Cómo el fraude publicitario se vuelve más difícil de prevenir por culpa de agencias falsas
La publicidad en internet, al menos cuando se deja su gestión en manos de algoritmos, se enfrenta a varios problemas, como bien se han ido demostrando durante los últimos meses con análisis, escándalos y declaraciones varias.
La publicidad programática ha mostrado problemas a la hora de controlar dónde se ven los anuncios y en qué escenarios se sirven, lo que supone una amenaza para las marcas y para su reputación, pero estos no han sido los únicos problemas a los que se han enfrentado durante los últimos meses. Otro de los elementos que quita el sueño a los responsables del presupuesto publicitario es el fraude. ¿Están apareciendo sus anuncios en páginas legítimas o en realidad están siendo simplemente pasto de los cibercriminales?
A lo largo de 2017 han ido saliendo a la luz diferentes campañas realizadas en diferentes escenarios, pero con un punto en común: los anuncios que se estaban pagando y que se estaban comprando en los ad exchanges, acaban en realidad en páginas que nadie está viendo y que son controladas por los cibercriminales.
De este modo, cada día se estaban perdiendo cantidades de dinero muy elevadas tanto para la industria de la publicidad, que está pagando por algo que en realidad no merece la pena, pero también la industria de los medios, que está perdiendo unos ingresos que van a parar a manos de los cibercriminales.
Pero, además, lo problemático en 2017 fue que los problemas con el fraude publicitario empezaron a salpicar a cada vez más y más apartados. Ya no se trataba solo de que los medios de comunicación de referencia empezasen a verse afectados por culpa de prácticas como el domain spoofing (que hace que los cibercriminales hagan creer a sus víctimas que están comprando publicidad en un site de referencia, cuando en realidad lo están haciendo en un site que ellos han creado con un dominio muy parecido), sino que además ellos mismos han llegado a servir anuncios maliciosos. La madeja del fraude publicitario online se hizo todavía más compleja y todavía más problemática.
La agencia fraude se trabaja su imagen
¿Qué es lo que ha hecho que las cosas se hayan complicado de este modo? La clave está en que los cibercriminales se han vuelvo mucho más eficientes y mucho más difíciles de detectar. De hecho, un estudio de una firma de seguridad, Confiant, acaba de identificar un consorcio de agencia de publicidad falsas a las que ha bautizado Zirconium.
Las agencias – un total de 28 – lograron solo en 2017 servir 1.000 millones de impresiones publicitarias fraudulentas y hacerlo además a través de webs legítimas. Según las estimaciones del estudio, sus anuncios llegaban al 62% de los sites monetizados con publicidad de forma semanal.
Lo lograban porque perfilaron muy bien su existencia para parecer seguras. Las agencias establecieron relaciones solventes con plataformas publicitarias legítimas y se crearon identidades solventes. Estas agencias falsas tenían una presencia real en internet, digna de cualquier agencia publicitaria decidida a hacerse un nombre. Contaban con webs corporativas y presencia en redes sociales. Por tener, hasta tenían directivos con perfiles en Facebook y en LinkedIn que alimentaban echando mano de bots.
Grandonmedia, una de las agencias a las que el estudio acusa de formar parte de la trama, cuenta con un perfil para su supuesto CEO, Ferdinand Konrad, en LinkedIn, al que ubicaba en una región de Alemania. Desde ArsTechnica han intentado contactar con ellos, pero no han respondido a sus mensajes.