Huawei P10 y P10 Plus – ¿Los mejores móviles para blanco y negro?
Cuando probamos el Huawei P9, hace ya casi un año, nos quedamos gratamente sorprendidos por la calidad de su sensor monocromo, el más singular de los dos sensores que forman parte de su cámara dual. Hace poco, la compañía china volvía a la carga con sus nuevos Huawei P10 y P10 Plus, que volvemos a poner bajo prueba para comprobar cómo ha evolucionado su modo en blanco y negro.
Del rendimiento de sus dos sensores y su doble óptica firmada por Leica ya hablamos recientemente en nuestra prueba comparativa de rendimiento del sensor Huawei P10 vs Mate 9 vs P9. En ella pudimos ver que los nuevos Huawei P10 retoman muchas de las características que ya fueron desveladas con el Huawei Mate 9, en concreto su nuevo sensor monocromo para blanco y negro con una resolución incrementada hasta los 20 Mpx, que acompaña a un segundo sensor convencional con matriz RGB de 12 Mpx. Recordemos que, en el anterior Huawei P9, ambos sensores disponían de 12 Mpx.
A nivel de diseño, el Huawei P10 es más orgánico y curvo en comparación con el P9, y transmite una mejor sensación general en mano, con mejor acabado en materiales, y con una mayor referencia al omnipresente iPhone, que sigue marcando la tendencia estética de todos los terminales de gama alta.
A nivel de especificaciones, encontramos escasas diferencias entre la versión P10 estándar y la versión P10 Plus, siendo la más notable –a excepción del tamaño de pantalla– la mayor luminosidad del módulo fotográfico de este último. Así pues, mientras el Huawei P10 monta una óptica dual Leica Summarit-H 27 mm f/2,2, el Huawei P10 Plus opta por una óptica dual Leica Summilux-H 27 mm f/1,8.
A pesar de su mayor tamaño, el P10 Plus ofrece unas dimensiones coherentes para poder operar sin entrar en conflicto con la ergonomía necesaria para realizar una fotografía, un campo por el momento algo reñido con las imposiciones del sector móvil y su naturaleza ultraportable.
Muestras
A continuación, ofrecemos unas cuantas muestras a resolución nativa tomadas con los Huawei P10 y Huawei P10 Plus (Silver).
Como ya observamos durante nuestra prueba monocroma del Huawei P9, el largo recorrido tonal que es capaz de ofrecer esta nueva generación de terminales “con óptica Leica” sigue marcando la pauta de calidad para tomas en blanco y negro; capturas con una extensa gama de grises y texturas, aprovechables incluso en las áreas más densas y altas luces.
El nivel de detalle es realmente notable cuando la luz no escasea y se manejan valores de sensibilidad razonables en el territorio móvil, en torno a ISO 200-800. En este sentido, la mayor resolución del sensor monocromo –20 Mpx, contra los 12 Mpx del P9– se hace notar.
Como ya ocurría con el modelo anterior, el sistema de obturación puede alcanzar cifras muy elevadas, con lo que es posible obtener el grado de exposición deseado para tomas más bien complejas, como vemos en la siguiente imagen, realizada a 1/20.000 s.
Por otro lado, el rendimiento en las esquinas sigue siendo uno de los puntos débiles, tal como ya comentamos en la prueba técnica comparativa junto el Mate 9 y P9. En efecto, por cuestiones de tamaño, los módulos ópticos móviles empleados disponen de una capacidad limitada, más fácil de corregir en el centro que en las esquinas, donde las fuertes correcciones por software se hacen mucho más evidentes. Este excesivo procesado hace aflorar algún que otro artefacto debido a la excesiva máscara de enfoque utilizada.
Por contra, la latitud está garantizada. Para ello forzamos, en algunas muestras, situaciones que normalmente hubieran derivado en archivos empastados y quemados, y el resultado obtenido es sin embargo, muy positivo, puntuando con nota en este aspecto.
No obstante, esta solvencia en latitud hace que las escenas más fáciles de resolver –aquellas con una relación de contraste más asequible– queden con cierta subexposición, con tendencia a la planitud; nada que no se pueda arreglar con una mínima edición o ajuste de sus parámetros básicos. Recordemos que en esta prueba todas las imágenes mostradas están configuradas con los valores por omisión del fabricante, para facilitar su comparación en cuanto al rendimiento bruto se refiere.
El sistema de autoenfoque funcionó bien en ambos terminales, con cierta ventaja en velocidad en la versión más luminosa –P10 Plus–. La exactitud a la hora de colocar el foco en el plano correcto nos ha parecido idéntica en los dos, un uso sin florituras respecto a lo ya visto en otros dispositivos móviles de gama alta, pero sin errores. En definitiva, el AF funciona de modo rápido y fiable.
Para los más extremistas –una posición poco recomendable dado que niega per se toda evolución en el conocimiento de una materia– del área fotoquímica que tanto amamos, podemos garantizar que estos dos terminales darán buenos resultados llevados a papel, más aún si se cuadra una mínima edición digital previa que prepare la gama tonal para su impresión y ajuste bien los perfiles de color para cada salida, conjunción de la combinación dispositivo/tinta/papel elegida.
Para sus homólogos digitales, sin redundar en criterios ya expuestos en anteriores artículos, nos preguntamos: ¿qué más da quién firme su óptica? Más allá de cuestiones de marketing, los resultados obtenidos son excelentes, y podemos asegurar casi sin miedo a equivocarnos que no hay –por el momento– mejor terminal para realizar una captura monocroma… incluso tendríamos que buscar bien entre las compactas de gama alta para encontrar unos resultados JPEG directos tan buenos.
¿Solo para blanco y negro?
Pese a que nuestra prueba de campo está centrada en el sobresaliente modo monocromo de estos terminales, nada nos impide hacer uso del modo de captura a “pleno color” de los Huawei P10 y P10 Plus, que consiguen unos resultados dignos en situaciones con buena luz disponible. Sin ser comparativamente mejor que otros terminales de alta gama, como el Samsung S7 Edge o S8/S8+ –que comparten módulo de imagen– la calidad general es suficiente como para tenerla en cuenta, con algunas concesiones –eso sí– importantes.
En efecto, cabe recordar las grandes diferencias entre las versiones RAW –DNG– y su versión JPEG, donde el contraste, el color y el viñeteo se ven fuertemente alterados. Recomendamos por ello usar siempre que se pueda la versión menos procesada, que garantiza una toma más neutra y con menos artefactos.
Fotografía móvil con estética de fotoquímico
A raíz de los resultados obtenidos, podemos constatar una satisfactoria evolución de la familia P de Huawei, orientada –desde el modelo P9– al usuario de elevada exigencia fotográfica, con muchas alusiones al mundo fotoquímico. Al margen de si esta “añoranza” es pura estrategia comercial, los resultados en blanco y negro nos siguen convenciendo gratamente.
Sin embargo, quizá el aumento de resolución del sensor monocromo –de 12 a 20 Mpx– no era tan necesario en este territorio y se podría haber trabajado más en la relación señal/ruido para conseguir disminuir el ruido electrónico visible a partir de ISO 800. Desde un punto de vista estratégico, este aumento de resolución permite ofrecer un modo de zoom híbrido 2x cuando el terminal opera en modo color.
En nuestra opinión, creemos que una versión menos procesada –formato RAW o similar– de la captura monocroma sería una buena opción para aprovechar mejor ese archivo en un editor externo –o interno al terminal, ahora que ya están más generalizadas las apps capaces de revelar en RAW.