Por qué 2018 será el año final de los anuncios en vídeo en autoplay con sonido
Si se le pregunta a los
consumidores por los formatos publicitarios que más odian y que les
resultan más pesados, es bastante probable que muchos de ellos
apunten un formato concreto. Lo más probable es que en las
respuestas se repita una y otra vez la publicidad en vídeo que
comienza a reproducirse sola en cuanto entramos en cualquier página
online que use el formato. Todos hemos tenido alguna vez esa
experiencia y todos sabemos lo frustrante que es. Se carga la página
que queremos visitar y, antes de que nos demos cuenta, de algún
lugar de la misma empieza a salir sonido. Un vídeo ha empezado a
reproducirse solo – y si estamos en algún lugar concurrido
posiblemente demasiado alto para nosotros… – y perderemos unos
cuantos minutos buscando dónde se encuentra para poder apagarlo.
La publicidad en autoplay
es un fenómeno molesto, al que recurren ciertos medios y ciertos
soportes online para poder servir impactos publicitarios a pesar de
que el consumidor – internauta no los quiera realmente recibir. La
idea parece un tanto cutre y, sin embargo, está presente en espacios
online de medio mundo y de todas las calidades. Los grandes medios no
son tampoco ajenos a este tipo de formatos publicitarios.
Y, por supuesto, no solo
este formato suele aparecer de forma recurrente en los estudios y
análisis sobre publicidad que los consumidores odian, sino que
también es una cuestión recurrente en las listas de formatos que
deberían ser prohibidos o que los grandes jugadores de la industria
querrían prohibir. Por ello, no sorprende descubrir que 2018 será
el año en el que este tipo de mensajes publicitarios mueran, porque
no les quedará más remedio que desaparecer por culpa de la presión
del mercado.
Esta es la conclusión que
llegan en AdAge,
ligada a los movimientos que van a realizar los navegadores. El
Chrome de Google (el, no olvidemos, líder del mercado de
navegadores) y el Edge de Microsoft van a acabar con los anuncios en
autoplay con sonido. Esta decisión está ligada a las
recomendaciones de la Coalition for Better Ads, que descubrió -
estudio mediante – que los consumidores odian especialmente los
anuncios que cambian de colores y son muy rápidos, los que ocupan
toda la pantalla antes de dejarte entrar en el contenido y, por
supuesto, los anuncios con sonido en autoplay.
Esos son los que a partir
del año que viene bloquearán de forma nativa los navegadores. En el
caso de Chrome, el bloqueo es ya una cuestión en firme. La compañía
ya ha anunciado sus planes para bloquear esa publicidad molesta.
Microsoft no lo ha dicho de forma oficial, pero las filtraciones
desde dentro así lo apuntan.
Lo que esto supondrá
El movimiento se espera
que logre hacer más felices a los consumidores y que por tanto haga
que los internautas dejen de usar de forma masiva (o al menos dejen
de hacerlo con tendencia al alza como ahora) los adblockers. Las
herramientas de bloqueo de publicidad han crecido de forma notable en
los últimos años y han ido acumulando más usuarios, lo que se ha
convertido en un serio problema para la industria online que vive de
la publicidad. Si no se sirven los anuncios, no hay ingresos.
Para los anunciantes, el
cambio es, como reconocen en el análisis en AdAge, un tanto
agridulce. Por un lado, esperan que este movimiento mejore la calidad
de la publicidad online y de los espacios que se les ofrecen, Por
otro, sin embargo, también temen que tenga un impacto en los
precios. Para los medios, finalmente, el movimiento podría ser un
grave problema para sus cuentas, ya que al final están perdiendo un
formato bastante lucrativo.