Fujifilm X-T3 – Prueba de Campo
La Fujifilm X-T3 llegó cargada de novedades, especialmente con un sensor X-Trans CMOS 4 de nueva generación, acompañado del último procesador de la familia, el X-Processor 4. Una resolución de hasta los 26 Mpx, mejoras en el rendimiento del AF, mayor velocidad de ráfaga y vídeo en resolución 4K/60p son algunas de las novedades de la última incorporación de la Serie X.
Diseño y manejo
Si bien ya establecimos una –breve– primera toma de contacto tras su presentación, realizamos ahora una prueba de campo para exprimir con más tiempo el potencial de la nueva cámara de la firma nipona. Durante esta, la cámara irá acompañada de los zooms “pro” de apertura constante de la marca, el Fujinon XF 16-55 mm f/2.8 R LM WR y el Fujinon XF 50-140 mm f/2.8 R LM OIS. Ambas ópticas con una gran luminosidad y nitidez, la primera de ellas menos voluminosa y que, sin duda, ofrecerán un mejor equilibrio con el cuerpo de la X-T3 que el zoom “tele”.
En cuanto al diseño, apenas nada ha cambiado con respecto a su predecesora –la X-T2–. Tanto la botonería como el estilo retro que tan buenas opiniones tiene entre los usuarios de la marca –convencida de que este diseño destaca frente a los de sus competidoras– mantienen exactamente la misma posición, dejando espacio en la parte de arriba a las ruedas de control que ajustan los valores ISO, la velocidad de obturación, los modos de enfoque y de disparo y la compensación EV.
Los cambios son más bien sutiles, como se puede observar en el tamaño de las ruedas de control, que ahora guarda una relación más simétrica entre los diales inferior y superior.
En el compartimento que esconde la cámara en su lado izquierdo también hay novedades, que ahora sí contiene una entrada para auriculares, algo que los usuarios que utilizaban para vídeo su X-T2 venían reclamando desde hace algún tiempo. Además, incluye un conector USB tipo C que permitirá conectar una powerbank que prolongue el tiempo que podemos usar la cámara.
El manejo –para aquellos que ya hayan probado algún modelo de la serie X de Fujifilm– resulta sencillo e intuitivo, y además este nuevo modelo incluye una pantalla táctil de 3″ y 1,04 millones de puntos de resolución que permite enfocar, disparar y otras muchas funciones con tan solo pulsar en la misma.
La otra principal diferencia que encontramos en el diseño y el manejo del equipo es su corrector de dioptrías, que ahora aparece algo más abultado y que permite fijar la posición sin temor a cambiarse involuntariamente. Su ergonomía y robustez mejoran con respecto a su predecesora, dado que es apenas un centímetro más de grosor proporciona un mejor agarre para el usuario, más si cabe cuando se usa el grip.
Muestras y rendimiento
Cabe recordar que tanto el cuerpo de la Fujifilm X-T3 como las ópticas con las que la acompañamos están selladas. Esto nos permite poder fotografiar sin miedo bajo condiciones climatológicas adversas, sin temer que se estropee debido a la entrada de agua. Por este motivo, salimos a la calle en una lluviosa noche para probar la cámara y certificar esta condición.
La Fujifilm X-T3 responde perfectamente bajo la lluvia, algo que seguro tendrán muy en cuenta los aficionados a la fotografía callejera si están pensando actualizar su equipo fotográfico.
Nada más comenzar nuestra andadura y tirar algunas pruebas notamos la diferencia del rendimiento en el enfoque automático. La precisión de este –ayudado por el joystick situado en la parte de atrás del cuerpo que permite seleccionar el punto de enfoque exacto– es, efectivamente, mayor que en la X-T2. Si bien el antiguo modelo ya contaba con un buen rendimiento del autofocus, se nota la mejora. En este aspecto, hay que tener en cuenta que la X-T3 tiene ahora 425 puntos de enfoque, tanto en AF-S como en AF-C, mientras que la X-T2 se conforma con 325 y 91 puntos, respectivamente.
En las tomas específicas de fotografía deportiva, el enfoque continuo consigue unos buenos resultados en general. También –como en los modelos anteriores– se puede elegir el tipo de enfoque continuo que queremos utilizar mediante un submenú de ‘Ajustes Personales AF-C‘ que divide 6 modos diferentes según la escena en la que nos encontremos, permitiendo cambiar la sensibilidad del seguimiento, la velocidad de esta y el cambio de área de zona del enfoque.
Así, podremos ignorar obstáculos que dificulten mantener a foco el sujeto en cuestión, acelerar o desacelerar el sujeto, configurar la cámara para que el enfoque sea más preciso cuando el sujeto aparece repentinamente o cambiar estos valores si nos encontramos en situaciones con movimientos irregulares.
Sin duda, buenas opciones en la configuración del AF-C que gustarán a los que vayan a utilizar este equipo en fotografía deportiva, aunque bien es cierto que este mismo menú también se puede encontrar en la X-T2, pese a que ésta última no goce de la mejora en el rendimiento del enfoque continuo que otorga las innovaciones de este modelo en la densidad de píxeles por detección de fase –PDAF–, que cuadruplican los de la X-T2 pasando del medio millón de ésta a los más de dos millones de la actual X-T3.
Nos acercamos a una pista de skateboarding para probar el equipo en el terreno. Incluso en situaciones con movimientos rápidos, la velocidad y el éxito del modo AF-C de enfoque continuo son óptimas. Bien es cierto que para que esto ocurra debemos gozar de unas condiciones de luz adecuadas, ya que si no la cámara interpreta peor el sujeto que debe mantener a foco y acierta con menos frecuencia. Aunque dista de ser perfecto, el rendimiento de este modo de enfoque mejora considerablemente con respecto al de su antecesora.
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Si bien uno de los target a los que va dirigido este equipo es el del fotógrafo/videógrafo especializado en fotografía deportiva, una de sus características más interesantes al respecto es la velocidad de ráfaga, que –utilizando el obturador mecánico– alcanza los 20 fps, que puede elevarse a los 30 fps en el modo recortado o ‘modo deportivo’. Sin embargo, pese a disponer de una tarjeta de memoria AV PRO SD con velocidades de escritura de hasta 300 Mbps, el buffering de la cámara no nos parece lo suficientemente rápido.
Por otro lado, a diferencia de la X-T2, ya no es necesario echar mano del grip para activar el modo ‘Boost’ –que mejora el rendimiento AF y la tasa de refresco del visor electrónico–. Aún así, su uso es más que recomendable al usar ópticas como el Fujinon XF 50-140 f/2.8 R LM OIS, o bien si queremos aumentar la autonomía del equipo –que situamos en torno a los 450 disparos sin la empuñadura–.
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Nos concentramos ahora en el rendimiento del nuevo sensor X-Trans CMOS 4 de formato APS-C. A pesar de tratarse de una nueva generación, la Fujifilm X-T3 se conforma con la misma sensibilidad máxima que la X-T2, es decir, ISO 12.800 o –en valor forzado– IE 51.200, aunque con mejores resultados, tal como podemos ver en la comparativa entre sensibilidades nativas que mostramos a continuación entre ambas cámaras. En cuanto al índice base, se reduce hasta ISO 160 –IE 80 forzado–, donde la X-T2 se conforma con ISO 200 –IE 100–.
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Otro de los aspectos a destacar ya es conocido por muchos de los usuarios de Fujifilm, y de hecho, es uno de los factores por los que muchos permanecen fieles a la marca. Se trata de los modos de simulación de película, y a los ya clásicos modos Velvia, Provia, Classic Chrome o Monocromo se les une esta vez el modo Eterna. Hasta la fecha sólo disponible en su la Fujifilm X-H1, ha cosechado muy buenas críticas por parte de los fotógrafos y videógrafos, ya que disminuye el contraste de la toma otorgándole así un tono más “cinematográfico”.
El tratamiento de la imagen en estos modos –especialmente en el Classic Chrome– ofrece una amplitud en la gama tonal que ayuda a que los JPEGs directos de cámara tengan una calidad excelente, suficiente para –en algunos casos– no tener que hacer una edición de color muy exhaustiva en la postproducción.
En cuanto a las largas exposiciones, una de las opciones que da pie a que sea más sencillo el proceso de tomas nocturnas es que la cámara se puede ajustar automáticamente para disparar con tiempos de obturación de hasta 15 minutos sin tener que activar el modo ‘Bulb’, lo que facilitará las tomas de fotografía nocturna y astronómica.
Comparado con…
Con respecto a sus modelos competidores, esta nueva X-T3 tendrá que ganarse su espacio en el mercado contra la X-H1 –a la que “gana” en rendimiento AF, resolución y rapidez de ráfaga– y contra su propia predecesora, la X-T2. Como es costumbre, el lanzamiento de un nuevo modelo suele implicar una considerable reducción de precio en la versión que le precede. Esta última, que se puede encontrar hoy en día por poco más de 1.000 €, ofrece unas muy buenas prestaciones teniendo en cuenta su relación calidad-precio, y probablemente pueda cubrir la mayoría de las necesidades de cualquier fotógrafo y videógrafo profesional.
Sin embargo, las nuevas capacidades de enfoque por seguimiento, las mejoras de rendimiento de su nuevo sensor o el nuevo modo de grabación de vídeo 4K/60p con salida de 10 bits 4:2:0 puede ser factores determinantes para optar por la X-T3, cuyo precio –solo cuerpo– se sitúa sobre los 1.500 €. Sin contar con las mejoras en ergonomía, como la pantalla táctil o el EVF mejorado.
Conclusiones
La X-T3 puede ser un equipo híbrido idóneo para fotógrafos y videógrafos que quieran aunar en una sola cámara unas prestaciones que otorguen un buen resultado final. Su ligereza, buena ergonomía y sus mejoras técnicas posicionan a este equipo en un alto escalafón dentro de la propia marca y del mercado en general.
La firma japonesa ha realizado un gran trabajo en este nuevo modelo, con un gran rendimiento a pesar de su pequeño tamaño. Si bien existen algunos aspectos a mejorar, confiamos en que su mayoría pueden ser solventados por las recurrente actualizaciones de firmware con las que Fujifilm tiene –bien– acostumbrados a sus usuarios.
A todo ello, hay que sumar el buen trabajo que las ópticas Fujinon hacen de este un equipo más que solvente con el que afrontar trabajos profesionales con garantías, ya sean de fotografía o de vídeo.