'Casting JonBenét', más allá de los límites del documental de crímenes
Quizás el cumplido más significativo (y más extraño) que se le pueda hacer a ‘Casting JonBenét’ sea que no está muy claro a qué género pertenece. ¿Es un documental de crímenes, tipo ‘Making a murderer’? ¿O es una parodia del género? En realidad no es ninguna de las dos cosas: ya hay documentales sobre el caso, como la miniserie ‘The Case of: JonBenet Ramsey’, e incluso piezas de ficción como el telefilm ‘¿Pero quién mató a JonBenet?’ (ambos, por cierto, de 2016, lo que demuestra que el interés en el caso está lejos de desvanecerse). Y tampoco es exactamente una parodia, porque aunque sus reflexiones no carecen de humor, su acercamiento es completamente serio.
Lo que está claro es que ‘Casting JonBenét’ es un documental: todo lo que vemos es real. La diferencia con otros aparentemente similares es que aunque use un crimen como trasfondo de lo que cuenta, su intención más bien es reflexionar sobre la percepción que tenemos de hechos traumáticos como aquel asesinato. Es decir, acabará ‘Casting JonBenét’ y no sabremos quién es el culpable, pero tendremos algo más claro por qué volvemos una y otra vez a consumir productos derivados de hechos tan terribles y cómo los asimilamos.
JonBenét Ramsey era una pequeña reina de la belleza infantil de Estados Unidos que fue asesinada de forma violentísima en 1996. La lamentable actuación de la policía y el sospechoso comportamiento de padres y hermano desataron el caos en una investigación que, como todo hecho sin resolver, generó abundantes teorías paralelas, algunas de ellas de tintes conspiranoicos. Las pruebas de abusos sexuales en el cadáver de la niña desataron la histeria mediática: ¿un accidente encubierto de forma torpe como secuestro? ¿Círculos de pederastia en pequeñas poblaciones estadounidenses? ¿Secretos oscuros en una familia aparentemente normal?
‘Casting JonBenét’ habla de todo eso, pero en boca de gente muy especial: los actores que van a encarnar a los protagonistas del caso en una obra de teatro inspirada en el crimen. Ante nosotros pasarán aspirantes a policías, hermanos, la pequeña víctima y, sobre todo, decenas de distintos John y Patsy Ramsey, los padres de la niña y principales sospechosos de la investigación. Estos actores, algunos profesionales -ya me gustaría ver al que encarna al perturbador pedófilo en una película de terror convencional-, otros horriblemente mediocres, se encargarán de dar su versión de los hechos.
Todo el mundo cuenta la verdad
Como en todo caso no resuelto, todo el mundo tiene un sospechoso favorito: es interesantísimo contemplar cómo los distintos John Ramsey, gente que ha estudiado la personalidad del oscuro padre de la niña y sospechoso -no demostrado- de abusar de ella, van acusando o defendiendo según la percepción de cada cual, a su personaje. Es decir, acusándose o defendiéndose a sí mismos. O cómo las actrices que dan vida a Patsy conjeturan sobre un posible accidente mortal que intentó encubrirse o una posible envidia madre-hija, y que poco a poco se va entretejiendo con sus propias experiencias.
Los actores que interpretan a los sospechosos acaban teñiendo sus castings con experiencias personales.
Esa es la clave de ‘Casting JonBenét’: en determinados momentos sale a relucir la experiencia personal de cada actor. Sabiendo que están en un casting y que les conviene anotar todos los puntos que sea posible para ganarse el papel, comienzan a ponerse sobre la mesa biografías que van de lo extraño (el aspirante al papel de comisario es cazarecompensas de día y educador sexual -con tendencia al sado- de noche) a lo terrible (como la actriz que relata unos terribles intentos de abuso sexual). La realidad se entremezcla no con la ficción, sino con una realidad de hace dos décadas que ya es materia para la ficción. Un cruce de metacaminos que reflexionan sobre los límites de las historias que nos contamos.
La responsable de esta producción que Netflix estrena en exclusiva tras su paso por Sundance es Kitty Green, responsable del documental sobre FEMEN ‘Ukrania no es un burdel’ y del corto ‘The Face of Ukraine: Casting Oksana Baiul’, que partía del mismo concepto que ‘Casting JonBenét’: pruebas para una producción -que nunca llegamos a ver- acerca de una mediática patinadora artística ucraniana. Aquí Green se atreve a juguetear con las posibilidades del formato, y el resultado es perfecto gracias a la peculiar cualidad onírica de algunas de sus imágenes, que hacen malabares con recuerdos deformados por el paso del tiempo.
De ese modo se llega a uno de los planos más impresionantes de la producción: todos los actores y actrices entrevistados interpretan su propia versión de los hechos, simultáneamente y en todos los escenarios que replican la casa de los Ramsey, y que culmina con una de las numerosas niñas JonBenét haciendo su fantasmagórico numerito de Miss Infantil. Así es ‘Casting JonBenét’: un montón de realidades que no necesariamente se anulan entre sí, funcionando a la vez. Porque la realidad no tiene una sola verdad. Ni siquiera bajo el aparentemente implacable ojo del documental.