HDR, visualización y operación (XI) – HDR sintetizado y condiciones de visionado
Algunos dispositivos para televisión de HDR, así como numerosos procesadores de Look-Up Tables (LUT) –denominados LUT boxes– han intentado sintetizar contenidos de HDR a partir de contenidos preexistentes de SDR, creados para sistemas de HDTV. Teniendo en cuenta que la demanda en el mercado de contenidos de HDR aún dista mucho de haberse satisfecho, ser capaz de crear material en pseudo HDR es un objetivo razonablemente atractivo durante todo el periodo de transición que estamos viviendo.
HDR sintetizado
Por muy interesante que pueda resultar la elaboración de la síntesis mencionada, no es posible recrear un melocotón partiendo de una pepita de melocotón sin saber a qué fruta correspondía la pepita en primer lugar. Hay dos métodos básicos para transportar contenido en HDR a una pantalla de HDR.
El primero consiste en:
- Capturar el contenido en HDR de una cámara.
- Enviar la señal completa de HDR a la pantalla.
- Mostrar el contenido original de HDR.
Es decir, equivaldría a transportar el melocotón en su integridad.
La alternativa consiste en:
- Capturar el contenido en HDR de una cámara.
- Etalonar la señal de HDR hasta niveles de SDR, al tiempo que se graban los detalles de la corrección de color que se realiza en cada fotograma.
- Enviar la señal de SDR a la pantalla junto a los metadatos sobre la corrección de color.
- Utilizar los metadatos para revertir la corrección de color que se ha realizado en cada fotograma y reconstruir la señal original de HDR.
- Mostrar el contenido de HDR reconstruido.
Es decir, equivaldría a reconstruir el melocotón a partir de su pepita.
Cuando un sistema intenta crear contenido de pseudo HDR a partir de contenido de HDTV en SDR, sin incorporar metadatos de conversión a HDR, no cuenta con información sobre cómo puede haber sido la señal antes del etalonaje a niveles de SDR. Tampoco le resulta posible averiguar cuál hubiera podido ser la intención creativa de un hipotético etalonaje de HDR. Sin dichos metadatos, una pantalla o un dispositivo de procesado de LUT sólo puede comprimir la mayor parte de la señal de SDR, dejando los niveles de señal más brillantes como una especie de altas luces prominentes.
Semejante proceso, a ciegas, no es capaz de diferenciar entre los píxeles brillantes que deberían integrarse con aquellos que les rodean y los píxeles brillantes que deberían permanecer como altas luces aisladas. Además, cuando se estira una señal de HDTV de 8 bits en SDR a niveles propios del HDR, el resultado provocará un espantoso contorneado de la imagen en forma de banding.
En una pantalla brillante de HDR, la señal de SDR convertida presentaría un aspecto similar al del modo antorcha sin calibrar de algunas pantallas de SDR. Las altas luces aparentan ser más brillantes y los colores son cercanos a los del neón, pero la imagen no será de HDR en ningún caso. Es como si la pepita fuera más grande y con una textura exagerada, pero no se hubiera vuelto a convertir en un melocotón.
Expandir los valores de luminancia del 5% más elevado de la señal para generar altas luces es parecido al horroroso e injustificable modo dinámico de los televisores de HD –ese parche repugnante con un microcontraste exacerbado que destruye cualquier intención creativa con el mero propósito de conseguir llamar la atención, a grandes distancias, de algunos seres, prácticamente unicelulares, cada vez que acuden a centros comerciales–.
Su aspecto es claramente diferente al del contenido original, pero no resulta nada agradable para visionados prolongados en el salón de una casa. No es ningún secreto que los televisores se configuran en fábrica para destacar en la lejana pared del fondo del lineal de cualquier macrotienda de electrodomésticos. Lo primero que debe hacer cualquier comprador que no aspire a una lobotomía, es desactivar esa configuración criminal cuanto antes –si obtiene el doctorado necesario para entender algunos mandos a distancia, claro está–. Cuando resuelva otra serie de asuntillos que lo mantienen ocupado, el Tribunal Penal Internacional deberá ampliar su concepto de crímenes contra la Humanidad para incluir el infame modo dinámico. Mientras llega ese día, rogamos máxima precaución al lector para evitar caer en sus garras.
Por fortuna, hay una serie de estudios que todavía respetan la intención creativa lo suficiente como para negarse a remasterizar en HDR su contenido ya existente, a menos que un miembro del equipo creador original esté disponible para guiar o aprobar el nuevo contenido, etalonado en HDR. Es de suponer que, con el paso de los años, según vayan muriendo los autores originales, lo hará también cualquier escrúpulo entre esa misma clase de ejecutivos a los que les pareció bien colorear el esmoquin de Fred Astaire de azul celeste en sus musicales en blanco y negro. Pero la esperanza es lo último que se pierde.
La conversión automática de SDR a HDR por parte de un televisor o de cualquier otro dispositivo es parecida a las conversiones automáticas que se han realizado de contenidos bidimensionales a contenidos 3D esteroscópicos sintetizados. El vómito está garantizado en ambos casos. Sin un colorista u otro profesional creativo al mando de la conversión, los resultados dejan mucho que desear.
Condiciones de visionado
Para la producción de contenido de SDR, se ha especificado tradicionalmente que la iluminación de la pared trasera a la pantalla no debe ser de más de un 10% del valor de luminancia del contenido de la imagen promedio, denominado Average Picture Level (APL).
En el caso del HDR, la industria está considerando un valor de no más de 5 nits –muy oscuro–. El motivo de esta decisión reside en que el nivel de negros establecido por la CTA para las pantallas OLED no funciona correctamente en una habitación brillante o con paredes muy blancas. El extraordinario nivel más bajo de brillo de los –nada económicos– paneles OLED no beneficia en nada al espectador a menos que se encuentre en un entorno muy oscuro. De modo que si, por la razón que sea, se prefiere ver la televisión con la misma iluminación ambiente que hay en un campo de fútbol, puede ser preferible pagar un abono en el estadio del equipo más cercano. De la calidad de los contenidos ya no podemos responder en ese caso.