Las televisiones no solo están perdiendo audiencia, también su imagen innovadora
Uno de esos contenidos recurrentes en los medios ahora que empieza la temporada de otoño-invierno y se acerca la oleada de estrenos de series es el de hacer un listado de lo que se debería ver. Los artículos sobre series recomendadas y sobre series que hay que ver son una de esas cuestiones recurrentes, no solo porque encajan muy bien con el momento sino también porque suelen tener mucho tirón entre los lectores.
Habitualmente, y por lo que ocurría en los últimos años, los medios online solían tirar de búsquedas y de series que estaban muchas veces accesibles en la red (cuando no ni siquiera muy claro cómo y cuándo iban a llegar a un soporte en España en el que se pudiese verlas). Frente a ellos, los medios de siempre solían encajar series de las teles de siempre. Las teles por supuesto hablaban de sus propias series en alguna nota de color en sus telediarios y los periódicos apuntaban los estrenos más destacados de las diferentes cadenas de televisión. Internet no tenía mucho que ver en estos listados, a menos que la serie en cuestión fuese ultraviral.
Por ello, resultaba lo suficientemente sorprendente como para pararse a echar cuentas la página doble que un periódico regional dedicaba en su suplemento de viernes a las series de la nueva temporada. El 80%, más o menos, eran series de las plataformas VoD o de Movistar (que es plataforma VoD también en cierta manera).
Las cosas no están siendo muy buenas para la televisión en los últimos tiempos. La tele tradicional está perdiendo audiencia y está perdiendo encanto. En Estados Unidos, el mercado en el que arrancó esta tendencia, los efectos de la crisis de la tele se han estado viendo de forma más clara desde hace más tiempo y con un impacto además en las líneas de negocio y de comercialización. Al fin y al cabo, allí lo que importa – y lo que mueve el dinero – es la televisión por cable, que hay que pagar por ver.
En Europa, la televisión y la industria en general intentó mantenerse al margen de la tendencia y de escudarse en sus cifras aún muy positivas de visionados, pero el golpe de la crisis de la tele y sus audiencias también llegó a ella.
Lo que la nueva campaña de otoño invierno en contenidos audiovisuales demuestra no es solo que la televisión tiene un serio problema de audiencias (y por tanto que lo tendrá en su relación con los anunciantes), sino también que tiene un serio problema de innovación. La televisión empieza a ir a rebufo de las plataformas de vídeo bajo demanda.
La innovación y las tendencias están en Netflix y compañía
Este eclipse de la televisión como motor de cambio se puede ver en las listas de las series más esperadas. No es solo que un periódico de ámbito regional que tradicionalmente recomendaba series de las teles se haya pasado a poner sobre todo títulos de portales de VoD, es que todo el ‘buzz’ que están generando este tipo de contenidos a nivel general está siendo dominado por este tipo de compañías. Como apuntan en Quartz, la lista de las series más esperadas que empezarán en otoño tiene muchos títulos de Netflix, Amazon o Hulu y, lo que es más importante, esos estrenos están eclipsando a los de la televisión tradicional.
Además, ya no se trata solo de que las plataformas de VoD estén dominando como innovadoras y que estén lanzando algunos de los títulos de los que todo el mundo parece que está hablando, sino que además están empezando a jugar en los mismos territorios que la tele y a robarles lo que hasta ahora parecía su terreno de juego exclusivo.
Una de las cosas que ha hecho poderoso al VoD es que sus estrenos se producen a lo largo de todo el año y que por tanto siempre tienen cosas nuevas y atractivas que ofrecer a sus espectadores. Septiembre y sus estrenos eran la marca de la casa de la tele, cuando los canales de televisión lanzaban sus series más relevantes y sus grandes apuestas y se posicionaban así en las conversaciones de los espectadores.
Lo habían mantenido… y las plataformas de VoD han venido a robárselo. Muchas de ellas han empezado a reservar sus grandes estrenos de series para septiembre, haciendo que lograr la atención del espectador sea todavía más complicado y que la televisión esté en una posición aún más débil que la que tenía en el pasado.
De hecho, en ese movimiento de posicionarse a por todo en septiembre contra la tele no solo están los jugadores más fuertes del VoD sino también algunos de los nuevos jugadores que intentan posicionarse en el mercado (como Facebook) o reposicionarse (como Amazon, que está rediseñando su estrategia de mercado).