¿Merece la pena comprar una cámara de formato medio?
La fotografía la hace el fotógrafo. Es algo que no merece ninguna discusión más entre nosotros. Pero está también claro que desde un punto de vista técnico tener la mejor cámara posible nos ayuda a mejorar la calidad. ¿Pero realmente merece la pena comprar una cámara de formato medio? En Xataka Foto hemos salido a hacer fotos con una cámara de formato medio y una réflex de formato completo al campo. Y todos vais a ver las conclusiones a las que hemos llegado.
Llevaba tiempo queriendo hacer una prueba de este tipo: confrontar una cámara de formato medio con una réflex de formato completo. Hasta ahora la única posibilidad que nos ofrecían era hacer una prueba en el estudio, con luces controladas y en un entorno aséptico. Pero gracias al equipo de Innovafoto conseguimos nuestro objetivo: salir al campo con una de las mejores cámaras del mercado, la PhaseOne XF con el respaldo IQ3 100 MP. Y equipados con cuatro objetivos punteros:
- Schneider LS 35 mm f3,5
- Schneider LS 45 mm f3,5
- Schneider LS 80 mm f2,8
- Schneider LS 150 mm f2,8
En el lado contrario del ring, con menos peso y mucha más solera, una Canon EOS 5D Mark II con los siguientes objetivos para la confrontación:
- Canon EF 35 mm f2
- Canon ef 50 mm f1,4
- TAMRON SP 90 mm f2,8
- Canon EF 24-70 mm f2,8 L USM
Los lugares elegidos para el combate fueron el monte Abantos en San Lorenzo de El Escorial, un lugar fantástico con vistas al famoso monasterio y la zona de Peguerinos (Ávila) que linda con el parque nacional de la sierra de Guadarrama. La idea era hacer exactamente las mismas fotografías, con la cámara colocada en el trípode. Por una serie de circunstancias que vamos a ver ahora, siempre he intentado utilizar un diafragma equivalente para compensar los distintos tamaños de sensor.
La intención no es hacer una prueba científica, sino ver en plena acción cómo responden ambas cámaras para hacer fotografía de paisaje pura y dura, como la que podemos hacer cualquiera de nosotros cuando tenemos un rato libre. Y reconocemos que la Canon no es ahora mismo un modelo de referencia, pero es lo teníamos a mano, una gran cámara de formato completo.
El equipo de formato medio
Tener en las manos un equipo de formato medio de semejantes características impone mucho respeto. Entre las manos tenía más de 30000€. No es precisamente barato. Y ese precio es algo que lo aleja de los aficionados y de más de un profesional. Es muy difícil amortizar semejante precio. Pero las cosas hay que verlas en perspectiva. Y con cabeza.
Una cámara de formato medio es una inversión de largo plazo. Su alto precio resulta menor cuando te das cuenta de que tiene una vida útil mucho más larga. Por lo menos puedes tirar, de forma profesional, diez años con ellas. Mi Canon no es que sea obsoleta, es que merece estar en un museo. Y va a cumplir esos años. Le superan todas las cámaras actuales de formato completo. Es decir, dentro del mundo de formato medio los equipos tienen una vida comercial mucho más larga.
Y no podemos olvidar que son sistemas modulares. Puedes cambiar una pieza y no el conjunto del equipo. Con tu cámara réflex solo puedes cambiar los objetivos, pero con estas máquinas puedes comprar un nuevo respaldo sin problemas.
Pero la gran ventaja es el tamaño de los sensores, muy por encima de los 24×36 mm. Los píxeles son mucho más grandes, aunque lleguen a esas cantidades desorbitadas y dan más nitidez, una mayor cantidad de información. Por no hablar de los objetivos. Por pura lógica, para abarcar todo el perímetro del sensor deben ser más grandes, tener un diámetro mayor. Y esto se traduce en mayor calidad de imagen.
Además tenemos otra cosa en la que fijarnos. Ese tamaño de los píxeles, de los objetivos supone menos ruido en la imagen, sobre todo desde que han adaptado la tecnología CMOS. Pero lo más importante, y en lo que menos nos fijamos cuando vemos esos precios es que la latitud, el rango dinámico de estas cámaras llega a los 15 pasos en las últimas Phase One, frente a los 9 pasos de una Nikon o una Canon de última generación.
Pero sobre todo la gran ventaja es que la profundidad de color de las cámaras de formato medio es de 16 bits auténticos. La mejor forma de entenderlo es con los fríos números:
- 16 bits por canal (65.536 tonos por canal) cámaras de formato medio.
- 14 bits por canal (16.383 tonos por canal) formato RAW de cámaras réflex de gama alta.
- 12 bits por canal (4.096 tonos por canal)formato RAW de cámaras réflex de gama media o baja.
- 8 bits por canal (256 tonos por canal) formato jpeg.
Cuanto mayor sea la profundidad de color en bits, la imagen dispondrá de una paleta de colores más amplia con la que poder trabajar. Y aunque en los programas de ordenador veamos que estamos trabajando siempre a 16 bits, realmente esa información es interpolada. Solo trabajaremos con toda la información de color si disparamos con estas máquinas de formato medio.
¿Pero realmente son todo ventajas?
Estamos ante un mercado muy concreto. Y la forma de trabajar cambia con estos modelos. El límite de cada equipo lo encuentra cada fotógrafo. No se puede decir que no sirvan para fotografía de acción, pero no es su terreno. Disparar con ellas no es tarea fácil. Se puede hacer a pulso pero necesitan un trípode firme.
Su hábitat natural es el estudio, pero se defienden muy bien en el campo, siempre y cuando pierdas el miedo a sacarlas a la calle. Son grandes y parecen caras. Y no son en absoluto discretas.
El tamaño de los archivos es tal que no te sirve cualquier ordenador para procesarlo. Y prepara los discos duros para mover tanta información de golpe. Es recomendable incluir un ordenador nuevo con nuevos programas (aquí Capture One no tiene rival).
Y uno de sus grandes problemas es la profundidad de campo. Es necesario cerrar un punto o dos más para tener los mismos campos nítidos que el mismo disparo con una Dslr. Es verdad que si disparas en estudio o con un trípode es algo insignificante, pero hay que tenerlo en cuenta en todo momento. Es otra filosofía fotográfica. Es otro terreno en el que puedes perder muchos disparos hasta que te adaptes.
¿Pero merece la pena comprarse una cámara de formato medio aunque sea de segunda mano?
La respuesta corta es que sí. Siempre es mejor tener la mayor calidad posible. Sobre todo si nos dedicamos a la fotografía de paisaje. Y sobre todo al estudio. Pero el mercado ha cambiado. Todo el mundo ve las fotografías en pantallas, y a ciertos tamaños es imposible encontrar las diferencias. Y no todo el mundo puede pagar un trabajo realizado con tanta calidad.
La diferencia se nota sobre todo en las impresiones, cuando pasamos las fotografías a papel. O cuando revelamos la imagen. Tenemos tanta información en nuestro poder (no podemos olvidar esos 16 bits reales) que es impresionante comprobar cómo podemos salvar sin problemas hasta tres puntos de compensación. Y en algunos disparos se agradece y mucho.
La tecnología digital permite sobreponerse a las limitaciones físicas. Y en algunos casos permite simular, no imitar, la calidad de las cosas bien hechas. La mayoría de los mortales no necesitamos, ni diferenciamos un tipo de cámara de otro. Solo lo notaremos si empezamos a comparar o si llevamos tiempo en esto de la fotografía. Eso sí, os aseguro que la experiencia es otra. Es una sensación maravillosa tener tanto poder entre las manos.
Una imagen TIFF de 16 bits de la Phase One pesa 578 MB frente a los 120 MB. La diferencia de color, de profundidad, de nitidez ya son evidentes incluso procesadas con un humilde Adobe Lightroom. La calidad final de imagen es otra cuando empezamos a trabajar con Capture One, el programa nativo de estas cámaras. Todos los ejemplos que estais viendo están por supuesto sin procesar.
Yo si pudiera me perdería por las montañas y por la ciudad con una de estas cámaras, pero me costaría mucho amortizarla. La diferencia con una réflex es alta, pero la gran mayoría de los espectadores no la llegan a notar. Al 100%, como podéis ver, justifican su precio. Muchos somos felices con un Seat Ibiza; cuando podemos nos compramos un Ford de alta gama. Y siempre soñaremos con un Mercedes. Todos nos llevan al mismo sitio, pero todos sabemos con cual hacemos el viaje mucho más placentero. Pues aunque resulte tópico, con una de estas cámaras pasa lo mismo.
Aunque si estamos obsesionados con la perfección ya sabemos en qué tenemos que gastar el dinero de la hucha. Y jamás os arrepentiréis. Y lo más importante ¿qué pensáis después de ver las fotos?
En Xataka Foto| Phase One IQ3 100MP Trichromatic, nuevo respaldo digital que promete reproducir el color como nunca antes
La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Innovafoto. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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Fernando Sánchez
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