Lady Meux, una aristócrata fascinada por Egipto
La actriz Valerie Susan Langdon se casó en secreto en 1878 con el empresario cervecero sir Henry Meux, ante la oposición de la familia de este que consideraba que la joven no tenía suficiente estatus para su noble marido, e incluso llegaron a acusarla de estar relacionada con la prostitución. Poseedora desde entonces de una gran fortuna, Valerie, con la aquiescencia de su marido, emprendió una remodelación de la casa familiar, en la que instaló una piscina, una pista cubierta de patinaje y un monumento conocido como Temple Bar, que era una de las puertas de acceso a la ciudad de Londres y que los Meux compraron para reinstalarlo en su propiedad.
Lady Meux fue también propietaria de caballos de carreras y llegó a pasearse por Londres montada en un carruaje tirado por cuatro cebras. Todo esto le hizo granjearse entre sus contemporáneos una fama de mujer excéntrica y frívola, a lo que también contribuyó su fuerte carácter. Se cuenta que el pintor James Whistler, quien la había inmortalizado en dos retratos, rompió el tercero tras una terrible discusión con la modelo tras una sesión de posado.
Pero Lady Meux destaca sobre todo por su faceta de coleccionista de arte egipcio: la aristócrata llegó a ser propietaria de más de 1.700 objetos. Su colección fue catalogada por el egiptólogo del Museo Británico Wallis Budge, al cual la unió una gran amistad. Pero curiosamente cuando Lady Meux quiso donar su colección a la prestigiosa institución, esta rechazó la generosa oferta. Una de las piezas de su colección y que hoy atesora el Museo Egipcio de Barcelona es un precioso anillo de cornalina con una imagen estilizada del enano Bes, protector del hogar.
La de Lady Meux es una de la cincuentena de interesantes historias de coleccionistas y anticuarios que conocerá el visitante de la exposición Pasión por el Egipto faraónico, que puede verse hasta el 31 de diciembre de 2018 en el Museo Egipcio de Barcelona. La muestra rinde homenaje, de este modo, a todos estos hombres y mujeres fascinados por el antiguo Egipto a través de un centenar de piezas que en su día les pertenecieron y que hoy forman parte de la colección permanente del museo.