Huawei P20 Pro tras un mes de uso: punto, set y partido en la gama alta Android de 2018
Después de la expectación del lanzamiento del Huawei P20 Pro, probar a fondo sus tres cámaras traseras y acabar catalogándolo como el mejor zoom en un smartphone, tocaba un análisis más somero y pausado.
En este mes de uso comentaremos cómo es el día a día de este terminal de 6,1 pulgadas, 4.000 mAh de batería, tres cámaras, 6 GB de RAM, procesador Kirin 970 con unidad de procesamiento neural, cuerpo de cristal y, sí, también notch.
Maldito y sensual cristal
Huawei siguió la línea marcada por el P10 Plus y la ha perfeccionado. Nos encontramos las mismas líneas curvas y elegantes, el uso del metal y el cristal como materiales principales, y una compactación que permite estirar la pantalla hasta las 6,1 pulgadas en prácticamente el mismo cuerpo que su predecesor (que tenía un panel de 5,5 pulgadas). Es una buena noticia porque tenemos una buena pantalla OLED en un esqueleto que en absoluto se hace gigante o inmanejable.
La sensación en mano es muy agradable, y a pesar de tener esa bonita trasera de cristal, nunca me ha dado la impresión de ser un terminal resbaladizo. Eso sí, las huellas no tardarán en aparecer y te vendrá bien un paño si quieres conservar ese brillo y efecto espejo que tiene la parte posterior. O una funda, claro.
Ha habido una mejora destacable con respecto al P10 Plus, como que la cámara frontal se ubica ahora en el centro de la parte delantera, algo que soluciona la molestia de ensuciar la lente de la cámara selfie que comentamos en su antecesor.
Se sigue manteniendo la disposición de la botonera, es decir, un lado derecho en el que se encuentran los botones de subir y bajar volumen y, justo debajo, con un detalle en rojo para distinguirlo, el botón de encendido/apagado. Y, en la parte inferior central, el sensor de huellas, que sigue funcionando estupendamente y que sigue teniendo los atajos para sustituir a los tradicionales botones de navegación o atrás en Android.
En mi uso personal le saco más partido al sensor de huellas en esa posición, especialmente para poder desbloquear fácilmente el teléfono cuando está encima de la mesa. También se puede hacer por desbloqueo facial, que funciona bien, aunque en condiciones de baja luz suele despistarse.
No obstante, la costumbre y lo bien que va el sensor de huellas hacen que ya busque colocar el dedo casi sin pensarlo. La pega del sensor en el frontal es que el aprovechamiento de pantalla no es tan bueno como el que es, probablemente, su principal competidor, el Samsung Galaxy S9+. Tenemos el 82,4% del S9+ frente al 81,9% del P20 Pro, que a efectos prácticos tampoco se nota demasiado.
En la parte posterior nos encontramos con un acabado muy bonito, con un degradado que llama mucho la atención (en nuestro caso, de base azul) y con las tres cámaras alineadas de manera vertical en el lado superior izquierdo. Tiene una pequeña joroba en las dos primeras lentes, lo cual provoca que en superficies planas el teléfono no quede totalmente estable.
Finalmente, para apurar algo de grosor, Huawei ha decidido eliminar el jack y dejar solo el conector USB-C, algo que, como comentaremos en el apartado de multimedia, no supone ningún inconveniente más allá de tener que llevar el adaptador encima.
¿Sí o notch?
Pido disculpas por adelantado por el juego de palabras, pero creo que el notch es el mayor error de este Huawei P20 Pro. Aunque se puede eliminar y sustituirlo con una franja negra, la realidad es que no tiene ninguna funcionalidad más que lograr un poco más de superficie de pantalla.
Además, por la mala experiencia que ofrecen aplicaciones muy comunes como Instagram (estorba al ver stories porque se sitúa en medio justo de la franja de tiempo) ya no es que no esté dando funcionalidades como sí hace el «flequillo» del iPhone X, es que surgen problemas, como el pequeño caos con la acumulación de notificaciones que se apegotonan a la izquierda o derecha del notch.
También está el asunto de la simetría. El teléfono está estirado para arriba, donde se sitúa el notch, pero en la parte inferior, por la colocación del sensor de huellas, hay una franja mucho más grande que la superior. El frontal, por tanto, es asimétrico. Un aspecto que es meramente estético y que no tiene más implicaciones, todo sea dicho.
En definitiva, no creo que compense la inclusión de notch para rascar un 10% más de pantalla si en ese porcentaje ganado tienes un objeto que te molesta cuando ves contenido. Porque, aunque algunos usuarios aseguren que el notch acaba pasando desapercibido con el uso, yo no he podido dejar de verlo ahí en medio. Afortunadamente, como mencionamos, Huawei da la elección de quitar la ceja y sustituirla por una franja negra.
Rendimiento: el gran atleta Android
Dejando de lado la hoja de especificaciones, la experiencia de uso es fantástica. No hay lags o latencia, no hay sobrecalentamiento cuando ejecutas aplicaciones pesadas al mismo tiempo, los tiempos de carga son muy buenos, la carga rápida funciona genial y la batería es una de las mejores, si no la mejor, en el panorama de gama alta Android.
La tranquilidad con la que sales a la calle al principio del día afecta a tu comportamiento como usuario. No te cortas con aplicaciones, no ahorras, simplemente lo usas y al llegar la noche lo más seguro es que te sobre un 15 o 20% de batería. Y eso que en el camino ha habido guerra de clanes de ‘Clash Royale’, un juego que llega a picos de 50 mAh, videoconferencias, uso de cámara y vídeo y aplicaciones cotidianas de mensajería, mail y redes sociales.
He obtenido resultados similares a los que comentó mi compañera Anna en su review: no he llegado a las 10 horas de activación de pantalla como ella, pero sí se ha situado en una media de 9 horas, que sigue siendo una bestialidad. Cuando lo he exprimido he llegado a algo más de cinco horas de pantalla. En la práctica significa que el smartphone aguanta más de un día con actividad cotidiana, y un día si le damos más caña.
¿Afecta la inteligencia artificial a la que Huawei le ha dado tanto bombo con esa unidad de procesamiento neural que tiene el Kirin 970? Como usuario yo, al menos, no he notado nada, salvo en el apartado fotográfico, que comentaré después.
En teoría la IA hace más eficiente al teléfono en batería y aplicaciones en segundo plano, aunque no he apreciado nada sustancialmente diferente a otros competidores de gama alta. De hecho, es posible que la gran autonomía del P20 Pro se deba a que son 4.000 mAh más que por una optimización de software. Lo mismo con su fluidez: seguramente una cuestión de buen hardware más que de inteligencia artificial.
Quizá las pegas se las tenga que poner a EMUI 8.1. Aunque ha mejorado mucho y se ha hecho una capa más limpia, sigue metiendo bloatware (de hecho, de los 128 GB de almacenamiento hay que restar 8,34 GB del firmware, en el que se incluyen las aplicaciones que vienen preinstaladas) y la gestión de notificaciones me sigue resultando mejorable. No me gusta, por ejemplo, que no pueda escuchar música sin que te interrumpa alguna notificación, incluso con el modo ‘Silencio’ activado. De hecho, si quieres hacerlo, entonces tienes que poner el modo ‘No molestar’, por lo que ahí no te enterarás si te llaman porque el teléfono no te avisará.
Tampoco me parece muy fina la llamada gestión eficiente de la batería, que «apaga» las aplicaciones en segundo plano que considere que están impactando a la autonomía. Esto como idea está muy bien, pero tienes que acabar seleccionando qué aplicaciones quieres gestionar manualmente para seguir recibiendo notificaciones.
En la práctica, acabas marcando las que más usas y, por tanto, es un añadido que acaba sirviendo de poco (y genera molestias, primero porque te tienes que dar cuenta de que hay aplicaciones que el sistema manda a dormir, y segundo porque es algo que tienes que desactivar tú a mano).
Aparte de estos aspectos a mejorar, este Huawei P20 Pro es todo un atleta con los mejores músculos Android del momento y, en definitiva, un rendimiento a la altura de lo que se espera en su gama, que no se degrada con el paso de los días y la instalación de aplicaciones y con un más que sobresaliente apartado de autonomía.
Triple cámara, triple acierto
Sobre la cámara ya hemos hablado largo y tendido, aunque el artículo de referencia es este análisis de mi compañero Juan Carlos. Tenía muchas ganas de probar ese zoom y también de opciones como el modo retrato, la grabación de vídeo o cómo impacta la inteligencia artificial a la hora de hacer fotos.
Es cierto que ese zoom híbrido no es la panacea, pero sí te da ese extra de detalle que en según qué situaciones te puede servir para lograr una foto más interesante. Algunos ejemplos:
Sin zoom:
Con zoom:
Sin zoom:
Con zoom:
Y aquí aprovecho un ejemplo para mostrar dos cosas: el genial comportamiento por la noche, con una definición y contraste muy buenos, y un zoom que, aunque hay que tener buen pulso para lograr enfocar medianamente los objetos, sigue aportando resultados interesantes (en la foto de abajo descubrimos en el margen izquierdo un barco tradicional chino rojo que no apreciamos en la toma de arriba):
Sin zoom:
Con zoom:
Sin zoom:
Con zoom:
El modo retrato funciona muy bien. Como vemos en este ejemplo, la toma con modo retrato introduce varias aberraciones en los bordes superiores, pero no afecta demasiado al resultado final, muy efectivo:
Sin modo retrato:
Con modo retrato:
Un punto muy destacable de este Huawei P20 Pro es la grabación de vídeo y, sobre todo, la estabilización, en la que sí entra en juego la inteligencia artificial. En esta muestra estaba montado en un barco navegando en el que era difícil no mover la imagen. Sin editar ni aplicar ningún filtro, sólo dándole al botón de grabar, el resultado es este:
La grabación de audio también es notable en los vídeos (y en esta captura también destaca la estabilización; una vez más, no hay nada editado):
Y a continuación una galería con otras fotos que he tomado con el Huawei P20 Pro en diferentes situaciones. Destaca en definición, contraste y se defiende muy bien en condiciones de baja luz. La ayuda que ofrece la inteligencia artificial, con la aplicación de una configuración u otra dependiendo de la escena que detecte, es muy útil en la mayoría de los casos, aunque en otros también peca de sobresaturar o aplicar un contraste muy agresivo. En cualquier caso, si no nos convence la ayuda «artficial», podemos desactivarla y seguir disparando tanto en automático (sin la IA) como en manual.
huawei-p20-pro-fotos-de-muestra
Multimedia
El apartado multimedia del teléfono es otra de sus bazas. La gran pantalla permite disfrutar de vídeos, juegos o películas sin ningún problema y aquí el notch aparece en alguna aplicación que no está bien optimizada (como Instagram). No obstante, a la hora de ver contenido en Netflix o YouTube, se pone automáticamente la franja negra que cubre el notch y no hay mayor obstáculo.
Los niveles de brillo y contraste son adecuados y en exteriores la iluminación es suficiente incluso aunque estés a pleno sol. Además, para tratarse de un panel grande (6,1 pulgadas), la batería no se resiente más de lo normal cuando consumimos multimedia.
En el audio tenemos dos altavoces situados en la parte inferior del teléfono, por lo que la sensación de estéreo puede quedar descompensada cuando vemos una serie con el dispositivo en horizontal, por ejemplo. A pesar de ello, tiene una potencia sonora suficiente para disfrutar de música o vídeos a buen volumen.
¿Y qué hay sobre el no jack? ¿Se nota? Aparte de tener que usar adaptador para poder escuchar con unos auriculares de cable convencionales, no influye en nada más.
Sin embargo, al escuchar música con auriculares, he apreciado cierta distorsión en algunas canciones, sobre todo en frecuencias altas (que en música se traslada al sonido de platos de una batería, por ejemplo). La sensación es como si se aplicara un Exciter, un efecto que en mezcla de audio se utiliza para realzar la señal con ajustes en la dinámica y la fase. Quitando la jerga técnica el resultado es que en música muy comprimida (gran parte de la actual, sea del estilo que sea) encuentra un tope, distorsiona ligeramente y algunas frecuencias se diluyen.
El problema lo genera el software que implementa Huawei y que es de su socio Dolby: Dolby Atmos. Tiene una opción automática que se llama «Modo de reproducción inteligente» que se describe así: «Dolby Atmos identifica automáticamente el contenido y optimizar el sonido para brindar una experiencia de audio excepcional».
Afortunadamente se puede desactivar cuando escuchamos con auriculares y esa distorsión que comentamos desaparece al hacerlo. Lo malo es que no se puede desactivar cuando escuchamos usando los altavoces del dispositivo, pero lo cierto es que aquí el efecto realza la potencia sonora y sin llegar a distorsionar, por lo que en la mayor parte de ocasiones viene bien, especialmente para diálogos de series o películas.
No es un fallo enorme para el usuario más casual, pero seguramente los audiófilos encuentren esto como un inconveniente que, en cualquier caso, se soluciona con un par de clicks.
¿Y bien?
Huawei ha dado un gran paso adelante de 2017 a 2018 con su smartphone estrella, con permiso de la familia Mate. Ya no se trata que el Huawei P20 Pro le haga sombra a Samsung o Apple, tradicionalmente los que se disputan el trono de la gama alta, sino que ha colocado el listón de tal manera que serán ahora Samsung o Apple (y los demás) quienes tengan que lidiar con la sombra de Huawei con este P20 Pro.
Le ha costado unos años conseguirlo, pero el máximo exponente de la gama P es, por méritos propios, el nuevo rival a batir no solo en Android, sino en toda la gama alta de smartphones de 2018. No es perfecto, pero es uno de los teléfonos más completos y equilibrados que hemos probado nunca. Y ya se puede comprar por 799 euros (100 euros menos que en su lanzamiento).
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La noticia
Huawei P20 Pro tras un mes de uso: punto, set y partido en la gama alta Android de 2018
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Cesar Muela
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