Del barrio electrónico al Museo Ghibli: la mejor ruta para descubrir en Japón “geek” en siete días
Siete días en un país como Japón seguro que se nos quedan cortos si queremos ver los atractivos turísticos básicos en Tokio o Kioto, pero pueden dar bastante de sí para disfrutar del Japón más geek.
Es por ello que, a continuación, os proponemos algunas ideas para disfrutar del Japón más tecnológico e innovador en tan sólo siete días. Son propuestas que podéis usar y combinar en un viaje estándar a Japón, así que ¡esperamos que os gusten!
Akihabara, el antiguo ‘barrio electrónico’ de Tokio
En el pasado, Akihabara era el ‘barrio electrónico’ de Tokio y aunque en la actualidad lo que más abunda en el barrio son tiendas dedicadas a la cultura otaku del manga y el anime, todavía podemos encontrar aquí grandes cadenas de productos de electrónica.
Así, nosotros recomendamos comenzar nuestra visita más geek por el Akihabara del pasado, por decirlo de alguna manera. Para ello, nada mejor que pasear por Akihabara Radio Center, lugar que dio origen al apodo de ‘barrio electrónico’ a la Akihabara de la posguerra.
Aquí encontramos una especie de mercadillo (como el Rastro madrileño, casi) con pequeñas tiendas repletas de artilugios tanto analógicos como digitales, componentes electrónicos y cables de todo tipo, todo mezclado pero ordenado.
Éste era el lugar al que acudir cuando uno buscaba esa pieza perdida o ese componente raro antes de Internet; aquí uno podía ver, tocar y probar las primeras webcam, las primeras impresoras portátiles, los primeros robots… Ahora tiene un rollo retro importante, pero sigue siendo muy curioso echar un vistazo, si buscáis gadgets antiguos o cosas raras… ¡quién sabe qué podéis encontrar!
Volvemos al presente y nos vamos hacia Yodobashi Camera, uno de los centros comerciales dedicados a la electrónica más grandes de Japón. Aquí hay de todo, plantas y plantas dedicadas a cámaras de fotografía y vídeo, ordenadores, tecnología móvil, sonido y televisión, accesorios de todo tipo, electrodomésticos y curiosos y futuristas gadgets para el hogar. Hay mucho material en exposición, listo para ser tocado y probado sin piedad, por lo que uno puede pasarse horas y horas probando todo tipo de gadgets aquí sin ni siquiera darse cuenta.
De hecho, si al cabo de un rato estáis muy cansados, podéis daros un masaje de reflexología podal en el salón de la séptima planta, tomar un café en alguna de sus múltiples cafeterías (las hay en varias plantas) o almorzar en alguno de los restaurantes de la octava planta. Por cierto, para aquellos que os guste el golf, hay un campo de entrenamiento en la novena planta. Sí, lo habéis leído bien, en la novena planta.
Otras tiendas de electrónica recomendables en Akihabara son Sofmap y LABI, que en vez de tener un único edificio con varias plantas, tienen varios edificios temáticos dedicados a ordenadores, cámaras, gadgets, etc. Por cierto, el LABI cercano a la estación tiene un toque retro-futurista muy especial, con las escaleras mecánicas que sobresalen de la fachada… parecen túneles de hámsters. Y si queremos sentirnos como James Bond y nos gustan los gadgets de espionaje, os recomendamos entrar en Thanko, una de las tiendas líderes en este tipo de gadgets en Japón.
Y para terminar el día, si os apetece una experiencia algo diferente y 100% Akihabara, podemos acercarnos hasta una de los distintas cafeterías de sirvientas que hay. Ojo, que para hacernos fotos con ellas hay que pagar extra. Pero seguro que no nos importará, porque hacerse una foto una foto con varias sirvientas haciendo un corazón con las manos es tan kawaii o no…
Al día siguiente, seguimos en Akihabara que, además de electrónica, también es un buen barrio para los aficionados a los videojuegos. Aquí encontramos tiendas de videojuegos clásicas y súper-conocidas como Super Potato o tiendas de videojuegos retro como Liberty o Retro Game.
También podemos entrar en el centro recreativo Taito Station y probar suerte en sus mil UFO catchers o ver qué tal se nos dan juegos 100% japoneses, como por ejemplo el famoso Taiko Tatsujin y demostrar nuestra pericia tocando un auténtico taiko o tambor japonés.
Además de las compras electrónicas o videojuegos que hayan caído, podemos llevarnos un souvenir divertido (¡y barato!) de Akihabara: unas purikura de recuerdo.
Las purikura son una especie de fotomatones pero con un toque futurista y especial, porque podemos hacernos fotos en grupo, de cara o de cuerpo entero y añadir efectos especiales, maquillaje, deformar las caras o añadir mensajes, corazones, y millones de detalles más. Luego se imprimen y salen unas pegatinas la mar de monas que podemos colocar, como si fuéramos japoneses, en nuestros teléfonos móviles, cuadernos, agendas, libretas, etc.
A continuación, os proponemos acercaros hasta el santuario Kanda Myojin, un santuario de más de 800 años de antigüedad que, probablemente por su ubicación, ha sido y sigue siendo el santuario preferido de los profesionales del mundo de la tecnología.
De hecho, la gran mayoría de empresas tecnológicas hacen ofrendas al santuario en búsqueda del éxito empresarial. Y aquí hay un omamori o amuleto de la suerte especialmente dedicado para dispositivos y gadgets electrónicos. Así que ya sabéis, si vuestro router está poseído y necesitáis ayuda, este amuleto os librará de todo mal 😉 Y no, no es broma… ¡existe de verdad!
Para terminar el día, os recomendamos cenar en Gundam Cafe, una cafetería/restaurante dedicada a la serie de animación de Gundam, que poca presentación necesita porque ¿quién no ha soñado alguna vez con ser el piloto de uno de estos mobile suits o trajes móviles y enfrentarse contra el Principado de Zeon? Todo está decorado siguiendo la estética de Gundam, así que si os gusta el tema robótico, no os lo podéis perder.
El Museo Ghibli y la animación japonesa
Al día siguiente, tenemos una de las visitas obligadas para cualquier aficionado al mundo de la animación japonesa: el Museo Ghibli. Ahí podemos conocer más sobre la historia del Studio Ghibli, ver una réplica a tamaño real del robot de ‘El castillo en el cielo’ o, incluso, subirnos al Gatobús. Y no querréis bajar, eso tenedlo claro. Además, hay una sección donde se explican diferentes técnicas de animación y hasta un pequeño cine donde ver un corto del estudio… ¡una auténtica gozada!
Al salir del Museo Ghibli, y ya que estamos dedicados a este famoso estudio, os proponemos ir hasta Shiodome para ver cómo el famoso reloj de Ghibli da las horas o, incluso, terminar de comprar merchandising de Totoro y compañía en la tienda de la cadena de televisión NTV (por si la tienda del museo no hubiera sido suficiente, que nos conocemos).
Y desde ahí, ¿qué mejor que subir al tren sin conductor de la línea Yurikamome que nos lleva hasta la isla artificial de Odaiba? Os recomendamos intentar haceros un hueco en el primer coche ya que, al no llevar conductor, tenemos unas vistas impresionantes durante todo el recorrido y el loop que hace antes de cruzar el Rainbow Bridge nos encanta.
En Odaiba, podemos acercarnos hasta el showroom de Panasonic para poder toquetear un poco la tecnología de esta marca. O, especialmente, visitar Toyota Mega Web, el showroom/parque temático de Toyota donde podemos ver la última tecnología usada en los coches de Toyota, hacer pruebas de conducción, utilizar simuladores, etc.
Odaiba y la innovación japonesa
En nuestro tercer día en Tokio, Odaiba sigue siendo el lugar perfecto porque allí encontramos el Museo Miraikan o Museo Nacional de la Ciencia Emergente y la Innovación. Aquí encontraremos exposiciones interactivas sobre tecnología, el medioambiente, el espacio… y robots, muchos robots.
Una de las actividades más populares en el museo es la demostración de ASIMO, el robot humanoide de Honda que nos permite, desde hace algunos años, imaginarnos cómo será una sociedad del futuro en la que convivamos junto a robots. Se realiza todos los días a las 11:00, 13:00, 14:00 y 16:00 horas, pero no es la única muestra de robots en el Miraikan.
De hecho, el museo cuenta con otras exposiciones sobre robots (todos bajo la temática ‘Crea tu futuro’) como la brillante exposición titulada Robots in Your Life, donde podemos conocer a diferentes robots como Paro, un robot usado en terapias o UNI-CUB, para movilidad personal, o la fantástica exposición Android: What is Human, en la que a través de androides, nos hacen reflexionar sobre qué hace a un humano ‘humano’ (especialmente teniendo en cuenta que, en un futuro no muy lejano, habrá androides extremadamente parecidos a los humanos o humanos con componentes cibernéticos).
Volvemos al centro de Tokio en la línea Yurikamome y os proponemos acercaros hasta el restaurante de kaitenzushi o sushi en cinta transportadora Kappa Sushi, donde el sushi lo trae nada más y nada menos que un shinkansen o tren bala. O si lo preferimos, podemos ir hasta Shibuya y probar el sushi de UOBEI, un restaurante de sushi de look totalmente futurista, con tabletas para pedir, cintas transportadoras, etc.
Ikebukuro y la tecnología punta japonesa
Comenzamos nuestro cuarto día en Tokio en el barrio de Ikebukuro para subir al mirador Sky Circus de la torre Sunshine 60. Éste no es un mirador cualquiera, pues además de las maravillosas vistas sobre la ciudad ofrece una experiencia sensorial completa con experiencias de realidad virtual (por ejemplo, sobrevolando Tokio) y nos ofrece la posibilidad de tocar y experimentar con tecnología punta japonesa.
Sin salir de Ikebukuro nos acercaremos a Detective Cafe Progress, una cafetería/restaurante temática propiedad de una agencia de detectives privados (real como la vida misma). Aquí podemos aprender a tomar huellas digitales o encontrar micrófonos ocultos con un montón de gadgets de espionaje que harían las delicias de James Bond. Y todo mientras saboreamos uno de sus estofados de cocodrilo, por ejemplo 🙂
Después de comer, nos vamos hasta Ginza para disfrutar de las flagships y showrooms de marcas tecnológicas. Por ejemplo, y si vamos antes del 31 de marzo de 2017, aún podremos ver el famoso Sony Building (porque Sony lo va a demoler para hacer un edificio nuevo que abrirá en 2022, y entre medias, habrá una zona verde con bancos). Otras visitas de interés son los showrooms de Nikon (Nikon Plaza Ginza) y Canon (Canon Digital House Ginza), si nos interesa más la fotografía.
Otra showroom interesante es la Nissan Ginza Gallery, donde podemos ver los últimos coches de Nissan y la tecnología usada en ellos y aunque no es una showroom propiamente dicha, también podemos acercarnos a la tienda de Softbank en Ginza para saludar al robot humanoide del momento, Pepper, que nos atenderá gustosamente.
Algo más alejadas tendríamos las showroom de Honda (Honda Welcome Plaza), en Aoyama, donde podemos ver lo último en coches y motos de Honda o volver a saludar a su robot humanoide Asimo o la showroom de Panasonic (Panasonic Living Showroom) en Shinbashi, algo más centrada en dispositivos del día a día, así como pequeños electrodomésticos de belleza y salud, por ejemplo.
Nagoya, cuna de Toyota
Al día siguiente, tomaremos el shinkansen hasta Nagoya. Además no cualquier tren bala, sino uno de la primera línea de alta velocidad que se inauguró en el mundo allá por 1964. Evidentemente, los trenes que circulan por ella hoy en día lo hacen a mayor velocidad y son mucho más cómodos, pero no deja de ser todo un hito tecnológico que merece la pena recordar.
Y una vez en Nagoya, tenemos dos opciones. Por un lado, podemos tomar el tren maglev Linimo, toda una demostración de tecnología ferroviaria, hasta el parque de la Expo de Aichi para visitar la réplica de la casa de Satsuki y Mei de ‘Mi vecino Totoro’, una película que gusta por igual a pequeños y mayores y poder pasear por las habitaciones a tamaño real de la casa de las protagonistas es un sueño hecho realidad.
Y por otro lado podemos visitar alguno de los museos o plantas que la marca de coches Toyota tiene en Nagoya, como por ejemplo el Toyota Kaikan, donde podemos ver la última tecnología de Toyota (y sí, ¡también hay robots!) o el Museo Conmemorativo de la Industria y la Tecnología, donde podemos conocer un poco más la historia de Toyota, la tecnología que se usa en sus coches, el proceso de fabricación de los mismos, etc.
Por la tarde, volvemos a tomar el shinkansen con destino a Osaka donde nos espera el fabuloso barrio de Shinsekai, con un ambiente retrofuturista y nostálgico que hace las delicias de cualquiera. Desde ahí, podemos ir paseando tranquilamente hasta el barrio tecnológico de Osaka o Den Den Town y adentrarnos en sus tiendas de electrónica. Como en Akihabara, aquí hay de todo, desde tiendas más grandes y modernas, hasta tiendas que parece que todavía viven en el Japón de la década de los años 1950 o 1960… ¡es toda una experiencia!
Algo que también recomendamos en Osaka es visitar el Museo Konosuke Matsushita (fundador de Panasonic), donde podemos ver muchos productos Panasonic y comprender mejor el desarrollo tecnológico y económico del Japón de la posguerra, y el Museo del Ramen Instantáneo para conmemorar la invención de los clásicos fideos instantáneos de pollo. Aquí podemos ver cómo es el proceso de producción del ramen instantáneo y probar a hacer nuestra propia mezcla. Quizás no es increíblemente tecnológico, pero es muy curioso y divertido.
El tren bala japonés más geek
En nuestro séptimo y último día en Japón, vamos a tomar un shinkansen muy especial hasta Kobe: el shinkansen de ‘Evangelion’. El Serie 500 Type EVA es un tren bala especialmente decorado como si fuera un Eva-01 de la conocida serie.
El coche 1 tiene una exposición con maquetas de la serie y una cabina a tamaño real como la que utiliza Shinji Hikari cuando pilota el Eva-01. Luego, el coche 2 también tiene múltiples detalles de diseño que nos harán sentir en la serie, como cortinillas especiales, vinilos en suelos, puertas, etc. Es un ejemplo perfecto de que a veces, el cómo vamos a un sitio es casi más importante que el destino 🙂
En Kobe podemos ir a ver la estatua a tamaño real de Tetsujin 28-go, un robot de 18 metros de alto y 50 toneladas de peso de gran importancia en Japón, puesto que fue la primera serie del género japonés mecha (de robots gigantes) que realmente dejó huella en el mercado del manga y el anime japonés.
Por la tarde, volveremos a Osaka y daremos un último paseo por la zona de Dotombori, llena de neones y restaurantes con fachadas decoradas con todo tipo de ingredientes: nigiri de sushi, cangrejos móviles, pulpos… ¡todo un espectáculo en plena calle!
Y aquí se acaban nuestros siete días disfrutando del Japón más geek. Hay muchos sitios más que podríamos mencionar, pero seguro que los que ya hayáis estado nos podréis contar vuestras experiencias personales en los comentarios.
Fotos | iStock, Japonismo
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Del barrio electrónico al Museo Ghibli: la mejor ruta para descubrir en Japón “geek” en siete días
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