¿De verdad disparar en modo manual te hace ser más profesional?
El objetivo final de la fotografía es conseguir una buena imagen. Si profundizamos más en las últimas consecuencias, es conseguir una buena narración, una gran historia. Desde siempre hay muchas discusiones sobre si lo importante es la técnica o la fotografía en sí… En muchos libros, cursos y talleres dicen que para ser buen fotógrafo hay que disparar en Manual. ¿Será verdad?
Con la entrada del mundo digital en la fotografía la técnica cambió. Es una realidad. Abandonamos los cuartos oscuros para adentrarnos en las pantallas del ordenador. Donde antes había pura química, encontramos cálculos matemáticos, la fría y precisa ciencia de los números donde puede haber varios caminos para una única solución. Ese puede ser otro tema de discusión importante e interesante para desarrollar, pero no nos vayamos por los cerros de Úbeda todavía…
El tema que vamos a ver hoy se centra en la técnica, en cómo exponer para conseguir la mejor fotografía. Como bien sabéis, la exposición depende de tres factores:
- El diafragma.
- La velocidad de obturación.
- La sensibilidad.
El famoso triángulo de exposición que tantas veces nos han explicado, y que tantos quebraderos de cabeza nos ha dado, es la esencia de la fotografía. Si comprendemos la relación entre los tres factores, todo será mucho más fácil y nos podremos centrar en lo realmente importante, que no es otra cosa que conseguir una imagen impactante. Una buena exposición es importante para tener una buena fotografía. Si no sabemos hacerlo, la tecnología viene a ayudarnos.
La regla del f16
Las primeras cámaras del mercado solo permitían disparar en Manual. Las primeras cámaras con modos semiautomáticos se popularizaron en los años 50, como la Agfa Clack espartana. Pero las máquinas profesionales seguían con el único modo Manual. Si eras fotógrafo tenías que calcular en cada momento qué exposición hacer.
Para simplificar las cosas idearon la famosa regla del f16. Así la exposición fotográfica dejaba de ser pura alquimia para los aficionados y podían conseguir buenos resultados técnicos (que no quiere decir que fueran buenos fotógrafos, no confundamos las cosas). Todo el mundo podía hacerlo.
Para disparar en manual es imprescindible conocer esta regla. Me llama mucho la atención cuando hago la encuesta en mis clases avanzadas y descubro que muchos de los que aseguran que solo existe para ellos el Manual desconocen su existencia o funcionamiento. Es la que siempre venía en la parte interior de los cartones de las películas químicas. Como podemos leer de la mano de Valentin Sama:
Para una situación de día soleado, la exposición correcta se obtendrá, para un valor de f/16, con un tiempo de exposición igual a la inversa de la sensibilidad de la película
Es decir, que si cargamos una película (o sensor) de 100 ISO tendremos que disparar, en un día soleado sin nubes con una diafragma f16 a una velocidad de 1/125. A partir de aquí tendremos que hacer uso de nuestra sabiduría para abrir o cerrar el diafragma en función de la luz existente. Y conocer la ley de la reciprocidad para saber que dicha combinación daría el mismo resultado que f11 a 1/250 seg. Por si acaso necesitamos más velocidad o menos profundidad de campo.
A fuerza de repetir recordaremos las combinaciones y seremos unos verdaderos expertos a la hora de exponer. La cosa se complica cuando la luz no es uniforme, o es cambiante. O estamos más preocupados por un buen encuadre que por fijarnos que justo en ese momento una nube está tapando el sol a nuestras espaldas. O no nos damos cuenta de que no hemos cambiado el ISO 800 al salir del interior de un edificio… Si no estamos concentrados al 100% en el disparo, el modo Manual no deja de ser otro posible desastre. Como cualquier otro modo…
Disparar en Manual no confiere al usuario un aura de perfección o superioridad técnica. Simplemente sigue una regla que precisa experiencia y buena memoria. Y lo más importante, es otra forma de trabajar. Si dominas todas podrás adaptarte a cada situación sin problemas.
Una forma de trabajar
El modo Manual lo utilizo sobre todo en estudio, cuando puedo tener la seguridad de controlar la luz al milímetro. Pero cuando trabajo en exteriores recurro siempre a un modo semiautomático (o semimanual, según se mire): Prioridad al diafragma. Y cuando voy con prisas, con una pequeña cámara en la bolsa, durante el día a día, casi siempre disparo en Programa. Y os aseguro que nunca se podrá saber (salvo si miramos los metadatos) cómo he medido la luz en mis fotografías.
Lo que da calidad a tus fotografías no es la técnica que has usado, sino la suma de muchas cosas. Si la técnica está por encima del mensaje entiendo, bajo mi forma de ver este mundo, que hay un problema. Actualmente, con la ayuda del famoso histograma, podemos saber al instante si hemos medido bien o no la luz. Y siempre he dicho que lo importante es dominar tanto la técnica que seas capaz de aplicarla sin pensar para centrarte en el momento del disparo sin duda alguna.
Además, aunque utilicemos cualquiera de los modos clásicos (el famoso PASM) siempre seremos nosotros los que ajustemos el resultado final. En mi caso casi siempre trabajo con prioridad al diafragma porque quiero controlar la profundidad de campo:
- Marco el diafragma que necesito en función de la profundidad de campo que busco.
- Me fijo si la velocidad de obturación es suficientemente rápida.
- Si no lo fuera, subo la sensibilidad ISO.
- Y si el histograma no me convence (soy defensor de exponer a la derecha) ajusto la Compensación de exposición para variar la velocidad de obturación.
¿Realmente hay diferencia alguna que si trabajo en Manual? Voy más rápido y me puedo centrar en el encuadre sin grandes interferencias técnicas. Mi único secreto es que mido siempre en las luces más altas del encuadre y puedo hacer todo con relativa rapidez. Pero única y exclusivamente porque lo he hecho muchas veces. Incluso cuando disparo en modo Programa decido con la compensación de exposición el resultado final. Y si la cámara es de última generación considero que el ISO automático es una maravilla…
Así que yo creo que discutir si trabajamos en Manual o no depende de nuestro flujo de trabajo. Jamás nos hará mejores fotógrafos ni llegaremos a entender mejor o peor la luz. La única forma de mejorar es practicar, salir a la calle, al campo o la playa y disparar con cabeza. Eso es lo que nos hará trabajar cada vez mejor, no el hecho de mover una, dos o tres ruedas en el cuerpo de la cámara.
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Fernando Sánchez
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