Si no te gusta el ajedrez tradicional, aquí tienes 14 "forks" del juego que conquista a medio mundo
«¿Qué tal una partidita de ajedrez, profesor Falken?». Aquella pregunta de la máquina de «Juegos de Guerra» daban ganas de, efectivamente, echar una partida rápida. Este juego-deporte sigue siendo uno de los más practicados en todo el mundo, y como en muchos otros casos, el juego como tal ha disparado la imaginación de sus jugadores, que se han inventado multitud de variantes.
Hay libros específicamente dedicados a este tema, y es que el número de variantes del ajedrez clásico que han aparecido a lo largo de los años es asombrosa. Nosotros repasamos algunas de las más originales: si el ajedrez convencional no te atrae, puede que alguno de estos originales ‘forks’ lo hagan.
Ajedrez aleatorio de Fischer (Ajedrez 960)
Muchas de las variantes del juego tradicional respetan tanto el formato del tablero como la cantidad y movimiento de las piezas, pero modifican la colocación inicial de esas piezas.
Esa fue la idea de Bobby Fischer, el prodigioso campeón del mundo que en 1996 anunció su Chess960, llamado así por las 960 posibles posiciones iniciales que se obtenían de forma aleatoria. En realidad ya existían variantes aleatorias, pero Fischer impuso unos límites (sobre todo a la posición del rey y las torres para facilitar el enroque).
Ajedrez de Dunsany
Empiezan las locuras: se mantenía el formato del tablero y los tipos de pieza y movimientos, pero lo que cambia en cierto grupo de variantes es el número de piezas que cada jugador tiene al comenzar.
Aquí hay de todo y para todos, pero una de las ideas más curiosas es el ajedrez Dunsany (similar al ajedrez Horda) en el que el jugador tiene las mismas piezas y disposición que en el ajedrez convencional. El otro cuenta con cuatro filas de peones. Las negras, eso sí, mueven primero, y solo ellas puede adelantar el peón dos escaques en el primer movimiento de sus peones.
Ajedrez circular
Comienzan los mareos, porque hay toda una división de variantes de ajedrez en los que la forma del tablero cambia aunque el movimiento de las piezas suele ser el mismo (a no ser que se adapte ligeramente para el propio formato del tablero).
Entre esas variantes tenemos tableros de todos los gustos y colores, pero uno especialmente destacable es el ajedrez circular en el que el tablero tiene cuatro anillos, cada uno con 16 escaques. Atención, porque esta variante que parece nueva parece tener un origen realmente antiguo, y hay referencias de que se jugaba en Persia a principios del s X. Aquí la dama y la torre son piezas aún más importantes que en el ajedrez tradicional.
Ajedrez Hexagonal de Glinski
El ajedrez da mucho juego —y nunca mejor dicho— al modificar el tamaño o forma del tablero, que en este caso se olvida del cuadrado para pasar a un hexágono.
La más popular de todas estas variantes hexagonales (con los hexágonos en tres colores distintos)es la creada por Wladyslaw Glinski en 1936. En ella ya solo la disposición de partida es singular (hay un peón y un alfil más), aunque el resto de las reglas son prácticamente idénticas. Se vendieron más de 130.000 tableros de esta variante especialmente popular en Europa del este.
Ajedrez de Alicia
Dos mejor que uno. Ese es el principio básico de una variante que tiene ese nombre en honor del inmortal personaje de «A través del espejo» de Lewis Carroll en el que los viajes a un mundo alternativo se mostraban a través de un tablero de ajedrez.
El ajedrez de Alicia es la variente más popular creada por V.R. Parton, que tiene otras muchas variaciones del ajedrez clásico en su haber. De hecho es tan popular que esta variante tiene a su vez sub-variantes de lo más curiosas.
Ajedrez doble
Aumentar el tamaño del tablero es otra de las variables con las que juegan quienes se dedican a crear variantes del ajedrez tradicional, y como «prima hermana» del ajedrez de Alicia tenemos a esta, llamada ajedrez doble, creada por S. Gran Hayward en 1916.
En esta variante se juega en un tablero de 12×16 en la que cada jugador controla dos conjuntos completos de piezas. Los peones pueden mover cuatro escaques en el movimiento inicial, y los enroques de los reyes solo se pueden hacer en su mitad del tablero. El mismísimo Jose Raúl Capablanca lo probó (le gustaba experimentar con diversas variantes) y lo encontró «extremadamente interesante».
Ajedrez Seirawan
Otro de los aspectos con los que juegan estas variantes es el del movimiento de las piezas y la creación de hecho de nuevas piezas que pueden hasta combinar movimientos de las ortodoxas. El citado ajedrez doble dio lugar a una subvariante en honor de Capablanca que consistía en un tablero de 10×10 o 10×8.
En esa variante entran en juego el «canciller» (que se mueve indistintamente como torre y caballo) y el «arzobispo» (que se mueve indistintamente como alfil y caballo). Más conocida incluso en la actualidad es el ajedrez Seirawan (también conocido como SHARPER o S-Chess) creado por el gran maestro Yasser Seirawan en 2007 en la que el halcón es el equivalente al arzobispo y el elefante es el equivalente al canciller.
Ajedrez loco
Si mantenemos las piezas del juego pero alteramos la mecánica del ajedrez y sus reglas nos encontramos con un buen montón de variantes entre las que una curiosa (en realidad todas lo son) es el ajedrez loco, del que una vez más hay otras variantes con ligeras modificaciones.
En esta variante lo más importante es que si capturamos una pieza rival la convertimos en nuestra (cambia de color) para colocarla donde queramos en nuestro turno. Los peones y los caballos ganan relevancia en esta variante, y si uno captura una dama debe ser especialmente cuidadoso a la hora de recolocarla para que no se la capturen a él.
Ajedrez pierde-gana
Esta (también conocida como anti-ajedrez, come-como, ajedrez suicida o ajedrez de perdedores), es otra de las variantes más populares del ajedrez por razones contundentes, y es que aquí la idea es tratar de dejarse ganar. Curioso, ¿no os parece?
En el ajedrez pierde-gana tenemos que tratar de perder todas las piezas. Capturar es obligatorio, e incluso se puede capturar al rey (no hay jaque o jaque mate). Si logras que tu oponente te capture todas las piezas o te ahogue, habrás ganado.
Raumschach («Ajedrez espacial»)
La considerada como una de las primeras variantes tridimensionales del ajedrez apareció en 1907 gracias al jugador alemán Ferdinand Maack, que incluso creó un club en Hamburgo en 1919 que se mantuvo activo hasta la Segunda Guerra Mundial.
Aunque Maack experimentó con configuraciones de hasta 8x8x8, al final acabó quedándose con una «pila» de cinco tableros de 5×5 escaques en las que entre otras cosas había dos peones adicionales por jugador y una pieza especial, llamada «unicornio» que se podía mover a través de las esquinas del cubo.
Ajedrez tridimensional de ocho niveles
Esta es una espectacular variante que aprovecha las tres dimensiones en la que se utilizan múltiples tableros en distintos niveles y que permite mover las piezas en tres dimensiones físicas.
Las reglas completas del juego acabaron desarrollándose unificando las propuestas de diversos de los seguidores de esta singular disciplina, que como ocurría con el original hace uso de nombres y movimientos modificados.
El ajedrez tridimensional de Star Trek (y otras series)
De todas esas variantes tridimensionales del ajedrez la más popular fue precisamente una que acabó en ‘Star Trek’, la serie original en la que se utilizaron tableros de damas y tres en raya para acabar con esa distribución de 64 escaques del juego original.
Sin embargo la distribución de esos minitableros era distinta, y estaban situados en una jerarquía espacial. Nunca se llegaron a conocer las reglas específicas del juego, pero esa visión de cómo el juego acabaría transformándose a futuras generaciones le dio aún más popularidad a estas variantes.
Este tipo de variante se ha hecho famoso en otras series antiguas (Batman en 1966), como modernas, como es el caso de ‘The Big Bang Theory’ (episodio 11 de la primera temporada) o en series animadas como Futurama (donde en realidad se hizo una parodia con un Scrabble en 3D) o ‘The Lego Movie’.
Pasapiezas
Si lo que queréis es diversión en equipos, atentos al pasapiezas, una variante de ajedrez que se juega con dos equipos de dos jugadores enfrentados cada uno en un tablero con piezas y reglas tradicionales, y con colores opuestos para que haya un jugador en cada equipo que juegue con blancas y otro con negras.
La diferencia aquí es que cuando uno captura una pieza del rival se la pasa al compañero, que puede colocarla donde quiera. Quien haya jugado a esto —yo lo he hecho— estará de acuerdo en que esta es una variante especialmente divertida (y una en la que los compañeros pueden acabar muy mal).
Chess boxing
Terminamos con una disciplina que se está haciendo especialmente popular en los últimos años: el ajedrez mezclado con el boxeo, que comenzó apareciendo como mera tira cómica en 1992 y que se convirtió en realidad en 2005.
El encuentro consiste en 11 rounds en los que se alternan el boxeo y el ajedrez: 4 minutos de partida de ajedrez, 2 minutos de boxeo. La modalidad del ajedrez son partidas blitz con un total de 12 minutos, y los competidores pueden ganar por jaque mate o, claro está, por KO.
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Si no te gusta el ajedrez tradicional, aquí tienes 14 «forks» del juego que conquista a medio mundo
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por
Javier Pastor
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