El progreso como amenaza para la biodiversidad
He aquí una de las conclusiones que se derivan del artículo publicado esta semana en la revista Nature: Future threats to biodiversity and pathways to their prevention.
Pero dicho esto, es importante mantener la calma: las amenazas no son aún inevitables. Los esfuerzos internacionales encaminados hacia la agricultura sostenible, la reducción de la fragmentación de hábitats, así como hacia la creación de espacios naturales protegidos podrían darnos un gran margen de maniobra a la hora de preservar una gran parte de la biodiversidad aún presente en la Tierra, y a la vez, podrían aumentar la seguridad alimentaria en los países en desarrollo.
De este modo, el equipo de la Universidad de Minnesota liderado por David Tillman, reconocido científico con honores en el campo de la biología de la conservación, han centrado su último estudio en el análisis de las poblaciones de varios mamíferos terrestres y aves en tres de las regiones más con más biodiversidad del mundo: el sudeste de Asia, India y China; el África Subsahariana; el trópico sudamericano.
La elección de estas zonas como objeto de estudio de la investigación se debe a que, en cada una de estas áreas, el rápido aumento de la riqueza y la densidad de la población humana amenaza a medio plazo a decenas de miles de especies animales con extinción.
Así, los autores encuentran que el uso de la tierra, el cambio y la fragmentación del hábitat, la caza excesiva, las especies invasoras y la contaminación, ya amenazan el 25% de las especies de mamíferos y el 13% de las aves, así como más de 21.000 especies de plantas y otros animales. Y que alrededor del 80% de todas ellas están amenazadas por la pérdida de hábitat impulsada por la agricultura. Además, otras causas de mortalidad directa ponen en peligro entre al 40-50% las especies mencionadas.
La buena noticia es que los actuales programas de conservación han salvado al menos 31 especies de aves de la extinción en el siglo pasado y han impedido que un 20% de los vertebrados amenazados se acercaran a la extinción. Los programas de cría en cautividad y reintroducción también han salvado varias especies, incluyendo el oryx árabe y el cóndor de California.
Sin embargo, la no tan buena noticia es que aunque muchas de estas iniciativas han contado con un éxito relativo, las políticas y prácticas encaminadas a la conservación aún necesitan mejoras. Por ejemplo, las poblaciones de leones en muchas partes de África han caído al 10% de su potencial, en gran medida como resultado de las crecientes presiones humanas, pero también debido a la infraestructuras deficientes y presupuestos de gestión inadecuados en áreas protegidas.
Los autores concluyen sin embargo que, con previsión, planificación y políticas de conservación eficaces, la Tierra tiene el potencial de proporcionar dietas saludables para 10.000 millones de personas en 2060, así como preservar los hábitats viables para la mayoría de sus especies restantes. Es cuestión de parar a preguntarse por los conceptos de desarrollo y progreso que, no siempre van de la mano pero que, es posible llevar a cabo de manera conjunta.