los 6 niveles SAE explicados
La conducción autónoma se clasifica en seis niveles según la SAE. Aquí te explicamos qué significa cada uno, con ejemplos reales y tecnología actual.
La conducción autónoma ha dejado de ser un concepto de ciencia ficción para convertirse en un aspecto clave del futuro automotriz. Sin embargo, no todos los autos «autónomos» son iguales.
Para poner orden, la Society of Automotive Engineers (SAE) definió en 2014 una escala de seis niveles (del 0 al 5) que clasifica cuánta intervención humana es necesaria en el proceso de conducción.
¿Qué significa realmente que un auto sea autónomo? Aquí te explicamos cada nivel, con ejemplos y datos reales para entender cómo evoluciona esta tecnología.
¿Qué es la clasificación SAE de conducción autónoma?
La SAE International es una organización que establece normas globales en la industria del transporte. Su sistema de niveles para vehículos autónomos ha sido adoptado por fabricantes, organismos reguladores y medios especializados en todo el mundo. Estos niveles no solo indican si un auto puede conducirse solo, sino qué tipo de tareas puede asumir y en qué condiciones.
Nivel 0 – Sin automatización
Palabra clave: conducción autónoma
En este nivel, el conductor humano realiza todas las tareas de conducción, incluso si el vehículo tiene tecnologías de asistencia como advertencia de colisión o frenado automático de emergencia. Estas funciones no se consideran automatización real.
Casi todos los autos anteriores a 2010 pertenecen a este nivel, aunque algunos modelos actuales de gama baja también.
Nivel 1 – Asistencia al conductor
Aquí empieza la automatización básica. El sistema puede asistir en el control de dirección o aceleración/frenado, pero no ambos al mismo tiempo y el conductor debe mantener el control total.
Por ejemplo el control crucero adaptativo o asistencia de mantenimiento de carril por separado.
Modelos como el Toyota Corolla o el Mazda 3 con sistemas básicos de asistencia están en este nivel.
Nivel 2 – Automatización parcial
Este es el nivel en el que están actualmente la mayoría de los sistemas avanzados como Autopilot de Tesla (en su versión básica), ProPILOT Assist de Nissan y Super Cruise de GM. El sistema puede controlar tanto la dirección como la velocidad, pero el conductor debe estar atento en todo momento y listo para tomar el control.
Según la NHTSA, un accidente fatal en California en 2021 involucró un vehículo Tesla operando en Nivel 2, lo que subraya la importancia de la supervisión humana.
Nivel 3 – Automatización condicional
Aquí el vehículo puede conducir solo en ciertas condiciones, como autopistas, y el conductor puede desviar la atención temporalmente (leer, mirar el celular), pero debe poder intervenir si el sistema lo solicita.
El Mercedes-Benz Drive Pilot, aprobado para uso en Alemania, es el primer sistema homologado en Nivel 3. Solo funciona en autopistas y a velocidades menores a 60 km/h.
Nivel 4 – Alta automatización
En este nivel, el vehículo puede conducirse completamente solo en ciertas áreas o condiciones, llamadas geofencing. No requiere intervención humana, y si ocurre una falla, el sistema debe poder detener el vehículo de manera segura.
Un caso real es el servicio de robotaxis de Waymo en Phoenix (EE.UU.), que opera en Nivel 4 sin conductor humano presente.
Nivel 5 – Automatización total
Este es el nivel más alto y, por ahora, todavía no se ha alcanzado comercialmente. Un auto de Nivel 5 no tiene volante ni pedales, y puede operar en cualquier entorno y condición, igual que un humano. No necesita intervención en ningún momento.
Aunque muchas marcas apuntan a este nivel, los obstáculos técnicos, legales y éticos todavía lo hacen un objetivo lejano.
¿Por qué importa esta clasificación?
Entender los niveles de conducción autónoma no es solo para ingenieros o fanáticos de la tecnología. Esta clasificación ayuda a:
- Consumidores: Saber qué esperar realmente del auto que compran.
- Gobiernos: Regular la seguridad en carreteras.
- Fabricantes: Comunicar con transparencia sus capacidades tecnológicas.
La confusión es común. Por ejemplo, muchos usuarios creen que el “Autopilot” de Tesla ofrece conducción autónoma total, cuando en realidad opera solo en Nivel 2. La propia Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA) de Estados Unidos, ha alertado sobre esto en varios informes.
¿Qué viene en el futuro?
A medida que la conducción autónoma avanza, se abren debates sobre responsabilidad legal, ética y empleo. ¿Quién tiene la culpa en un accidente sin conductor? ¿Qué pasa con los millones de conductores profesionales?
Además, las ciudades deben adaptarse a vehículos sin conductor, lo que implica rediseñar infraestructura y normativas.
La conducción autónoma no es un concepto absoluto, sino una escala de capacidades técnicas y condiciones. Mientras más alto el nivel, menos intervención humana se requiere, pero también mayores son los desafíos técnicos y sociales.
Hoy, estamos mayormente entre los niveles 2 y 3, y aunque los avances son prometedores, la conducción autónoma total (Nivel 5) aún está lejos de las calles comunes. Entender estos niveles es clave para navegar con realismo en el camino hacia el futuro del transporte.
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