Las pymes ya no se fían de la red social, se estanca su crecimiento y se desploma en bolsa
En la carrera para posicionarse en el mercado y en la de hacerse con una posición visible en internet, las redes sociales se han convertido en una suerte de aliadas recurrentes para las pequeñas y medianas empresas. O, al menos, lo han ido siendo en los primeros tiempos de las mismas.
Lograr posicionarse en la red no parecía fácil y lograr conectar con los consumidores resultaba complicado, ya que las grandes compañías tenían presupuestos más elevados y muchos más recursos. Sin embargo, en el terreno de las redes sociales parecía que todo el mundo partía de las mismas posiciones y que todos jugaban con más o menos los mismos recursos.
No importaba tanto lo grande que podías ser, como lo bien que conocías el lenguaje de las redes sociales y lo bien que sabías aprovechar la oportunidad en cuestión. Y, por tanto, las pequeñas compañías se encontraban con una oportunidad de oro para conectar con sus consumidores en la red. Y de todas las redes sociales y de todas las oportunidades la que Facebook ofrecía era la más atractiva y la más golosa.
En aquellos primeros momentos, era cuando aparecían los grandes casos de éxito, cuando siempre había un ponente en las conferencias sobre internet y/o sobre marketing hablando de una pequeña empresa que se había hecho de oro echando mano de internet y de las redes sociales o cuando se daban ciertas pautas para triunfar. También era el momento, por supuesto, en el que algunas pymes no se atrevían a dar el salto y en el que otras lo hacían mal dejándolo en manos poco expertas o aplicando el DIY de la peor manera.
Facebook ya no es la oportunidad de oro
Pero, en general, el consenso era que las redes sociales se habían convertido en una suerte de El Dorado de las oportunidades. Eran el lugar en el que una pyme espabilada podía conseguir grandes cosas.
Sin embargo, las cosas han cambiado. Las redes sociales han dejado de ser El Dorado y de todas ellas Facebook es la que ha perdido más potencial, al menos en lo que a cuestiones orgánicas se refiere. Los cambios en el algoritmo y los ajustes que Facebook ha realizado en el mismo han hecho que llegar de un modo natural a los consumidores ya no sea posible. Para conectar con las audiencias es cada vez más importante pagar, lo que ha lastrado por completo el trabajo de las pymes. Puede que una gran marca pueda invertir dinero en promocionar sus actualizaciones, pero para una pequeña empresa eso es mucho más difícil.
Y a eso hay que sumar que las pymes desconfían cada vez más de la red social.
Las pymes no se fían de Facebook
Eso es lo que acaba de demostrar un estudio de Manta e Insureon. Las pequeñas y medianas empresas desconfían de la red social. Puede que el escándalo Cambridge Analytica no haya pasado factura de un modo mucho más global a Facebook, pero sin embargo sí lo ha hecho de un modo mucho más específico en el terreno de las pequeñas empresas. Las pymes desconfían de cómo la red social puede mantener seguros sus datos.
Según las conclusiones del estudio, las pymes tienen cuentas en Facebook (la mitad de todas ellas cuentan con una) y cuentas que gestionan de un modo directo (el 86% de los encuestados gestiona su perfil de forma directa). Ahora, son además más sensibles con lo que comparten y con cómo lo comparten.
Una cuarta parte de las pymes encuestadas toman más precauciones en términos de información. Un 25% ejerce más control sobre lo que comparte de su negocio, un 23% ha actualizado sus ajustes de privacidad y un 16% es en general más cauta con lo que hace en la red social.
Pero el dato preocupante para Facebook no es tanto lo que hacen como lo que sienten. Un 44% de las pymes encuestadas reconoce que no se fían ya de que la red social sea capaz de mantener los datos de su negocio seguros.
Problemas con los usuarios
Pero los problemas de Facebook no se limitan solo a la percepción cada vez más negativa que tienen algunos de sus potenciales clientes de negocio, sino que empieza a tener ya problemas en lo que sus números y resultados financieros toca.
La red social acaba de presentar sus resultados económicos y ha tenido que reconocer que empieza a tener problemas a la hora de captar y mantener a sus usuarios. Facebook está viendo cómo se congela e incluso se revierte su tendencia en usuarios. Facebook crece, pero mucho más lento, y presenta datos preocupantes en los mercados clave en los que opera y que son cruciales para sus cuentas.
Sus últimos datos de usuarios activos mensuales en sus principales mercados empiezan a dar señales para la alarma. En el mercado formado por Canadá y Estados Unidos, los usuarios activos mensuales se han estancado. Siguen siendo 217 millones, como ya lo eran en la comparativa con el trimestre anterior. En Europa, sin embargo, se ha cruzado la barrera del estancamiento. Los usuarios empiezan a hacer algo mucho más peligroso y a declinar. En el último trimestre eran 376 millones, lo que supone la pérdida de un millón en la comparativa (eran 377 millones un año atrás).
Como recuerdan en Business Insider, esta es la primera vez que Facebook registra, desde que se tienen datos públicos, una caída en los usuarios activos mensuales.
El proceso es similar al que ocurre con los usuarios activos diarios. En EEUU y en Canadá se han estancado de un trimestre a otro en los 185 millones, mientras que en Europa se ha pasado de 282 a 279 millones.
Desplome en bolsa
Los datos de usuarios no fueron los únicos que no entraron dentro de lo esperado. Por primera vez, Facebook no ha cumplido con las previsiones de los analistas. Los ingresos con os que cerró el trimestre fueron positivos y mostraron un crecimiento (13.230 millones de dólares, un 42% más que en 2017), pero se quedaron por debajo de lo que los analistas esperaban que fuese la cifra de cierre del trimestre.
Las acciones de la compañía se desplomaron en el cierre de Wall Street un 9%, aunque llegó a tener momentos de mucho mayor pánico. En un momento, tras la conference call con analistas, las acciones de Facebook llegaron a caer en un 20% en las cotizaciones postcierre. Esto hizo que en un momento la red social perdiese la impresionante cifra de 150.000 millones de dólares en valor de mercado. Los responsables financieros de la compañía habían atenuado sus previsiones de crecimiento.