Hallazgos prehispánicos en un cenote de Yucatán
Una pequeña entrada cubierta de vegetación, que conduce a una caverna lateral de pequeñas dimensiones, fue descubierta el año pasado por un buzo experimentado, Erick Sosa, en el cenote Xlacah, en la Zona Arqueológica de Dzibilchaltún, en el estado mexicano de Yucatán, según informó la semana pasada el Instituto Nacional de Antrpología e Historia (INAH). En el interior de esta caverna sumergida se han encontrado piedras careadas que debieron de formar parte de las mamposterías de edificios prehispánicos que cayeron en el olvido. Los resultados de las investigaciones preliminares sugieren que el cenote Xlacah presenta diversos momentos de adecuación humana, desde un asentamiento maya de finales del Clásico, que llegó a contar con una población de 10.000-15.000 habitantes, hasta el presente.
A lo largo de 2017, un grupo de buzos realizó labores de limpieza y conservación ecológica en el cenote Xlacah: se retiró un gran parte del nenúfar que crece en el suelo del cenote para erradicar unas especies invasoras de peces que se esconden entre las hojas y raíces de estas plantas acuáticas; también se aprovechó para retirar toda la basura que se había acumulado en el fondo del cenote. En una de las últimas sesiones de limpieza fue descubierta la entrada a la caverna, una ampliación de la galería lateral que en algún momento debió de rodear todo el fondo del cenote. Sobre las piedras careadas se han encontrado vestigios de materiales cerámicos prehispánicos, desde ollas de tamaño medio hasta cajetes divergentes con policromía y fragmentos de cerámica utilitaria. También se han hallado restos óseos humanos y huesos de grandes animales, posiblemente del ganado que se alojaba en un corral contiguo al cenote, en tiempos novohispanos.