ASTA Unfall Kamera – ¡Vaya lata!
Las ferias de coleccionismo fotográfico deparan sorpresas y experiencias que no pueden ser igualadas por la compra online a distancia. Y una de esas experiencias es el descubrimiento, ayudados en ocasiones por vendedores amables e inteligentes. Tal fue mi caso, hace años, en Bièvres con esta en principio anodina y triste “lata”, en la que figura la referencia “ASTA”.
Al pasar por un estand en este festival o feria francesa –única en su género, y desde luego la primera y más importante dedicada a la fotografía analógica y de coleccionismo– entre los muchos objetos fotográficos presentes en la mesa, rocé con la mirada, y un momento con la mano, esta vieja lata. Es cierto que me llamó la atención –solo por un instante… el hecho de que sus letreros estaban “al revés”, pero lo atribuí a alguna clase de error, y puesto que había otros objetos que me parecían más interesantes, descarté esa vieja caja de “hoja de lata”. El vendedor, hábil y amable, con una sonrisa se dirigió a mí en alemán, preguntándome si quería ver el objeto con más detalle y le contesté en el mismo idioma con un “gerne”, con gusto…
Pues bien… la lata en cuestión contenía una cámara, y observando ahora con más detenimiento podemos leer no solo “ASTA” en la pegatina azul del rombo, sino ya, al poder hacerlo al derecho en el “DYMO” y en los restos fantasmas del mismo… “UNFALL KAMERA”, esto es: “CÁMARA PARA ACCIDENTES”.
Y ahí arranca la historia, que demuestra que en una feria como Bièvres en ocasiones hay objetos que ignoramos y que pueden ser muy interesantes. Al parecer, en la antigua Alemania Oriental o “DDR”, determinados coches policiales –normalmente Wartburg– iban dotados de una suerte de alveolo o alojamiento en el cual se insertaba esta caja de hoja de lata con la cámara en su interior, y ello de forma vertical. De ahí que las inscripciones del lateral estuviesen realizadas para ser leídas desde arriba.
En caso de accidente, la policía utilizaba la “cámara para accidentes” para registrar la escena. Esa lata tan castigada, suponemos de pasar tantas veces del coche a la comisaría y a la inversa, ha protegido admirablemente a la TLR “Weltaflex” para 6 x 6 cm que guarda en su interior, que se encuentra –salvo la funda de cuero, que acusa el uso– en magnífico estado, teniendo en cuenta que su origen se remonta a 1956.
ASTA: misterio en parte sin resolver
Ahora bien, lo que –hasta la fecha– no he conseguido resolver es la conexión entre la referencia “ASTA” y una rama o cuerpo policial concreto de la DDR. Es cierto que ha habido una “perra policía” de heroico comportamiento y mismo nombre y también parece que “ASTA” podría estar relacionado con algún centro de estudios con vínculos policiales… pero hasta ahí he conseguido llegar (1).
Las Weltaflex
Salvo la pegatina “ASTA”, esta unidad de Weltaflex no se diferencia en ningún otro aspecto de las de serie. Esta unidad en concreto monta sendos objetivo Meyer-Optik (2) Trioplan 75 mm f/3,5 estando montado el de toma sobre un obturador central “Vebur” con tiempos de obturación de 1/250s a 1s y “B”. Otras variantes montaban objetivos Rectan Plolyt o Meritar, todos de tipo triplete, en algunos casos sobre obturadores Prontor que llegaban a 1/300s.
No es muy corriente en la TLR, que el objetivo superior, para el encuadre, sea de la misma calidad óptica que el de toma, pero en este así es: son Trioplan de Meyer-Optik. El número “1” dentro de un triángulo distinguía a los productos “de primera calidad” en la DDR –lo que los hacía “adecuados para exportación”– al tiempo que la “V” en rojo, distingue a los objetivos con revestimiento antirreflejos, del alemán “Vergütet”, lo que significa en cierta forma “mejorado”. El diafragma, de diez palas, es absolutamente circular, algo muy propio de los Trioplan de Meyer-Optik.
El cuentafotos es mecánico –algo bastante refinado para una TLR de este origen– y se ubica justo debajo de la palanca disparadora antes mencionada, en el lado derecho de la cámara. Para que funcione correctamente, es necesario actuar –al cargar el rollo– sobre una pequeña palanca situada en el interior, próxima a la bobina de alojamiento para el rollo de tipo 120.
Las Weltaflex no son –ni mucho menos– de la calidad de las Rolleiflex, pero ofrecen una calidad muy honesta dentro de la modesta calidad de materiales a los que tenían los fabricantes de la DDR en esos años, que no era “para tirar cohetes”. Una de sus principales pegas hoy en día –como cámara clásica para uso– es la calidad un tanto regular de su espejo, que ha perdido brillo y hace muy oscura la imagen del visor. No obstante, se aprecian ciertos detalles “de amor”, ¡tales como el selector de corrección de paralaje para el visor deportivo!
Mi unidad pesa nada menos que 1.052 g, algo que puede sorprender a primera vista pero que tiene su explicación en el hecho de que la mayor parte de las piezas del cuerpo están realizadas en acero estampado, una solución más económica a la sazón que aleaciones basadas en cobre o aluminio. Por su parte, la “lata” pesa 815g y la funda 180g
La firma
La firma Welta Kamera-Werke también conocida originalmente como Waurich & Weber, tiene sus principios hacia 1914 en Freital / Alemania. Tras la segunda guerra mundial, quedó en zona de Alemania Oriental o DDR, pasando a ser una “compañía del pueblo”, para más adelante, en 1959 quedar incorporada a VEB Pentacon. No menos de 48 modelos –sin contar variantes – figuran en su historia y entre ellos destaca la “Superfekta”, una muy original TLR plegable.
Conclusiones
Como podéis imaginar, la misteriosa lata, junto con su contenido, ha hecho escala –de momento– en mi colección, hasta que la lógica de las cosas haga que mude a su siguiente destino. Dos cosas son seguras: por un lado, seguirá protegiendo a la Weltaflex, que a buen seguro habrá visto más de una cosa impactante (3) y por otro, el hecho de que a veces el continente puede llegar a ser más interesante que el propio contenido.
(1) Naturalmente, agradecería cualquier información fidedigna al respecto
(2) La nueva compañía Meyer-Optik Görlitz solo adquirió los derechos del nombre, pero más allá de eso, poco tiene que ver con ese pasado.
(3) Lamentablemente, el rollo de película que contenía en su interior, estaba velado.