Acer Predator X27, análisis: jugar en 4K y a 144 Hz es otra dimensión, pero el precio a pagar es alto
Hasta no hace mucho los gamers no tenían muchas opciones si querían lo más de lo más: o jugaban a 4K, o jugaban a 144 Hz. Lograr las dos cosas no era posible, pero en 2018 por fin contamos con monitores exclusivos que ofrecen soporte simultáneo para ambas características.
Uno de esos prodigios técnicos es el Acer Predator X27, que hemos podido disfrutar durante unos días y que cumple de forma excepcional a la hora de ofrecer una experiencia de juego difícilmente superable. Su precio también lo es, pero además nos hemos encontrado con otro problema al usar este monitor gaming.
Especificaciones técnicas
Las especificaciones ya dejan claro que estamos ante un monitor distinto a lo que vemos normalmente en el terreno incluso del gaming, porque el soporte de todas estas opciones es excepcional.
PREDATOR XB273K |
|
---|---|
PANEL |
27 pulgadas IPS (AHVA) |
RESOLUCIÓN |
3.840 x 2.160 píxeles (163 ppp) |
TASA DE REFRESCO |
Nativo 120 Hz |
SOPORTE G-SYNC |
Sí |
TIEMPO DE RESPUESTA |
4 ms |
BRILLO |
600 nits, hasta 1.000 nits |
CONTRASTE |
1.000:1 |
RETROILUMINACIÓN |
384 zonas (FALD) |
HDR |
Soporte HDR10 |
ÁNGULOS DE VISIÓN |
178°/178° horizontal/vertical |
CONECTIVIDAD |
1 x DisplayPort 1.4, HDMI 2.0, 4 x USB 3.0 |
AUDIO |
2 altavoces 4W |
MONTURA VESA |
100 x 100 |
CONSUMO |
68 W |
PRECIO |
De hecho contamos con un panel IPS de 27 pulgadas con resolución UHD que sobre todo destaca por soportar hasta 144 Hz de tasa de refresco, algo que hasta ahora no habíamos visto más que en un modelo de otro fabricante.
La retroiluminación del panel se consigue con 384 zonas y la tecnología FALD (Full Array Local Dimming), que es uno de los mejores sistemas que existen actualmente para mitigar los problemas de exceso de luz en algunos paneles LED. A esta tecnología se le une el uso de la tecnología Quantum Dot para proporcionar un gamut de color que supera el 100% del gamut sRGB, por ejemplo.
El soporte del estándar HDR10 se une al de la tecnología NVIDIA G-SYNC de refresco variable que permite ajustar la tasa de fotogramas que ofrece nuestro PC o portátil con la que muestra el monitor para que no aparezcan artefactos visuales que perjudiquen la experiencia visual.
En resumen: hoy en día es casi imposible pedirle más a un monitor gaming, y eso es uno de los elementos que lógicamente explica un precio que asciende a los 2.000 dólares en Estados Unidos y lo encontremos aquí a precios que superan los 3.000 euros en algunas tiendas online.
Un diseño muy ‘gamer’
La apariencia externa del monitor sigue esa filosofía ‘agresiva’ de muchos periféricos y componentes gamer, y en ese diseño domina por completo el color negro que envuelve todo el chasis y la peana de soporte del monitor. Aunque el metal domina el diseño —y lo hace pesado— hay diversas partes en las que se usa el plástico, como en los marcos del monitor.
Esa peana cuenta con un singular diseño cuyos brazos se extienden hacia afuera, y en ella encontramos el sistema que permite inclinarlo entre -5 y 25 grados, y rotarlo entre -20 y +20 grados, pero eso sí, no podremos girarlo para colocarlo en modo retrato. El ajuste de altura es especialmente llamativo y cómodo de usar, y permite establecer esa distancia de forma muy precisa.
En ese diseño hay otro elemento diferencial más, y es la iluminación RGB que hace que el monitor proyecte por ejemplo luz en la mesa. Esa iluminación se controla a través del panel de control del monitor, que gracias a un pequeño joypad en la parte trasera da acceso a los distintos parámetros del monitor.
La iluminación no es comparable a los sistemas que «rodean» algunos televisores o monitores con iluminación que incluso se sincroniza con la información que muestran esas pantallas, pero aún así plantea un atractivo más a los gamers que podrán elegir entre varios efectos de iluminación para aderezar esa experiencia visual.
Uno de los pocos detalles que desmerecen el conjunto es la tapa que oculta los conectores del monitor, una pieza de plástico que se ajusta con unos anclajes para quedar fija y que ciertamente consigue el objetivo deseado, aunque lo haga con unos acabados algo por debajo de lo que podría esperarse.
Tasas de refresco excepcionales, que implican algún pequeño sacrificio
Dar la opción de jugar a 4K en 144 Hz a los usuarios de este monitor es algo excepcional, pero en esa opción hay algo de letra pequeña. Para empezar, necesitaremos hacer uso de la conexión DisplayPort 1.4, ya que el puerto HDMI 2.0 no ofrece todas las posibilidades a las que permite llegar la tecnología de este panel, y solo permite trabajar a 60 Hz.
Si usamos esa conexión DP1.4, podremos acceder al soporte de G-SYNC y HDR a una frecuencia de refresco de 98 Hz si queremos disfrutar del submuestreo 4:4:4, la máxima codificación que no comprime nada el color y que como explicamos aquí indica que todos los píxeles están identificados por su valor de luminancia (Y’), azul (cb)y rojo (Cr).
Para utilizar tasas de refresco de 120 Hz o 144 Hz tendremos que hacer un pequeño sacrificio en cuanto a ese submuestreo, que será 4:2:2 en la que hay algo de compresión para la información relativa al valor rojo y azul de cada píxel que se representa.
La calidad por tanto podría verse perjudicada, pero lo cierto es que en nuestras pruebas no notamos impacto negativo alguno al usar esas tasas de refresco, que además son las que dan más juego —y nunca mejor dicho—. Activarlo, eso sí, no es del todo transparente para el usuario.
Así es la vida a 4K HDR y 144 Hz
Esta maravilla técnica da el do de pecho cuando aprovechamos esa tasa de refresco máxima que se soporta gracias al overclocking. El panel viene configurado por defecto para funcionar a 120 Hz —que no es poca cosa—, pero en el panel de control del monitor (OSD) podremos activar el overclocking para acceder a esa frecuencia de refresco de 144 Hz.
Al hacerlo podremos por fin acceder al panel de control NVIDIA o a las preferencias del monitor desde Windows para establecer esa frecuencia de refresco en el escritorio, y eso nos dará acceso a jugar también a 4K con esa tasa, incluso habiendo activado también el soporte HDR.
Esta última característica se activa desde el menú de configuración de Windows 10 en el apartado de ‘Pantalla’, y aunque tradicionalmente se activaba con la casilla «HDR and WCG» con la actualización de octubre de 2018 de Windows 10 ese menú cambia ligeramente y tenemos un apartado completo dedicado al llamado «Windows HD Color» en el que es posible habilitar dichas opciones si el monitor las soporta.
Aunque en Acer indican que forzar esa frecuencia de refresco podría causar inestabilidad en el PC, lo cierto es que en nuestras pruebas no tuvimos problema alguno. A ello probablemente ayudó el hecho de contar con una NVIDIA GeForce RTX 2080 Ti para poder completar esa experiencia.
Eso, cuidado, no fue suficiente.
En nuestras pruebas de la RTX 2080 Ti esta gráfica dejó claro que supera de largo los 60 fotogramas por segundo en resoluciones 4K para cualquier título actual con el nivel de detalle al máximo. Sin embargo no llega en ningún caso a ese mínimo de 144 fps que serían los ideales para poder poner totalmente a prueba el monitor de Acer.
Eso no fue un gran problema, porque activar la tecnología G-SYNC hace que la frecuencia de refresco del monitor se ajuste dinámicamente a la tasa de fotogramas que es capaz de ofrecer nuestra gráfica en cada momento. También podemos bajar el nivel de detalle, algo que no perjudica demasiado la experiencia teniendo en cuenta que jugamos a 4K.
Lo cierto es que en un caso o en otro el resultado es fantástico. La combinación del soporte HDR y el soporte de esas tasas de refresco en resoluciones 4K convierte la experiencia de juego en algo sensiblemente diferente a todo lo que habíamos visto.
Probamos con varios títulos, y aunque como era de esperar los más beneficiados fueron los FPS, otros videojuegos como los de coches o títulos «algo más tranquilos» a nivel de acción como ‘Shadow of the Tomb Raider’ también mostraron esa riqueza visual ampliada con las capacidades de este monitor.
El soporte del estándar HDR hace que también encontremos ventajas a la hora de disfrutar contenidos de vídeo que aprovechen dicha tecnología, y aunque aquí la oferta no es demasiado elevada, sí tenemos un canal de YouTube dedicado a este tipo de vídeos que es un buen comienzo para experimentar la mejora.
En los juegos ese soporte no está de momento muy extendido, pero por ejemplo pudimos disfrutar de la demo de Final Fantasy XV que también sirve como banco de pruebas para las nuevas gráficas de la familia RTX de NVIDIA, y lo cierto es que ese mayor rango dinámico hace que esos contrastes y esos pasos de luces a sombras en la misma escena sean realmente llamativos.
Hay un ventilador en mi monitor, y suena
En nuestras pruebas con el Acer Predator X27 nos encontramos con una sorpresa inesperada y no especialmente bienvenida: el ruido. Tanto este modelo como su competidor directo (ASUS ROG Swift PG27UQ) nos encontramos con que existe un módulo hardware que se encarga del soporte G-SYNC.
Ese módulo es un circuito FPGA con 3 GB de RAM DDR4 solo para él que permiten que esa sincronización de la tasa de refresco se ejecute sin problemas y no dé más trabajo al procesador del PC y el portátil. El problema es que ese componente se calienta, y necesita ser refrigerado.
Es precisamente esa refrigeración la que provoca un molesto ruido al hacer uso del monitor durante etapas prolongadas, incluso cuando no estamos jugando. El bufido es constante y es claramente audible, lo que hace que resulte incómodo plantearnos su uso durante largas jornadas si no nos ponemos unos auriculares para evitar el problema.
Eso no es un inconveniente a la hora de jugar ya que probablemente los gamers que aprovechen este monitor lo hagan siempre con los auriculares conectados, pero no siempre estaremos jugando con este monitor, y trabajar o navegar por internet en un PC conectado a este panel no acaba siendo agradable.
Nos hemos puesto en contacto con el fabricante para saber si el problema —del que otros usuarios se han quejado— podría tener solución quizás mediante una actualización del firmware, pero de momento no hemos recibido solución al respecto. Al término de nuestras pruebas ese molesto ruido resultó ser la pega más importante de un monitor que en todo lo demás se comportó de manera excepcional.
¿Un monitor adelantado a su tiempo?
Las prestaciones de este Acer Predator X27 son tan llamativas como su precio, y desde luego tenemos ante nosotros un monitor «futureproof» que seguramente nos garantice no solo que vamos a disfrutar mucho de él hoy, sino que probablemente lo disfrutaremos aún más a medida que pase el tiempo. Más juegos soportarán HDR, la potencia gráfica también crecerá para darle «más fotogramas» a este monitor, y esos contenidos sin duda se beneficiarán de unas especificaciones fantásticas.
Sin embargo también podemos llegar a la reflexión contraria: la de que este Acer Predator X27 llega antes de que podamos aprovecharlo del todo. Es cierto que la experiencia cambia de forma notable con el monitor, pero también que aún queda tiempo para que podamos jugar a 4K y 144 Hz con el máximo nivel de detalle.
Dado que los monitores para jugones llegan ya sin problemas a resoluciones 4K, tasas de refresco de 60 Hz y tecnologías como G-Sync, quizás la opción «sencilla» y mucho menos costosa pueda no ser mala idea a corto e incluso medio plazo.
Eso unido al problema del ruido —que sigue siendo uno de los grandes hándicaps del monitor— hace que no tengamos clara una recomendación que lo sería por especificaciones, pero no por lo que realmente podemos aprovechar de este producto.
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Acer Predator X27, análisis: jugar en 4K y a 144 Hz es otra dimensión, pero el precio a pagar es alto
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Xataka
por
Javier Pastor
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