Las 5 reglas de oro para el branding de regalos publicitarios
La marca es uno de los elementos clave de cualquier empresa de éxito. Una marca sólida y coherente es lo que marca la diferencia sobre la competencia: aumenta la lealtad del cliente y ayuda a mantener la rentabilidad.
Los artículos promocionales, la ropa o los obsequios corporativos de la organización son tan importantes para la marca como cualquier otro elemento. De hecho, son algunas de las piezas más importantes; después de todo, son una representación física y tangible de la marca.
Un artículo publicitario de éxito es mucho más que poner un logotipo sobre un regalo barato. Ya sea para un evento, un obsequio de agradecimiento para el cliente o un reconocimiento para un empleado, los artículos promocionales y el merchandising son herramientas de marca muy poderosas que transmiten al mundo mucha información sobre una empresa.
Así que, para crear valor en las campañas de merchandising, aquí tenéis las 5 reglas de oro para que el mundo del branding saque lo mejor de los regalos publicitarios.
Antes de nada, estar íntimamente familiarizado con sus destinatarios es primordial; ya sean clientes, posibles clientes, empleados o asistentes a un evento.
Comenzando por pensar en los datos demográficos, intereses, desafíos y comportamientos. ¿Qué edad tienen? ¿Qué es importante para ellos? ¿Qué cosas disfrutan o necesitan? De la misma manera también es importante tener en cuenta la finalidad de los artículos.
Con esto, el objetivo es entregar algo que los destinatarios genuinamente agradecerán, usarán o, incluso, incorporarán en su día a día. Hay un retorno de la inversión muy bajo en artículos promocionales que el destinatario, al fin y al cabo, va a tirar a la basura en lugar de recibirlos con ganas.
Por ello, tomarse el tiempo para descubrir qué cosas atraen a su audiencia es una regla básica de marca que se aplica a cada área de su organización.
Desarrolla una identidad y un estilo
Para crear una marca sólida, hay ciertos elementos que deben estar en todos sus diseños. Estos elementos podrían ser el tratamiento de un logotipo, los colores, texturas o una combinación de varios. Por eso, crear una identidad de marca que pueda funcionar sin problemas en medios diferentes, es lo más acertado.
Pero, más allá del diseño del producto, los productos en sí son parte de la identidad y el estilo de su empresa. Los artículos que dicen mucho sobre cómo debe percibirse una marca. ¿Es una organización innovadora? ¿Tradicional? ¿Divertida? ¿Profesional? ¿Creativa? En cualquiera de los casos, los elementos por los que apostemos son encarnaciones de la marca, de manera que es importante elegirlos estratégicamente.
Menos es más
Claro y simple: los diseños con una aglomeración de elementos llaman a la confusión. Si está demasiado lleno, es probable que la imagen impresa en un artículo no se vea muy bien. Además, si nos fijamos en algunas de las marcas más famosas de la historia, una particularidad que todas ellas tienen en común es la simplicidad en su diseño.
Una marca limpia no solo se ve mejor, sino que los destinatarios serán mucho más propensos a usar en público, al tener un perfil publicitario un poco más discreto. Eso no quiere decir que si una marca tiene colores muy vivos o varias fuentes no debería usarlos; pero a menudo, cuantos menos elementos diferentes se usen, más atractivo será el efecto.
Sé consistente
Uno de los objetivos de una marca es llegar a ser reconocida. ¿Cómo puede alguien recordar la marca si ésta cambia constantemente? Ser coherente con los tipos de artículos y con los diseños es lo principal.
La consistencia no significa seguir comprando los mismos artículos hasta el punto que se queden obsoletos. De hecho, esto también se debe evitar, cambiando los productos para alinearlos con las últimas tendencias promocionales.
Tu mensaje es tu bandera
Las marcas tienen algo que decir. La forma en que se comunica, tanto al mundo exterior como a nivel interno, permite que todos entiendan las causas que se defienden. El merchandising de una marca es un medio estupendo para comunicar el mensaje de la empresa.
Una vez más, no siempre es la redacción literal del mensaje, sino la elección del producto en sí que representa el mensaje. Por ejemplo, si una organización es defensora del medio ambiente, quizás debería apostar por los artículos promocionales ecológicos.