Cómo las modas también impactan en las marcas registradas
Hace ahora ya un año, todo el mundo en las redes sociales – y fuera de ellas – parecía estar hablando de la misma historia. Era la bofetada que un repartidor anónimo le había dado al menos anónimo youtuber MrGranBomba. El youtuber tenía un canal – bastante popular entonces – de bromas con cámara oculta, una de las emergentes tendencias de YouTube en el momento. Una de esas bromas iba a enfrentarlo a los viandantes. Les iba a preguntar algo y, mientras hacía las preguntas, les iba a insultar con algún término creativo.
El resultado, todo el mundo que estuviese conectado a internet lo sabe: le dijo a un repartidor de una empresa de mensajería que era un ‘caranchoa’ y este respondió dándole una bofetada. El vídeo se hizo rápidamente viral y se convirtió en material de debate sobre quién había y quien no tanto traspasado los límites. Se inició también un proceso judicial tras un intercambio de denuncias. Y se inició también un proceso para crear una marca registrada.
El repartidor protagonista intentó convertir tanto al término caranchoa como a cara anchoa por separado en una marca registrada. Pocos días después de todo el drama y de todo el boom en medios, el repartidor solicitó ante la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) el registro. El potencial uso del término iba a ser en servicios de publicidad, gestión de negocios comerciales o merchandising. Básicamente, se podría decir que era una manera de hacer negocio con el boom que siguió al vídeo. La oficina no se la otorgó en un primer momento, aunque sí en un segundo. Cara anchoa y caranchoa son, por tanto, marcas registradas.
Toda esta historia no solo cuenta mucho sobre el mundo de los virales y sobre cómo impactan en el mundo en el que operan, sino también mucho sobre las marcas registradas y sobre cómo se reservan términos y palabras. Las marcas registradas son muy importantes para las empresas que son sus propietarias, ya que son su carta de presentación y la de sus productos y servicios, pero ello no hace que estén exentas del oportunismo, las tendencias, la suerte o las modas. Sí, hay empresas que dedican meses y meses a pensar cómo crearán la marca ideal y la identidad que mejor funciona (y que es al final lo que se debe hacer) pero también hay un grupo importante de marcas, términos y eslóganes que están ligados al momento.
Y, en general, se podría decir que el momento también impacta en lo que se registra y lo que no. Las marcas beben del contexto político y social y se aprovechan de las cosas que tienen tirón en ese momento.
Marcas y modas
De hecho, no hay nada mejor que ver lo que se ha registrado en EEUU en 2017 y las tendencias que se detectan en ello para comprenderlo. En Entrepreneur han analizado las marcas registradas durante el año y se han encontrado con cuatro tendencias que muestran este claro vínculo entre el contexto y lo que ocurre y cómo se intenta explotar lo que el consumidor conoce y los temas del momento.
Así, por ejemplo, entre las tendencias en marcas registradas están variantes del ‘Make America’ (hacer América) derivado del eslogan que había usado Trump en su campaña presidencial (el ‘Make America Great Again’, hacer a Estados Unidos grande otra vez). El eslogan de Trump es una marca registrada del mismo, pero otros han intentado hacer sus propias versiones. En un año, han contado 150 mnarcas aprobadas o en proceso de hacerlo.
También se ha convertido en una marca emergente lo derivado de la expresión ‘take a knee’, arrodillarse, vinculado a la acción de protesta de los jugadores de la NFL. En general, explican en en análisis, ha habido un boom en solicitudes de marcas registradas ligadas a movimientos de protesta.
Y, por supuesto, durante el año también hubo una avalancha de marcas registradas derivadas de las redes sociales y protagonizadas por las propias redes sociales (que habían registrado su nombre en el pasado, pero que ahora pueden convertir también sus iconos en marcas). Instagram ha logrado, por ejemplo, que los nombres de sus filtros o que el uso de Insta- sean suyos.