Lume Cube – Prueba de campo
Desde la irrupción del LED en la iluminación profesional para fotografía y vídeo no dejan de surgir nuevos aparatos con características insospechadas. Los Lume Cube, un cubo de 4 cm de lado y 100 gr de peso, sumergibles y capaces de ofrecer hasta 1.500 lúmenes suponen una de las grandes sorpresas de la temporada y por eso hemos querido probarlos.
Hasta que no se encienden, cuesta creer que un cubo tan pequeño pueda ofrecer tanta luz. De hecho, es normal que quien los coge por primera vez se deslumbre. No podría tener un diseño más sencillo: iluminante LED y una pequeña célula fotosensible en el frontal, en la parte superior dos botones, en la trasera el compartimento de la entrada micro USB y en la inferior la rosca universal para trípode.
Sólido y robusto, con todas las aristas redondeadas, aunque no lo hemos tirado al suelo para comprobar su resistencia, todo parece indicar que aguantaría más de una caída. De la misma manera que aguanta la inmersión hasta 33 metros gracias a su –asumimos– perfecto sellado.
El único posible punto vulnerable lo encontramos en el acceso al conector de carga que hay que asegurarse de cerrar siempre bien después de cada uso. Con esa precaución la estanqueidad permanece intacta.
Manejo
El manejo resulta extremadamente sencillo: basta presionar uno de los dos botones para encenderlo y presionar sucesivamente hasta conseguir la intensidad deseada. El otro botón sirve para accionar el modo flash, conectar la luminaria con el dispositivo móvil o apagar completamente el aparato.
La conexión vía Bluetooth de los Lume Cube supone otra de sus importantes ventajas. Con la aplicación que lleva el mismo nombre se pueden controlar de modo independiente hasta cinco dispositivos diferentes de manera más completa y precisa que con los botones del cubo.
Así, en la aplicación encontramos los reguladores de intensidad de la luz y frecuencia, así como los interruptores de reductor del efecto de ojos rojos y disparador óptico. También se indica el nivel de batería restante de los cubos y la señal de intensidad de la conexión entre la lámpara y el dispositivo móvil.
Para distinguir el cubo sobre el que estamos trabajando, existen, como opción, unos tapones de colores que, a su vez, se pueden asignar en la aplicación y así actuar sin error sobre el aparato que queremos.
Emulación “Flash”
Lume Cube puede funcionar emulando un flash de varias maneras: sincronizado con el teléfono, accionándolo directamente desde el botón del cubo y por detección de presencia. Nuestra experiencia en este modo ha resultado infructuosa en los tres casos. A ello pudiera contribuir que los manuales de instrucciones disponibles son bastante escuetos y que hay que experimentar bastante para obtener el máximo rendimiento. Aunque, por otra parte, los resultados con luz continua son tan satisfactorios que tampoco se echa en falta la función de flash.
La aplicación Lume Cube activa la cámara del teléfono y al fotografiar con ella esperábamos ver el destello del efecto “flash”. En su lugar, se enciende la luz continua durante unos instantes. Obtenemos un resultado lumínico similar, pero sin el efecto congelación una auténtica luz de destello flash.
Si lo accionamos desde el propio aparato, el flash se dispara, sí, pero si no tenemos abierto el obturador de la cámara, no sirve de nada. Es decir, para obtener el resultado deseado debemos tener una cámara montada en trípode y total oscuridad. Circunstancias poco prácticas para la mayoría de los casos.
Por último, el modo detector de presencia, muy útil en teoría, no hemos conseguido nunca hacerlo funcionar a nuestro gusto tras muchos intentos con diferentes configuraciones.
Luz continua
Este fiasco, sin embargo, no debe ensombrecer la valoración de los Lume Cube pues, exceptuando este mencionado modo flash, su utilidad y versatilidad nos convenció firmemente.
Su pequeño tamaño, no sólo facilita el transporte y almacenamiento, sino que posibilita su colocación en los lugares más insospechados para lograr iluminar sujetos de cualquier tamaño desde ángulos complicados. Es decir, componer esquemas de iluminación absolutamente creativos y sorprendentes.
A la vista del tamaño y peso, y repasando la lista de accesorios disponibles, se comprende que los Lume Cube han sido diseñados pensando en su utilización junto a cámaras de acción, teléfonos o drones y, probablemente, los usuarios de estos dispositivos se encuentren entre los principales clientes.
No obstante, su gran potencia permite ampliar estos usos a casi cualquier situación en la que un fotógrafo o videógrafo necesite luz continua. Para comprender esto basta con echar un vistazo a la luminosidad que ofrecen otras lámparas existentes en el mercado mucho más grandes y complejas.
Con una temperatura de color constante de 6000 k y un ángulo de luz de 60º confiere a los objetos iluminados un aspecto muy natural y con sombras suaves y progresivas –dependiendo, claro, de la distancia a la que coloquemos la fuente de iluminación–.
Entre los muchos accesorios disponibles se encuentra un ligero armazón para alojar filtros para corregir la temperatura de color, difusores y nidos de abeja. Los accesorios así colocados permanecen firmemente unidos a la luz para soportar el trato duro previsto para el sistema.
Comentábamos que desde la aplicación se puede variar la frecuencia del haz de luz. Gracias a ello y combinando con una larga exposición en cámara, podemos obtener resultados similares a los logrados con un flash convencional en modo estroboscópico.
Baterías
Dispone de una batería interna que se recarga por completo en una hora aproximadamente a través de un conector micro USB. El conector está protegido por una tapa a rosca que se abre fácilmente con una moneda. Eso sí, antes de sumergir el aparato hay que asegurarse de que esta tapa se ha cerrado perfectamente para asegurar la estanqueidad.
Si usamos los Lume Cube a plena potencia se anuncia una autonomía de media hora y de dos horas reduciendo la potencia a la mitad. Aunque no hemos cronometrado el tiempo de uso, nuestra sensación durante la prueba es que duran mucho más. A esta sensación puede haber contribuido el hecho de haberlos sometido a varias sesiones cortas en vez de pocas largas.
Accesorios
Existe una larga lista de accesorios disponibles para adaptar los Lume Cube a cada necesidad: soportes para diferentes tipos de cámara, bases magnéticas, los mencionados filtros, repuestos… En definitiva, todo lo necesario para construir un completo sistema de iluminación portátil.
Disponibilidad y precios
Lume Cube se distribuye en España y Portugal a través de Robisa y, por tanto, resulta fácil encontrarlos en una amplia red de establecimientos autorizados. El precio puede oscilar dependiendo del vendedor rondando los 120/130 € la unidad, aunque puede bajar al umbral cercano a los 100 € la unidad mediante la adquisición de un pack de dos o cuatro unidades juntas.
Conclusiones
Cuesta no caer rendido ante las bondades del sistema Lume Cube: pequeños, muy potentes, resistentes, sumergibles, conectables… Todo son ventajas y, el único inconveniente encontrado, la mencionada irregularidad del flash, nos parece irrelevante pues quien busque una luz como ésta no pensará en esa utilidad.
¿Caros? Todo depende de con qué se compare. A igualdad de prestaciones y versatilidad, pocas opciones se pueden encontrar por ese precio por lo que tampoco pensamos que esto pueda suponer un obstáculo.