La fotografía en el cine: Blade Runner
Cuando pensamos en la fotografía en el cine pocas veces nos puede venir a la memoria ‘Blade runner’. Pero esta gran película, que fracasó el año de su estreno, presenta varios puntos para formar parte de esta serie. Hoy vamos a ver la relación entre ‘Blade runner’ y la fotografía.
El cine siempre vive de las ideas del pasado. Hay muchas películas originales al año, pero todavía hay más que aprovechan las viejas historias o revisan antiguos guiones. Este año, uno de los grandes estrenos es ‘Blade runner 2049’. Parece ser que es la continuación de la historia original, pero no dejará de ser una vuelta de tuerca más a algo que ya nos contaron sin el espíritu de ‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?’. Pero quiero que llegue ya el día del estreno (cómo nos conocen).
La historia no deja de ser un homenaje al cine negro. Un cine de detectives solitarios con un pasado oscuro que se encuentran con un trabajo que no quieren hacer o que han abandonado y que les lleva a situaciones límites en las que conocerán al amor de sus vidas. Si el protagonista fuera el detective Marlowe, y el actor Humphrey Bogart, no haría falta ni cambiar una coma. Solo cambia que todo se desarrolla en un futuro distópico.
Por causas ajenas a su voluntad el blade runner Rick Deckard tiene que encontrar a un grupo de replicantes (más humanos que los humanos) para darles caza. No tienen permitida la estancia en la tierra, un lugar destrozado por la contaminación y la superpoblación, después de un motín sangriento en Marte. Deckard empieza la búsqueda pero no dejan de asaltarle las dudas día tras día, muerte tras muerte. Sobre todo después de conocer a una misteriosa mujer.
La fotografía de esta película marcó la estética de todas las películas que vinieron más tarde. Desde entonces el futuro es oscuro, deprimente y lluvioso. Fue el objetivo de todas las grandes superproducciones hasta que apareció ‘Matrix’ (que también se inspira en su ambientación), pero eso es otra historia que la enlazaría con un cómic de Moebius…
La dirección de fotografía en Blade runner
Está considerada como una de las obras más influyentes de la historia del cine (está en la lista del American Film Institute como una de las diez mejores películas de ciencia ficción y dentro de la National Film Registry). La ciencia ficción no se puede entender sin ella. Y la dirección de fotografía de Jordan Cronenweth tiene gran culpa de este prestigio.
Este director de fotografía logró su obra maestra con esta película de 1982. No fue nominado a los Oscar, pero recibió el BAFTA británico de aquel año. Es verdad que aquel año estaba el trabajo de Néstor Almendros en ‘La decisión de Shopie’, o el de Allen Daviau en ‘ET el extraterrestre’, o el de los ganadores de aquel año Billy Williams y Ronnie Taylor por ‘Gandhi’. Pero ninguna ha sido tan influyente… Eso sí, el premio de aquel año debería haber sido para Néstor Almendros…
Jordan Cronenweth estuvo en el equipo de uno de los directores de fotografía más grandes de la historia, Conrad L. Hall, autor de la fotografía de ‘Dos hombres y un destino’, ‘La leyenda del indomable’, ‘American Beauty’ o ‘Camino a la perdición’. Una de las películas que no pudo hacer se la cedió a Jordan Cronenweth y desde entonces hasta su temprana muerte no paró de trabajar. Su hijo Jeff sigue su camino con películas tan poderosas como ‘El club de la lucha’.
Ha pasado a la historia por la película que tenemos ahora entre manos, a pesar de otros grandes trabajos. Era un hombre meticuloso que no dudaba en cambiar una escena cuando veía que la podía mejorar. Sabía colocar luces injustificadas para iluminar y crear emociones. Y como podemos ver a lo largo del metraje era consciente de la importancia de las sombras en un mundo de luces. En el documental La luz que quema: Recordando a Jordan Cronenwech recuerdan una de sus mejores frases:
No es lo que iluminas, es lo que no iluminas. Eso es lo que te distingue de los demás.
La inspiración directa está clara. Aparte del cómic mencionado, un cinéfilo avezado descubrirá el expresionismo y los planos picados y agobiantes de una película como ‘Metrópolis’ de Fritz Lang. Y no podrá dejar de pensar en ‘Ciudadano Kane’, la obra maestra de Orson Welles fotografiada por Gregg Toland. El contraluz, el humo de la polución o del tabaco que filtra y distorsiona los focos de xenón que atraviesan las lamas de las persianas y que se utilizaron por primera vez en esta producción.
La película es puro contraste. Luces duras y sombras misteriosas, que el director Ridley Scott utiliza para hablar de los sentimientos de los personajes. Cuando vemos por primera vez la casa del protagonista, ese apartamento destartalado, está inundado por la oscuridad. Pero cuando se enamora, aparecen más luces que sombras en su interior.
Lo mismo pasa con los rostros de los actores. No los vemos con claridad, están en penumbra. Pero hay veces que su luz destaca contra el fondo negro. Acercar la fuente de luz casi hasta colarse en el plano y dejar actuar a la fórmulas de la luz. Una técnica tan sencilla como efectiva. No es una película visualmente alegre pero nos deja escenas difíciles de olvidar. Pocas veces la violencia de un asesinato fue rodada de forma tan bella…
La fotografía en ‘Blade runner’
¿Y qué pinta la fotografía en esta película? Resulta que tiene un papel muy importante que a veces se nos olvida cuando hablamos del tema. En primer lugar tenemos la famosa escena en la que el protagonista introduce una copia de papel en una especie de televisión y ordenador y mediante el control de voz analiza todas y cada una de las partes con un aumento increíble de la nitidez y el rango dinámico. Así llega a descubrir dónde tiene que buscar la siguiente pista.
Creo que es la primera vez que una fotografía es analizada tan concienzudamente. Gracias a esta escena los espectadores empezaron a pensar que todo era posible en un mundo digital. El único referente anterior que se me ocurre no es otro que ‘Blow up’, la mítica película de Antonioni inspirada en un cuento de Cortázar, pero aquí se trabaja a fuerza de ampliaciones manuales perdiendo cada vez más la forma que se quiere encontrar.
Desde entonces no hay película de espías en la que no pase lo mismo. El misterio se resuelve escaneando la fotografía y mejorando el detalle hasta el punto de poder ver la matrícula del coche del asesino. Cosas veredes…
En segundo lugar los replicantes tienen un gran tesoro que guardan como lo más preciado de sus vidas: las fotografías de su familia. Gracias a ellas son capaces de creer que tienen un pasado, una vida que recordar. Un padre y una madre. Las fotografías en papel son el diario de una vida que han creído vivir. Les dan consciencia de ser, de formar parte del tiempo. Las viejas fotografías de nuestra historia.
Es lo único a lo que se aferran. Lo último que quieren perder. La fotografía como símbolo de nuestro paso por la tierra, de haber sido importantes para alguien. Nuestro recuerdo más preciado…
Espero que la segunda parte, fotografiada por el gran Roger Deakins, autor de una película fundamental como ‘El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford’, el creador más veces nominado y nunca premiado con la dorada estatuilla, no nos defraude y siga la senda marcada por Jordan Cronenwech. Nunca podremos olvidar ese ojo que nos mira desde el principio de la película y que no imaginamos que ha podido ver Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser …
En Xataka Foto| La fotografía en el cine: La ventana indiscreta
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La noticia
La fotografía en el cine: Blade Runner
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por
Fernando Sánchez
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