Libélulas en plena cópula
Unas libélulas se aparean sobre el tallo flotante de un nenúfar en un estanque del pueblo de Palovec. Durante la cópula, el macho se vale de unos apéndices en forma de tenaza para agarrar a la hembra y mantenerla sujeta, provocándole daños que pueden ser fatales para ella.
Los machos pasan mucho tiempo en el agua buscando a una hembra con la que aparearse. Cuando la encuentran, se colocan en lo que se se denomina 'posición de tándem', que puede distinguirse en la fotografía. Durante el apareamiento, el macho trata de agarrar la cabeza de la hembra con los tres apéndices que se encuentran en el extremo del abdomen y que actúan como una pinza para obtener un agarre firme. Si ella está lista para aparearse, balancea el abdomen hacía delante y coloca el extremo del mismo en la base del apéndice del macho en posición de cópula.
En vuelo la cóula puede durar varios segundos, pero en reposo puede alargarse durante horas. En algunas especies, finalizada esta fase se rompe la posición de de tándem, aunque el macho sigue sujetando a la hembra detrás de los ojos, acompañándola hasta el momento de la puesta. En otras, el macho libera la hembra, pero la sigue para evitar que otros se apareen con ella.
Aunque las libélulas son un grupo de insectos bastante conocido, aún queda mucho por aprender acerca de su ecología y comportamiento y, sobre todo, sobre sus migraciones anuales, uno de los más sor prendentes fenómenos . En 2016 un equipo de científicos de la Universidad Rutgers de Nueva Jersey descubrió que una especie llamada P. flavescens, que migra desde África hasta las Antillas, podría realizar migración más larga de entre todos los insectos conocidos.