Harvey Pekar, que guionizó comics inspirados en su propia vida, y cuya etapa dibujada por Robert Crumb se hizo muy popular. En sintonía con el espíritu del cine indie antes de que existiera eso, Pekar estaba destinado a una adaptación como esta.
Buena parte de la fuerza de la película viene de la extraordinaria interpretación de Paul Giamatti como Pekar, retratando a un perdedor no del todo entrañable y con una forma de egomanía decididamente extraña. Los directores Shari Springer Berman y Robert Pulcini son conscientes de la fuerza del Pekar real, y ‘American Splendor’ llega incluso a romper la cuarta pared, sabiendo bien dónde está el magnetismo de este comic autobiográfico.
‘Una historia de violencia’ (2005)
En la etapa quizás menos personal e interesante de David Cronenberg, el director canadiense afrontó la adaptación de este comic de John Wagner (creador del Juez Dredd) y Vincent Locke. En él se nos cuenta cómo un hombre aparentemente común (Viggo Mortensen) se enfrenta a unos atracadores y se convierte en un héroe, pero también destapa un pasado criminal del que intentaba escapar.
La adaptación escrita por Josh Olson (nominada al Oscar) dejaba casi fuera de cuadro el aspecto más importante del cómic, ese pasado como delincuente del protagonista. El resultado es una película de Cronenberg de una notable intensidad, pero que parece estar rodada con el piloto automático en las escenas que no implican espectaculares muertes o gargantas desgarradas.
‘TMNT’ (2005)
De acuerdo: las míticas son las de las películas y las series de animación de los noventa. Los últimos dos largometrajes son muy simpáticos y la serie de animación de Nickelodeon es estupenda. Pero esta olvidada encarnación de las Tortugas Ninja es la que mejor entendió el espíritu del comic underground original, un pastiche de violencia marcial que se ha publicado durante la friolera de 26 años y fue creado por Kevin Eastman y Peter Laird.
‘TMNT’ no perdía de vista el ridículo concepto original de, bueno, unas tortugas ninja, pero a la vez conservaba todos los claroscuros de los agresivos tebeos originales. Violenta pero sin pasarse, urbana y nocturna, con un estupendo catálogo de protagonistas y enemigos, ‘TMNT’ mereció mejor suerte en una época en la que la animación CGI no era la churrería que es hoy día.
‘Persépolis’ (2007)
Marjane Satrapi adaptó en un técnicamente modesto pero a la vez muy ambicioso film de animación su autobiografía en cómic, en la que contaba cómo fue vivir en Irán durante y después de la revolución islámica. Nominada al Oscar a la mejor película de animación, esta dura -y muy divertida- odisea blanquinegra es inteligente, emotiva y un testimonio en primera persona impresionante. Una adaptación de cómic a cine sencillamente impecable.
’30 días de oscuridad’ (2007)
Las películas de terror basadas en comics independientes (o series, como ‘The Walking Dead’) suelen tener un filo cortante, un uso impactante de la violencia y cierta tendencia a la reformulación de los mitos clásicos del género. Lo hizo Steve Niles en su comic -ilustrado por Ben Templesmith- ‘30 días de oscuridad’, en el que dio con un concepto demoledor: una ciudad de Alaska donde oscurece durante 30 días es un paraíso vampírico.
El guion, del propio Niles, funciona como un cohete porque aparte de su renuncia a los vampiros afectados y románticos, la historia es muy cinematográfica. De hecho, Niles ya la planteó como un guión cinematográfico a principio de siglo; al no encontrar financiación lo convirtió en un comic y solo después del éxito de este hubo interés en producir una adaptación.
Ah, y si te interesa otra aproximación más o menos indie al género terrorífico, pero que se vio traducido a la gran pantalla de forma mucho más aparatosa, tienes en ‘Hellboy’ y sus spin-offs una parada obligatoria.
‘Scott Pilgrim contra el mundo’ (2010)
Para adaptar la miniserie en formato manga y seis volúmenes obra de Bryan Lee O’Malley, Edgar Wright (‘Zombies Party’, ‘Arma fatal’) interpretó literalmente su universo de guiños al comic, los videojuegos y el punk rock y compuso una de las metafantasías más fascinantes de la década. Con un reparto de talentosos jóvenes, llevando la típica historia de chico-conoce-chica por los caminos menos típicos, rubricó una adaptación única.
… que no funcionó en taquilla. Una pena, porque ‘Scott Pilgrim contra el mundo’ es una película a la vez impulsiva y meditadísima, orgullosa de su estupidez, pero que demuestra una tremenda inteligencia a la hora de ser tonta. Scott Pilgrim es un subgénero en sí mismo, como lo es Edgar Wright. Pero el mundo, lleno de ex malvados, no estaba preparado para ellos.