El futuro del 5G, ¿sueño o pesadilla?
Las últimas noticias sobre conectividad 5G nos hablan de nuevos récords, y conexiones cada vez más estables. Los titanes del mercado han apostado muchas fichas al desarrollo de esta tecnología, y quien logre llegar antes a los usuarios obtendrá una importante ventaja. Ahora, ¿cuál es la realidad del 5G? Si nos guiamos por lo que pasa al otro lado del charco, las cosas no vienen del todo bien. El 5G aún carece de un estándar, y el «término medio» que desean probar algunas compañías podría causar serios problemas a dispositivos WiFi.
La tecnología 5G nos ha prometido mucho. Cientos de miles de conexiones en simultáneo a alta velocidad. Mayor eficiencia y cobertura. Una drástica reducción en la latencia. Honestamente, nos alcanza con una pizca de todo eso. En lo personal, el 3G fue un caos, y el 4G decepcionante. Por supuesto, eso depende de los proveedores locales, pero en la gran mayoría de los casos apestan. Las pruebas 5G siguen su curso, quiebran récords, mejoran aspectos como la estabilidad, y reciben el apoyo de los fabricantes más relevantes. Sin embargo, estamos lejos de alcanzar un estándar para el 5G. De hecho, todavía se discute sobre qué es exactamente 5G, lo que retrasa aún más a todo el proceso.
Una de las alternativas que está ganando fuerza para cubrir el vacío del 5G hasta que alcance la madurez suficiente es LTE-U, o LTE en espacios no licenciados del espectro. La FCC estadounidense, ahora bajo el gobierno de Donald Trump y con una clara postura de desregulación, autorizó el uso de dispositivos compatibles con LTE-U en la banda de 5 GHz, una decisión que compañías como Verizon y T-Mobile no paran de aplaudir. LTE-U podría convertirse en un factor positivo para los usuarios, siempre y cuando se aplique con responsabilidad. 5 GHz es la banda que utilizan muchos routers WiFi, y si hay algo que no necesita el WiFi, es mayor interferencia provocada por nuevos dispositivos.
Entonces, el estándar 5G brilla por su ausencia, la Unión Internacional de Telecomunicaciones apenas terminó su primer borrador la semana pasada, los proveedores tratarán de ejercer presión con LTE-U lo antes posible (haciendo volar por los aires la neutralidad en la red con sus ofertas «zero rating» y corrompiendo el objetivo original del 5G a gusto y placer), y el usuario sigue esperando. Los números más optimistas sugieren 2020-2021 para el primer despliegue 5G, y eso es (en parte) ignorando un factor crítico como el costo. Nuestro deseo es que la situación mejore.
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