He probado la beta de Darwin Project y creo firmemente que puede hacerle frente a PUBG y Fortnite
Creo que no hay ninguna duda de que el género Battle Royale está de moda. Todos se quieren subir al carro de esta nueva tendencia sacando versiones de sus videojuegos que se adapten a las características básicas del género, cuya fama explotó con la inesperada llegada de ‘PlayerUnknown’s Battleground‘. El mod convertido en juego standalone abrió la veda de una senda que muchos recorrieron después buscando llevarse un pedazo del pastel.
Ahora parece que ya está todo hecho, que cualquier propuesta que gire en torno al Battle Royale no tiene nada que hacer con ‘PlayerUnknown’s BattleGrounds’ primero, y con ‘Fortinte: Battle Royale‘ después. Sin embargo, después de probar la beta de ‘Darwin Project’ puedo decir que el juego de Scavengers Studio puede aportar un toque diferente al género y quitarle público a los pesos pesados.
¿Qué es y de qué va ‘Darwin Project’?
Antes de argumentar por qué creo que ‘Darwin Project’ puede refrescar el género, vamos a ponernos en situac ión. Este juego, al que podríamos considerar indie por haber sido desarrollado y publicado por un estudio independiente, se presentó en la conferencia de Microsoft durante el pasado E3 2017 (lo que, de algún modo, le resta credibilidad a mi postulado anterior).
Su idea base era (y es) la siguiente: un título multijugador en el que varios contrincantes se enfrentan a muerte en un entorno hostil con clima extremo, lo que implica que no sólo deben sobrevivir a la batalla directa contra el resto de jugadores, sino que también se deben pertrechar para no morir de frío en los gélidos parajes de su mapa.
Así es, lo que propone ‘Darwin Project’ es una mezcla entre Battle Royale y juego de supervivencia y crafteo en el que la recogida de materiales juega un papel fundamental: cada vez que cortemos un árbol o abramos un cofre, el resto de jugadores puede rastrear nuestra posición durante un tiempo limitado. Necesitamos recoger recursos para sobrevivir, pero hacerlo nos expone al resto de jugadores.
La combinación de esos géneros no es lo único innovador dentro de ‘Darwin Project’, también lo es su forma de acotar el mapa; en lugar de hacerlo con un perímetro que se va estrechando, el escenario está dividido en siete pequeñas zonas que se van ‘prohibiendo’ aleatoriamente: si estás dentro de esa zona cuando el contador llega a cero, mueres.
Son esos pequeños detalles los que, de primeras, dejan claro que este Battle Royale no es exactamente igual al resto de títulos del género. No es que sea el más innovador del mundo, pero sí que contempla las suficientes diferencias como para que, al menos, llame la atención y merezca la pena probarlo. ¿Funciona bien su propuesta a efectos prácticos? Veamos.
Primeros pasos en la beta
Este fin de semana se ha celebrado una beta abierta de ‘Darwin Project’, la primera después de una serie de alfas privadas exclusiva para jugadores seleccionados. Cualquiera que haya querido ha podido acceder a esta beta a través de Steam durante todo el fin de semana, algo que no sabemos (de momento) si se volverá a repetir antes del lanzamiento definitivo del juego.
Sea como fuere, el caso es que con este fin de semana de prueba el juego de Scavengers Studio ha tenido una buena acogida por parte de la comunidad internacional: durante los días que ha durado la beta abierta siempre he podido encontrar partida con rapidez, exceptuando algunos problemas de conexión típicos de un período de prueba de este tipo.
Antes de arrancar la partida estuve trasteando con el menú principal del juego, que dispone de varios apartados como una sala de personalización para nuestro personaje, una sección para ordenar la rueda de crafteo (luego entro en eso) y un apartado en el que podemos ver nuestras estadísticas dentro del juego.
Todo está muy limitado por el momento: la personalización apenas nos deja cambiar el color de nuestro mono de presidiario y un par de modelados de nuestras armas básicas. Ni siquiera podemos escoger al otro personaje, una chica especializada en el tiro con arco, porque todavía no está implementada en la demo.
Tampoco podemos seleccionar un modo de juego que no sea el clásico Battle Royale de todos contra todos, a pesar de que el menú nos indica que la versión final de ‘Darwin Project’ tendrá al menos un modo de juego al que se podrá jugar en pareja, colaborando para no morir en vez de hacerlo en solitario. El modo de partida privada también estaba bloqueado para esta beta.
Solo en el frío: sobrevivir y pelear
Una vez dentro de la partida clásica, lo primero que pisaremos será el ya clásico lobby en el que todos los jugadores se atacan los unos a los otros con libertad, porque todavía nadie se hace daño. Este vestíbulo previo a la partida está ambientado en una cárcel futurista-tecnológica porque el juego, de hecho, se emplaza en un mundo postapocalíptico en el que el Proyecto Darwin está a mitad de camino entre el entretenimiento y el experimento.
Y es que ‘Darwin Project’ tiene su lore bien trabajado: como la sociedad está inestable después de una catástrofe natural se ha tomado la decisión de utilizar a los presos de una cárcel del norte de Canadá como conejillos de india para observar su comportamiento en situaciones extremas y, de paso, entretener a las masas mientras ven cómo se asesinan entre ellos.
En esta especie de selección natural forzada sobrevive el más fuerte, aquel que pueda hacer frente tanto al entorno como a los otros presos. Lo principal, sin embargo y según lo que pude vivir en mis partidas, era no morir ante el frío.
Cada partida consta de 10 jugadores y el mapa es lo suficientemente grande como para no tener que cruzarte con nadie hasta los compases finales. Por eso lo primero que tienes que hacer es pertrecharte para no morir de frío: tienes que aprovechar los recursos del entorno para conseguir los dos únicos materiales necesarios para el crafteo, que son la madera y la piel.
Con madera y piel se pueden hacer muchas cosas, como capas, fuego, botas, flechas… Durante los primeros minutos de partida repetía siempre la misma estrategia: salir corriendo a por madera y piel para conseguir varias capas que me servirían para no tener tanto frío al final de la partida, cuando llega la noche y todo se vuelve mucho más inhóspito.
Teniendo en cuenta que el mapa no es aleatorio ni se genera procedimentalmente, es fácil aprenderse dónde están los recursos necesarios para conseguir esos objetos. Eso sí, como dije antes hay que tener cuidado a la hora de recoger materiales porque cada vez que interactuemos con el mundo cualquier jugador que se acerque a un árbol talado, por ejemplo, podrá saber nuestra posición.
Es interesante sentir en tus carnes esa sensación de rastreo con la que realmente entras dentro de la dinámica de caza de hombres (manhunt), sobre todo cuando tú estás en la situación predominante, cuando ves una pista y la aprovechas para señalar a tu presa. Puedes tomar dos decisiones ahí: huir de ese jugador o ir a por él para asesinarle.
Si optas por asesinarle (bien, de eso va el juego al fin y al cabo) tendrás dos opciones principales con las que ir a por todas: cuerpo a cuerpo o a distancia. Hay dos armas principales, el hacha y el arco, y la segunda sirve sobre todo para hacer daño desde lejos antes de iniciar el verdadero combate, el que protagonizan las armas cuerpo a cuerpo. Y me ha gustado bastante que ‘Darwin Project’ le dé tanta importancia al combate a melé.
También puedes aprovechar la vertiente survival del juego y construir diversas trampas con la rueda de crafteo. Pero aunque esto es una de las principales características del ‘Darwin Project’, a la hora de la verdad no le he sacado mucho partido, y tampoco he visto al resto de jugadores utilizar las trampas con efectividad.
Lo que me gusta y lo que no de ‘Darwin Project’
En el fin de semana que ha durado la beta abierta de ‘Darwin Project’ he podido exprimir bastante bien sus múltiples facetas, a pesar de que no he estado jugando constantemente. Eso es una de las cosas que me preocupa: ¿qué caducidad tiene su propuesta? Después de varias partidas ya parece que lo has visto todo y no sé si hay un aliciente que te haga seguir jugando.
Pero claro, es un Battle Royale. ‘PlayerUnknown’s BattleGrounds’ ha sobrevivido durante todo este tiempo con un único modo de juego y a la gente le ha encantado. ‘Darwin Project’ por lo pronto ya tiene dos modos y alguno que otro más en camino. En realidad no creo que haya problema con eso, teniendo en cuenta que tiene mucha más variedad y profundidad en sus mecánicas que el resto de juegos del género.
No hay cosas que me hayan disgustado especialmente de ‘Darwin Project’, aunque sí hecho en falta una zona final de enfrentamiento directo, obligado. Esa zona suele ser el centro del mapa, pero aquí el área central funciona como una sección más que puede ser prohibida en cualquier punto de la partida.
Una vez más, no es tan malo: para evitar que los jugadores se dispersen sin control por el mapa ‘Darwin Project’ tiene un as en la manga en forma de componentes electrónicos, un material raro que sirve para craftear habilidades únicas y que sólo aparece en momentos clave, obligando a los jugadores a pelearse por él.
En definitiva, tengo más palabras buenas que malas para ‘Darwin Project’. Creo que puede ser una alternativa interesante para los que estén cansados de los Battle Royale de siempre, o los que busquen otro tipo de experiencia dentro del género. Quizás le pesará un poco el hecho de que sólo se lanzará en Xbox One y PC, dejándose a todo el grueso de PlayStation 4 fuera, pero no creo que llegue a ser nada grave para sus ventas, aunque perjudique a los jugadores de esa plataforma.
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La noticia
He probado la beta de Darwin Project y creo firmemente que puede hacerle frente a PUBG y Fortnite
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por
Manu Delgado
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