'9JKL' es una comedia obvia y facilona
Los que estábamos esperando que esta temporada pudiéramos disfrutar de un buen puñado de sitcoms entre los estrenos televisivos de este otoño podemos ir rebajando expectativas. No porque no haya ninguna buena (que, de hecho, la que toma la delantera es ‘The Mayor’, de la que intentaré hablar en unos pocos días) sino porque navegan en ese mar de la mediocridad y la facilidad del chiste ya superado hace tiempo.
CBS quiere continuar tendencias un poco ya pasadas en la comedia y lo demuestra con ‘9JKL‘, una sitcom familiar con la premisa de «miembro adulto que regresa al hogar materno» que hemos visto con múltiples variantes (mismamente en ‘Life in pieces‘ de esta misma cadena tenemos una) pero que en esta ocasión le ponen el giro de que Josh (Mark Feuerstein) se muda al apartamento contiguo al de sus padres tras haberse divorciado y quedarse en paro tras la cancelación de ‘Blind Cop’, la serie que protagonizaba.
Josh intentará adaptarse a su nueva situación vital, evitando que sus padres (Linda Lavin y Elliott Gould) se inmiscuyan demasiado y que su hermano y cuñada (David Walton y Liza Lapira), que viven también en la misma planta, le dejen también algo de privacidad. ‘9JKL’ está inspirada en la situación personal del propio Feuerstein, quien estuvo un tiempo viviendo de vecinos de sus padres junto a su esposa, Dana Klein, con la que cocrea la serie.
Es muy importante, a la hora de ver una comedia, tener un poco más de predisposición (incluso podríamos hablar de fe) que con un drama. Creo que es bastante más difícil hacer que una sitcom funcione a la primera, y por eso le di la segunda oportunidad con el segundo episodio, a pesar de que el piloto no invita a ello.
Si el episodio piloto de ‘9JKL’ es desastroso y cae demasiado en lo obvio, el segundo no lo hace mejor. Aquí sospecho que es porque, más allá de la premisa, la trama de ambos episodios (¿y del resto?) gira en torno a Josh intentando volver al mundillo de las citas mientras que su madre por un lado, y su hermano por el otro, tienen ideas diferentes sobre cómo debería proceder.
En este sentido la serie se convierte en un pequeño híbrido entre la comedia familiar (por la parte de los padres) y la de «colegas» (con su hermano). En este último aspecto se añade el portero del edificio (Matt Murray) y el insoportable niño (que, afortunadamente no aparece en el segundo episodio). El problema es que aun jugando con ingredientes de ambos subgéneros no logran dar con la tecla ni en un sentido ni en otro.
Quizás lo mejor de ‘9JKL’ sea su reparto. Y aún así sus interpretaciones son exageradas y exentas de todo atisbo de sutilidad. No ayuda nada el hecho de que el guion con que les toca lidiar sea directamente malo, recurriendo a lo fácil y la obviedad (en el segundo hay una subtrama con plátanos y no digo más, pero os podéis imaginar). Una serie que pasa directamente al rincón de las olvidables.
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‘9JKL’ es una comedia obvia y facilona
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Albertini
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