4 de cada 5 marcas han modificado su estilo para adaptarse al nuevo consumidor
Las marcas sometidas al gran consumo están obligadas a adaptarse al nuevo consumidor. Nuevos valores: honestidad, responsabilidad, transparencia, no invasión
Un estudio realizado por Grupo Corporalia, consultora de marketing e impresión, revela que 4 de cada 5 marcas han adaptado su logo, su imagen y sus establecimientos o páginas web para ser más atractivas y estar en sintonía con el consumidor.
Por si quedaba alguna duda de que el consumidor actual es radicalmente opuesto al de anteriores generaciones, desde Grupo Corporalia se he hecho un estudio de la evolución de 150 marcas de todos los sectores, conocidas y más pequeñas. La conclusión es que en los últimos 2 años el 85% de las marcas han cambiado el diseño de su logotipo.
Álvaro Canelo, Director de Grupo Corporalia explica, «La imagen corporativa es uno de los elementos, junto al nombre o eslogan, que definen a una empresa. Es la forma en la que se muestra al consumidor y lo que les diferencia de la competencia. En los últimos 12 meses son muchas las grandes marcas que han cambiado su imagen para adaptarse a los nuevos tiempos pero principalmente a los nuevos consumidores».
Banco Santander, Danone, Iberostar, Bayer, Mini, Endesa, Starbucks, .. son muchas las grandes compañías que han adoptado una nueva imagen y muchas más las que están trabajando en este cambio que veremos en los próximos meses. «No quedarse anticuado en una era en la que todo avanza muy deprisa es el temor de los responsables de las empresas», explica el director de Corporalia.
Sin duda uno de los elementos que más han marcado el cambio de los logos en las empresas viene dado por la disrupción tecnológica. El hecho de obligar a las empresas a adaptarse a todos los canales tanto online como offline y estar presente en múltiples soportes ha obligado a las compañías a modificar su identidad corporativa.
Para Grupo Corporalia hay una máxima que ha marcado estos cambios de imagen de las compañías: Sin duda las marcas sometidas al gran consumo están obligadas a adaptarse al nuevo consumidor: nuevos valores: honestidad, responsabilidad, transparencia, no invasión de la intimidad, conocer bien los gustos e intereses.
El consumidor de 2018
El perfil de consumidor actual ha obligado a las marcas a cambiar su forma en la que se relacionan. Se trata de un consumidor más concienciado con las acciones sociales. Muchas marcas se han vuelto más activas con causas como el medioambiente, la ecología, las emisiones de gases, la degradación de productos o el cuidado a los animales.
El consumidor de hoy exige a las marcas una responsabilidad y una honestidad que antes no se apreciaba. Prueba de ello son las diferentes campañas y cambios en la elaboración de alimentos o fabricación de productos.
Por otro lado, respecto a la forma de interactuar con el consumidor, hoy en día se es especialmente sensible a los abusos publicitarios. Es decir la relación agresiva de envío de promociones, ofertas, cartas, catálogos y demás servicios publicitarios están siendo sustituidos por una relación de atracción.
Los consumidores no quieren estar bombardeados cada día de publicidad. Buscan los productos. Por lo tanto son las marcas las que deben crear sistemas de atracción para ser fácilmente rastreables. La publicidad intrusiva ha dado paso al marketing de atracción.
Todo cambio de logo, imagen o identidad visual en general debe ser coherente. Si el cambio busca generar una nueva marca y el resultado no es satisfactorio es muy posible que el consumidor lo castigue. Existen cambios que fueron un fracaso como ocurrió hace años con GAP que tuvo que volver a su antiguo logo tras múltiples protestas de sus consumidores.
Las marcas ligadas al gran consumo son las que más se han visto obligadas a modificar su identidad visual, su imagen y sus logos para adaptarse a los gustos y hábitos de los nuevos consumidores. Su balance de pérdidas y ganancias depende de ello. En el lado opuesto están las empresas del mundo más corporativo o que se relacionan sólo con otras empresas. Estas no necesitan tanto depender del público consumidor.