Los wearables desaparecen del Mobile World Congress 2018
El comentario de Eric Xu Zhijun, CEO de Huawei, parecía premonitorio: «siempre me confunde para qué sirven los smartwatches cuando ya tenemos smartphones«. El comentario era chocante viniendo del máximo responsable de una empresa que acababa de sacar el Huawei Watch 2.
Meses después el mercado parece haberle dado la razón de forma casi total. Eso es al menos lo que parece tras un Mobile World Congress en los que estos dispositivos han brillado por su ausencia y en el que Google parece haber sufrido una soberana derrota.
Auge y caída de Android Wear
Quién los ha visto y quién los ve. La fiebre de los wearables que nos hizo pensar que la cuantificación personal y los relojes inteligentes eran la próxima gran revolución de la movilidad se ha quedado en una mueca.
Google se las prometía muy felices con Android Wear. Todos los grandes fabricantes en el terreno de la movilidad se sumaron al carro, y pronto tuvimos una prometedora oferta de dispositivos con una plataforma que parecía igualmente prometedora.
La cosa se quedó en eso. En prometedora. Los relojes inteligentes nunca acabaron de conquistar a los usuarios. La dependencia casi absoluta del smartphone y las limitaciones en prestaciones y batería acabaron condenando a un producto que como decía Xu Zhijun no parecía tener sentido si ya teníamos los smartphones.
El smartwatch era poco más que un apéndice del móvil que nos permitía, eso sí, sacarlo menos del bolsillo. Aun con sus ventajas en ciertos escenarios, el planteamiento acabó desinflado.
Apple ganaba terreno con un Apple Watch centrado en la monitorización de la actividad física y (un poco) la salud mientras Google se quedaba anquilosada y sin ideas en un Android Wear 2.0 que para muchos fue decepcionante.
Los desaparecidos del MWC18
Y así llegamos a este Mobile World Congress 2018, una feria de la movilidad en la que los dispositivos más móviles, los wearables, apenas han hecho acto de presencia.
Salvo por la tímida edición Adidas del Fitbit Ionic, los wearables —y sobre todo los relojes inteligentes— parecen haber desaparecido de la faz del MWC.
No ayuda el que, como apuntaban en Ars Technica, Qualcomm no haya lanzado sucesor para ese Snapdragon Wear 2100 que lanzaron en el primer trimestre de 2016 y se convirtió en el SoC por defecto para estos dispositivos.
Apple ha desarrollado mientras tanto dos nuevas versiones de su chip, algo que le ha permitido avanzar tanto en la velocidad general de su watchOS y sus aplicaciones como en la opción de la inclusión de conectividad móvil LTE en los nuevos Apple Watch Series 3.
Apple no ha ganado el segmento solo: Google se lo ha dejado en bandeja
Mientras tanto Google no ha logrado avanzar, y su fracaso (y el de sus partners) a la hora de convencer a los usuarios ha hecho que estemos ante un segmento en desaceleración en el que solo parece haber tres grandes protagonistas.
Por un lado, Apple, desde luego, que casi sin hacer ruido se ha convertido en el absoluto protagonista del mercado tanto en relojes inteligentes en particular como en wearables en general. Solo Samsung parece querer plantar cara —apostando por Tizen, que ha vuelto a la vida gracias a esos productos— en relojes inteligentes, pero ni siquiera queda claro si esa apuesta se mantendrá en el futuro.
Por el otro, como decíamos, Fitbit, que con su Ionic ha planteado una apuesta que como vimos en nuestro análisis trata de combinar su experiencia en cuantificación personal con las prestaciones que los usuarios valoran en relojes inteligentes.
El problema es que ni siquiera Fitbit parece estar logrando beneficiarse de la desaparición de la competencia: esta semana presentó unos resultados algo decepcionantes para los inversores, lo que provocó un desplome en unas acciones que parecen ser espejo de la situación de los relojes inteligentes basados en Android Wear.
La situación de Fitbit —que compró y mató a Pebble— se ve además comprometida por los inmisericordes competidores chinos con nuestro tercer gran protagonista, Xiaomi, a la cabeza. Sus cuantificadores personales vencen y convencen por precio, y eso ha hecho que para quienes quieren una solución «lo suficientemente buena» esas alternativas sean muy atractivas.
Así lo revelan los datos de ventas de IDC, que mostraba cómo en 2017 Xiaomi y Fitbit vendían básicamente lo mismo según sus estimaciones y se situaban algo por encima de Apple. Vender más no es tener más ingresos o beneficios, porque aquí la batalla la gana (cómo no), Apple.
Lo curioso es que IDC es especialmente optimista en el segmento de los wearables, y según sus previsiones las ventas de estos dispositivos se doblarán en los próximos 4 años. Eso hace que este mercado sea especialmente jugoso, y por eso resulta aún más sorprendente la actitud de una Google que parece haber tirado la toalla.
A juzgar por lo visto en el Mobile, así ha sido. Esperemos que la empresa pronto demuestre que todavía tiene muchas cosas que decir en un sector que la propia Apple ha demostrado que tiene validez para millones de usuarios.
Imagen | Pexels
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Los wearables desaparecen del Mobile World Congress 2018
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Javier Pastor
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