El horquillado (o bracketing) en fotografía: Qué es y cómo utilizarlo adecuadamente
No es una característica muy utilizada, de hecho por eso la incluimos en este listado de cosas que a lo mejor no sabías que puede hacer tu cámara, pero sin duda el bracketing u horquillado (a veces también denominado “ahorquillado”) es una funcionalidad que debemos conocer por su utilidad en determinadas situaciones. Te mostramos para qué sirve y cómo emplearlo adecuadamente.
En ese mismo artículo ya contábamos que el horquillado no es una función exclusiva para la exposición, aunque sea lo más habitual y conocido, sino que también existe el bracketing de balance de blancos, el de flash, el de enfoque y el de ISO, y además algunos de los últimos modelos del mercado incluyen otros tipos más específicos.
Sea como fuere, el horquillado o bracketing no es otra cosa que la toma consecutiva y de forma automática de distintas instantáneas de una misma escena variando en cada una de ellas alguno de sus parámetros. Su aplicación por tanto es variada, aunque la forma de usarlo sí que es bastante parecida en la mayoría de cámaras, como vamos a ver a continuación.
Cómo se utiliza
La mecánica es muy sencilla, como seguramente muchos ya sabréis. Lo primero es seleccionar la función en nuestra cámara, lo cual lógicamente dependerá del modelo. En algunas ocasiones habrá que entrar el menú pero en la mayoría de cámaras esta función viene incluida dentro de los Modos de disparo. Es decir, dentro del ajuste que permite elegir si vamos a disparar las fotos una a una o en ráfaga, utilizar el autodisparador incluido o, en este caso, elegir entre los distintos modos de bracketing que tenga nuestra cámara.
Escogido uno de ellos, el equipo debería permitirnos variar los parámetros concretos del horquillado que vamos a hacer, lo cual suele implicar poder elegir el número de fotos que se tomarán y también cómo será la variación entre las distintas fotos, por supuesto dentro de unos límites.
En el caso del horquillado de exposición lo más común es realizar tres fotos con una diferencia de un paso de luz entre cada una de ellas (como en la foto que habéis visto en portada), lo que da como resultado tres imágenes con una diferencia de dos stops. Claro que ya decimos que esto es algo que se puede establecer en cada momento para adaptarse a la escena concreta y al propósito que busquemos al usar esta funcionalidad.
El caso es que al mantener pulsado el botón del disparador la cámara realiza automáticamente las fotos (el bracketing también se podría hacer de forma manual, pero eso ya sería otro tema), pero a la hora de hacerlo hay que tener en cuenta algunas precauciones. Si hablamos de un entorno bien iluminado, que permita realizar una foto a una velocidad de obturación relativamente rápida (podríamos decir que a partir de 1/60 o 1/125 seg.) podremos realizar las tomas consecutivamente a pulso sin mayor problema.
Pero si tenemos que disparar a velocidades menores hay que pensar que existe la posibilidad de que el encuadre se mueva, aunque sea mínimamente, arruinando el efecto buscado. En estos casos será recomendable montar la cámara sobre un trípode adecuado para asegurarnos de que las tomas van a tener el encuadre exacto de tal modo que si luego las fusionamos no haya ningún problema.
Al hilo de esto debemos tener en cuenta también que los objetos que aparecen en la toma estén estáticos, porque si hay movimiento dentro de la foto lo más probable es que en el resultado aparezca lo que se conoce como “efecto fantasma”. Es decir que aparecen rastros o partes de elementos que se hayan movido entre las diferentes tomas que se quieren fusionar posteriormente. Un trabajo por cierto, para el que no debería hacer falta decir que necesitaremos un programa de edición de imágenes como el conocido Photoshop.
Horquillado de exposición
Pasamos ya a ver con un poco más de detalle cuáles son los escenarios más típicos de utilización de los distintos tipos de bracketing, comenzando por el más popular, el que produce varias imágenes variando sus parámetros de exposición.
Tradicionalmente esta técnica se ha utilizado en situaciones de alto contraste, cuando la diferencia lumínica entre las zonas de altas y bajas luces supera el rango dinámico de la cámara (razón por la cual no siempre basta con un RAW) y la única solución es hacer varios disparos con distinta exposición que luego fusionaremos.
Así, mediante el horquillado la cámara realizará varias fotos con distinta exposición dependiendo de las instrucciones fijadas y teniendo en cuenta el modo que tengamos seleccionado en la cámara. Es decir, si estamos usando el modo de prioridad al diafragma (A) o a la velocidad (S), la cámara modificará el parámetro contrario dejando fijo el prioritario tal y como lo hayamos puesto nosotros.
Si directamente usamos el modo automático (P) variará tanto velocidad como diafragma a su antojo y con los consiguientes efectos que eso puede producir en las tomas. Por eso, como siempre, no censuramos el uso de estos modos pero sí recomendamos la supervisión estricta para saber en todo momento cuáles son los parámetros con los que estamos tomando las fotos.
Por cierto que, como ya habéis adivinado muchos, esta es la técnica básica que se utiliza como punto de partida para hacer una foto de alto rango dinámico o HDR (High Dinamic Range). Un tipo de fotografía que se ha popularizado bastante por la llamativa estética que puede otorgar a la imagen pero cuyo origen no era otro que el de afrontar situaciones en las que la diferencia entre zonas luminosas y de sombras es muy elevada.
En cualquier caso, echar mano del bracketing de exposición es un recurso apreciable para muchas situaciones como fotografías en la playa, para lograr una silueta o incluso para fotografiar un eclipse solar.
Bracketing de enfoque
No es que sea un tipo de horquillado muy utilizado pero sí que tiene bastante importancia dentro de una disciplina concreta: la fotografía macro. Como sabréis (y si no ya estáis tardando en leer esto), uno de los grandes problemas de este tipo de tomas lo tenemos en el hecho de trabajar con una profundidad de campo muy reducida.
Un inconveniente que puede ser soslayado gracias a la técnica del apilamiento de imágenes o focus stacking, que de nuevo tiene como base la realización de varias tomas que luego se “apilarán” en el postprocesado. En este caso, como ya habréis adivinado, el parámetro que se cambia en cada toma es la distancia de enfoque, lo que permite obtener distintas imágenes en las que el foco perfecto se encuentra en distinto lugar.
Esto es algo que también se puede realizar de forma manual, ya sea variando el enfoque a mano o incluso moviendo la cámara (de forma milimétrica y con mucho cuidado, claro está), pero que el bracketing de enfoque permite realizarlo más fácilmente. Además, aunque se use sobre todo en macrofotografía también se puede extender a otro tipo de imágenes, como las de paisaje, en las que queramos ampliar la profundidad de campo a posteriori.
Otros horquillados
Los otros tipos de bracketing son bastante residuales, pero ahí están y conviene conocerlos porque nunca se sabe cuándo pueden ser útiles. Además hay que decir que, en general, la finalidad de los otros horquillados no es obtener distintas imágenes de partida que luego se fusionarán, sino obtener distintas fotos con diferentes ajustes para asegurarnos, ante la duda, de dar con la elección correcta ante situaciones complicadas.
Para eso está claramente el horquillado de balance de blancos, destinado a tener donde elegir en situaciones en las que no tengamos clara la temperatura de color de la luz dominante. Por supuesto, esto es algo que podemos soslayar si utilizamos el formato RAW, que permite cambiar el white balance a posteriori, pero por ejemplo en fotografía química sí que puede ser muy útil.
Un caso similar al bracketing de balance de blancos es el de flash, pensado para hacer distintas tomas con diferentes intensidades del flash (normalmente referido al de relleno) para poder quedarnos con la mejor. Y lo mismo con el horquillado de sensibilidad, que consiste en lo que ya habrás imaginado: hacer distintas tomas variando el ISO para obtener diferentes niveles de ruido, ya que en principio no afecta a la exposición. Un modo que realmente, nos parece un poco menos útil para el usuario en general, aunque a nosotros nos vendría bien para nuestras pruebas de cámaras.
Y con esto terminamos por esta vez esperando haber sido útiles y resolver vuestras dudas sobre qué es el horquillado o bracketing de las cámaras y cómo utilizarlo. Como siempre esperamos vuestras aportaciones a través de los comentarios.
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El horquillado (o bracketing) en fotografía: Qué es y cómo utilizarlo adecuadamente
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Xataka Foto
por
Óscar Condés
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