Fujifilm X-T3 – Toma de contacto y Muestras
Anunciada hace justo una semana, ya hemos podido probar la nueva Fujifilm X-T3, que inaugura la cuarta generación de la arquitectura X-Trans de la firma. ¿Qué aporta con respecto a su predecesora?
Diseño y manejo
En el aspecto externo, vemos que la nueva X-T3 ha engordado ligeramente con respecto la X-T2: 32 g más para ser exactos. También es ligeramente más grande, en concreto en cuanto a la profundidad se refiere, pues gana aproximadamente 1 cm. Esto ayuda a mejorar el agarre, pero creemos que una empuñadura todavía más prominente sería bienvenida.
A cambio de este aumento de dimensiones, disponemos ahora de una pantalla táctil como la que encontramos en la X-H1; se suple así una de las principales carencias de la X-T2, que salió al mercado hace un par de años sin esta funcionalidad. Pero también obtenemos un nuevo visor electrónico OLED, que pasa de 2,36 a 3,69 millones de puntos –como el de su hermana mayor–, una de las resoluciones más altas del mercado.
Tal como podemos comprobar, el refresco es también muy alto; estamos delante seguramente de uno de los mejores visores disponibles en esta gama de precios. Por contra, el factor de ampliación del EVF se reduce ligeramente, de 0,77x a 0,75 x –hablando de 35 mm equivalentes–, una diferencia que no se deja notar en la práctica, sin embargo.
En cuanto a su construcción y acabado, no hay grandes diferencias con respecto a la X-T2. Seguimos disponiendo de una cuidada ergonomía y el estilo propio de la firma de su serie X, con los correspondientes diales para el ajuste delos tiempos de obturación, ISO y compensación de exposición. Los dos primeros, que cuentan con doble rueda, han visto su proporción ajustada con respecto la X-T2, pues algunos usuarios se quejaban de cierta dificultad a la hora de ajustar los parámetros de la parte inferior.
No hay cambios en la disposición del resto de controles y botones; Fujifilm sigue apostando pues por un diseño del cual está muy convencida. Sí que hay cambios, sin embargo, en lo que respecta a las dimensiones de algunos de estos botones, que ahora son más grandes para poder ofrecer una mejor respuesta.
También ha habido tiempo para afinar otros pequeños detalles en esta tercera generación de la familia X-T, como el nuevo bloqueo para el ajuste de dioptrías. Ahora, para poder ajustarlas, es necesario primero tirar hacia fuera para desbloquear la rueda, y una vez seleccionada la posición, devolverla a la posición original. Detalles que al parecer responden a las sugerencias de los usuarios, a los que Fujifilm presume de escuchar continuamente a la hora de tener en cuenta las evoluciones de sus productos.
Rendimiento y calidad de imagen
Durante la presentación corporativa que Fujifilm ofreció antes de la toma de contacto, aprovechó para insistir en la coherencia de su sistema sin espejo con sensores APS-C, que permite ofrecer un mejor equilibrio –siempre según la compañía– que los demás sistemas basados en sensor de “formato completo” (24×36 mm); no sólo por una cuestión de dimensiones, sino también de precio, tal como reflejó claramente en la siguiente tabla comparativa.
No desperdició tampoco la ocasión para mostrar los últimos datos ofrecidos por la CIPA sobre las ventas de cámaras fotográficas, donde se puede ver la evolución de las cámaras mirrorless con respecto a las réflex. En este sentido, se mostró confiada en que la reciente entrada por parte de Canon y Nikon en el mercado sin espejo profesional –con sus Canon EOS R y Nikon Z– es una buena noticia, pues permitirá hacer crecer este segmento: “siempre es mejor tener un 5% de un mercado de 20 millones que un 10% de un mercado de 5 millones“, afirmaba un portavoz de la firma Fujifilm, para zanjar así la posibilidad de entrar en el segmento de las cámaras de “formato completo” –en línea con los rumores que sí predicen el salto de Panasonic desde su actual sistema Micro Cuatro Tercios–. “Habría que volver a empezar de cero con las ópticas, y eso no tendría sentido ahora”, concluía uno de los responsables de la firma.
Volviendo a los aspectos técnicos de la nueva X-T3, sobre el papel, el nuevo sensor y procesador suponen un salto cualitativo con respecto la X-T2. Por un lado, disponemos de un ligero aumento de resolución para llegar a los 26 Mpx, un nuevo récord dentro del panorama actual de cámaras de formato APS-C, que hasta la fecha permanecía estancado en la cifra de 24 Mpx –exceptuando las difuntas Samsung NX1 y NX500 de 28 Mpx–.
Por otro lado, Fujifilm ha dotado a su sensor de una mayor densidad de píxeles por detección de fase –PDAF–; pasamos del aproximadamente medio millón de píxeles dedicados en la X-T2 hasta más de 2 millones en la nueva X-T3. Es decir, que el aumento de resolución se ha aprovechado básicamente para ofrecer un mejor autoenfoque.
En la práctica, de los 325 puntos de AF de la X-T2 pasamos a los 425 puntos de AF de la X-T3, una cifra que se mantiene también para el autoenfoque continuo –en la X-T2 solo disponíamos de 91 puntos para el AF-C–. Un valor que se sitúa incluso por encima de la onerosa X-H1 y que, al igual que esta última, cubren prácticamente todo el fotograma.
Durante nuestra breve toma de contacto pudimos comprobar que la velocidad de autoenfoque era efectivamente muy rápida, incluso con los primeros prototipos del nuevo e imponente Fujinon XF 200 f/2 R LM IOS WR, que será comercializado en breve. En este caso, agradecimos disponer de la empuñadura externa opcional.
En cuanto al AF-C, los resultados son mitigados. Si bien es en este aspecto donde Fujifilm más ha insistido para su nueva cámara, el poco tiempo disponible en esta primera prueba impide aventurarse sobre su compartimiento. Al seleccionar todo el fotograma para el autoenfoque, por ejemplo, la cámara no siempre acertaba a fijar el foco en el sujeto a seguir. Mejores resultados conseguimos seleccionando una zona concreta de AF, al menos en para seguir los karts del circuito en el cual realizamos las pruebas.
También tuvimos algo de tiempo para probar las ráfagas de la X-T3, que ahora alcanza una cadencia de 11 fps con el obturador mecánico. –misma cifra que la X-T2 pero solo en combinación con la empuñadura externa–. Con la obturación electrónica se puede llegar a 20 fps e incluso a 30 fps en modo recortado, una funcionalidad que puede resultar interesante para algunos usuarios, pero que no hemos podido probar todavía.
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A pesar de disponer de una rápida tarjeta SD compatible con la norma UHS-II, nos pareció que en ciertos momentos el buffer de memoria se vaciaba más lento de lo esperado, aunque para sacar unas conclusiones definitivas sobre este aspecto deberemos esperar a realizar una prueba con más detenimiento.
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El nuevo procesador –X-Processor 4– es el encargado, junto con sus nuevos algoritmos de enfoque, no solo de ofrecer una mejora de la velocidad de AF, sino también de su sensibilidad, que ahora llega hasta -3 EV, lo que supone una mejora de dos pasos con respecto la generación anterior. En efecto, no tuvimos problemas en enfocar en escenarios con poco luz, con resultados acertados y precisos.
A pesar el nuevo procesador, la nueva X-T3 se conforma con la misma sensibilidad máxima –ISO 12.800 nativos, IE 51.200 forzados– pero se incluyen nuevos algoritmos de reducción de ruido. Además, la sensibilidad base pasa de ISO 200 a ISO 160. Mejoras que parecen confirmarse en la práctica y que permiten acercar el rendimiento del captor APS-C X-Trans a otras cámaras de captor de mayor formato.
Aunque no hemos podido probarlo en esta ocasión, el vídeo es otro de los puntos donde más mejoras se han introducido para esta X-T3, como la posibilidad de grabar en 4Kp60 con salida de 10 bits 4:2:0, con tasas de transferencia de hasta 200 Mbps; en modo 4Kp30, estas tasas se pueden elevar hasta 400 Mbps, junto con el codec H265. También se ofrece compatibilidad con F-Log –y HLG en el futuro–, además del modo de simulación de película cinematográfica Eterna.
Conclusiones
Con un precio de salida 1.500 € –solo cuerpo, más bajo incluso que el de la X-T2 cuando salió a la venta–, Fujifilm ha realizado un considerable esfuerzo por ofrecer una cámara de altas prestaciones, que puede llegar a rivalizar con cámaras más onerosas. Si su predecesora ya era de por sí una cámara muy completa y equilibrada, de esta X-T3 solo podemos esperar mejoras de velocidad, procesado de imagen y autoenfoque, aunque para estos últimos aspectos deberemos esperar a realizar una prueba de campo más completa.
Sin embargo, su posicionamiento dentro de la propia marca es complicado, pues si bien el precio oficial de la X-H1 es de 1.900 €, esta puede encontrarse ya “en la calle” por 1.600 €, una cifra muy cercana a lo que se pide por la nueva X-T3. Esta última ofrece, sin embargo, una larga lista de mejoras con respecto al actual tope de gama de la firma japonesa, que incluyen mayor resolución, mejor autoenfoque, ráfagas más rápidas o mejor autonomía, e incluso, la posibilidad de grabar en 4Kp60. La X-H1, a su favor, dispone de una ergonomía más “profesional” –botón AF-ON dedicado, panel LCD, empuñadura más grande– y, sobre todo, del estabilizador en el cuerpo.
En el otro lado de la balanza, encontramos la X-T2, una cámara que solo cuenta con dos años en el mercado y que ofrece todavía una mejor relación precio/prestaciones, pues se puede encontrar ahora por poco más de 1.000 €. Las mejoras en el AF y las nuevas capacidades de vídeo –e incluso la pantalla táctil– pueden ser factores decisivos a la hora de inclinarse hacia una u otra opción.