Las apps móviles para niños, un nido de publicidad fuera de control
Solo hay que sentarse en una calle cualquiera y observar durante unos minutos qué ocurre para ver qué relación cada vez más estrecha tienen los niños con los smartphones. Encontrarlos con una pantalla entre manos es cada vez más habitual, como también ver los terminales en manos de niños de todas las edades. Las pantallas móviles se han convertido en una extensión más de las demás pantallas y en una nueva fuente de contenidos de entretenimiento. Pero ¿están estas pantallas tan controladas como deberían estarlo o son una especie de salvaje oeste publicitario?
Teniendo en cuenta lo que ocurre con las aplicaciones móviles, la segunda parte de la pregunta parece la que podría tener una respuesta más clara. Las apps para niños se han convertido en un nido de publicidad y en uno en el que parece que todo vale.
El descubrimiento empezó con una investigación liderada por una pediatra, Jenny Radesky, especializada en niños y medios. El punto de partida de la investigación ya daba por sentado que en ella se iban a encontrar con publicidad y banners, pero lo que encontraron fue mucho más grave. De hecho, la investigadora reconoce que la primera palabra que le vino a la mente ante la situación fue «furiosa».
Las apps analizadas estaban destinadas a niños de 5 años o menos. El análisis se hizo sobre una muestra de la Play Store de Google, con el objetivo de analizar si eran educativas o no como prometían. Lo que se encontraron, sin embargo, los llevó en otra dirección. Las apps eran un nido publicitario y, sobre todo, un nido publicitario sin control.
Entre los formatos publicitarios había pop–ups con imágenes inquietantes, anuncios que niños tan pequeños no serían capaces de cerrar, anuncios que llevaban a ver más anuncios (especialmente de vídeo) y otras prácticas cuestionables, como por ejemplo que el personaje protagonista del anuncio llorase si el niño no compraba nada.
Los anuncios chocaban de hecho en ocasiones con las prácticas que la Federal Trade Commission había prohibido ya en 1974 en publicidad para la televisión para niños.
El 95% contaba con anuncios
La experiencia era clara: las apps para niños estaban ofreciendo una experiencia más que cuestionable en términos publicitarios. Tras jugar durante cientos de horas con 135 juegos diferentes descargados como aplicaciones móviles destinadas a niños de 5 años y menos, el equipo de investigación determinó que el 95% de ellas cuenta con publicidad. Ese porcentaje de apps tiene, como mínimo, un tipo de anuncio.
Y esto ocurre además en aplicaciones de todo tipo y comercializadas por diferentes compañías, algunas de ellas ‘de fiar’. Uno de los ejemplos de los investigadores, que recoge The New York Times, el medio que publica el estudio, es un juego protagonizado por un personaje de Frozen y que ha sido publicado en la tienda de apps por Disney. Cuando se hace clic en un pastel, se llega a la tienda de la app. El pastel no está marcado como anuncio.
Google, salpicado en el estudio por extensión (se ha hecho sobre una muestra de apps de su Play Store), se ha defendido señalando que los desarrolladores de apps no pueden recopilar información de menores de 13 años y también que las apps destinadas a este público deberían lanzarse a través de su programa especial.
Este es el último de los estudios y el último que apunta que las cosas podrían no estar funcionando todo lo bien que deberían en lo que a internet y los niños se refiere. No es el primero. YouTube ya ha tenido que enfrentarse a varios escándalos por la publicidad que sirve a los niños, por ejemplo. Hay quienes creen que la privacidad infantil es uno de los grandes problemas de la red, una red que no se creó pensando en los más pequeños aunque ellos también la usen ahora.