19 películas de piratas más allá del Caribe
El estreno de ‘Piratas del Caribe: La venganza de Salazar’ (‘Pirates of the Caribbean: Dead Man Tell no Tales’, 2017) —película que mi compañero Mikel Zorrilla tacha de la mejor de las secuelas, mientras que críticos como Tonio L. Alarcón o Jorge Loser afirman que es una venganza contra el espectador— pondrá de nuevo en el punto de mira un tipo de cine que Gore Verbinski se encargó primero de homenajear y más tarde de despreciar.
Sólo esta saga mantiene vivo —es un decir— un (sub)género que vivió tiempos mejores, cuando el CGI no existía para cegar a los productores, y no se echaba mano de actores famosos para hacer el ridículo. Era otros tiempos, pero muchas de aquellas películas siguen siendo una muestra de gran, gran cine de aventuras. Sumerjámonos en otra de esas listas que tanto gustan y demandan, y surquemos los mares de todo el planeta con algunos de los mejores piratas que ha dado el cine.
‘El gavilán de los mares’ (‘The Sea Hawk’, Frank Lloyd, 1924)
Del director que sería recordado por otra aventura marina, la primera versión del famoso motín «a bordo», una película destacable, aunque poco conocida, dentro de la época silente. Un distinguido caballero inglés termina de esclavo y de ahí pasa a capitán pirata. Fue la película más taquillera de 1924, y teniendo en cuenta las películas de aquel año, es todo un logro. Cine por y para el pueblo.
‘La isla del tesoro’ (‘Treasure Island’, Victor Fleming, 1934)
Sin duda la mejor versión sobre el clásico de Robert Louis Stevenson, por parte de un director que comprendió como pocos el concepto de espectáculo en el séptimo arte. El Perry White de ‘Superman’ (íd., Richard Donner, 1978), Jackie Cooper, cuando contaba tan sólo doce años de edad, como antagonista/compañero de John Long Silver, al que da vida un inmenso Wallace Beery, logrando esa envidiable ambivalencia de ser al mismo tiempo temido y entrañable. Muy emotiva.
‘Capitán Blood’ (‘Captain Blood’, Michael Curtiz, 1935)
La película que lanzó a la fama a Errol Flynn, muy hija de su tiempo, remake de un film silente dirigido por David Smith y Albert E. Smith. La primera de varias películas que hicieron juntos Flynn y Havilland, que en este film no eran famosos, fue una gran apuesta para la Warner, que tiró la casa por la ventana en cuanto a producción. Todo un hito que supuso también la primera de muchas colaboraciones entre el actor y el director, quien tuvo que repetir varias escenas debido a lo nervioso que estaba Flynn por ser protagonista.
Primera banda sonora del mítico, y tan influyente en John Williams, Erich Wolfgang Korngold. Villano de altura por parte de Basil Rathbone, y duelo de espadas antológico, con un extraordinario uso de la fotografía por parte de Ernest Haller y Hal Mohr.
‘El halcón del mar’ (‘The Sea Hawk’, Michael Curtiz, 1940)
Cinco años después Flynn vuelve a repetir con Curtiz en un film con paralelismos con el anterior. Un bucanero es contratado por la reina Elizabeth I para enfrentarse a la Armada Española. Claude Rains y Brenda Marshall hacen de españoles, Flynn en su salsa, y nueva gran banda sonora de Korngold.
‘Piratas del mar Caribe’ (‘Reap the Wild Wind’, Cecil B. DeMille, 1942)
Del director que sostenía que una película debe empezar con un terremoto, y a partir de ahí hacia arriba, una de sus grandes aventuras, y un film del que Verbinski pilla no pocos elementos para sus films con Johnny Depp. Espectacular triángulo amoroso entre la impresionante Paulette Goddard con Ray Milland y un John Wayne alejado de sus caracterizaciones. Ganó un merecido Oscar a los efectos visuales.
‘El cisne negro’ (‘The Black Swan’, Henry King, 1942)
Una maravilla del nunca lo suficientemente bien valorado Henry King —autor de unos cuantos imprescindibles westerns— que ganó el Oscar a la fotografía, una maravilla de Leon Shamroy, que ganaba la primera de su cuatro estatuillas. Un ex-pirata —el maravilloso Laird Cregar— decide retirarse de su vida de delincuencia marina y ponerse al servicio de la ley acompañado de su fiel compañero (Tyrone Power). Amor con Maureen O´Hara y malvado a cargo del genial cínico George Sanders.
Ahora que se lleva lo del montaje en blanco y negro en películas como la última de Mad Max o Logan, ‘El cisne negro’ conoció una re-edición en blanco y negro en su momento.
‘El pirata y la dama’ (‘Frenchman´s Creek’, Mitchell Leisen, 1944)
De uno de los directores más elegantes de la historia, una de sus películas menos conocidas es esta historia de amor y aventuras entre una mujer británica —Joan Fontaine prestando su físico para un film de acción— y un pirata francés en la piel de Arturo de Córdova, quien tuvo que ponerse alza en los zapatos para poder ser más alto que la Fontaine.
‘Los piratas del mar Caribe’ (‘The Spanish Main’, Frank Borzage’, 1945)
Segundo título español que recoge las palabras «piratas» y «Caribe», y eso que en los originales no aparecen por ningún lado. El sensible, que no sensiblero, Frank Borzage, enfrentándose a una aventura pura y dura en alta mar. Maureen O´Hara demuestra de nuevo lo bien que le quedaba soltarse el pelo. Paul Henried surca el caribe convertido en pirata después de pertenecer a la ley, pero como siempre, el otro lado es más atractivo.
OJO, estamos ante la película que inspiró la atracción de Disney en la que precisamente se basa la saga iniciada por Verbinski.
‘El capitán Kidd’ (‘Captain Kidd’, Rowland V. Lee, 1945)
De un cineasta a reivindicar como Rowland V. Lee, una aventura marina inspirada parcialmente en hechos reales, los de un pirata escocés del siglo XVII. Charles Laughton hace otra de sus grandes interpretaciones, aquí enfrentado a Randolph Scott. La película es de dominio púbico desde 1972, años en el que los productores abandonaron los derechos.
‘El pirata’ (‘The Pirate’, Vincente Minnelli, 1947)
La única película musical de la lista, a cargo del especialista Minnelli y con Gene Kelly encargándose de las coreografías y de interpretarla. Una mujer —la también asociada al musical Judy Garland— sueña con un legendario pirata. Un cantante profesional se hace pasar por pirata para enamorarla, pero ella está prometida al ricachón de turno. Canciones de Cole Porter.
‘La mujer pirata’ (‘Anne of the Indies’, Jacques Tourneur, 1951)
Una de las obras maestras de su director, firmante de grandes títulos en prácticamente todos los géneros. Jean Peters se hacía con un personaje típico para un hombre, mostrando que era mucho mejor que sus compañeros masculinos; está espléndida en su papel. Impresionante estudio de personajes, secuencias muy violentas para la época y batallas navales antológicas.
‘La isla de los corsarios’ (‘Against All Flags’, George Sherman, 1952)
Triplete de Errol Flynn en la lista con una película perteneciente a la última etapa de su carrera, después de kilómetros y kilómetros y muchas, muchas fiestas —en las que dicen gustaba de entretener a sus invitados tocando el piano, y no precisamente con las manos—. Da vida a un oficial de la marina que se enfrenta a todo tipo de piratas en Madagascar. Atención al tráiler, en el que interrumpen una secuencia de acción.
‘El temible burlón’ (‘The Crimson Pirate’, Robert Siodmak, 1952)
Todo un clásico al que Verbinski rinde tributo en su primera entrega de sus piratas caribeños, concretamente el momento de andar bajo el agua con un bote dado la vuelta creándose una pequeña bolsa de aire. En un principio era una película de tono serio, pero Robert Siodmak cambió el guion en 48 horas y le aplicó un tono de comedia que le queda estupendamente. Burt Lancaster y su amigo Nick Cravat se lo pasan estupendamente, y con ellos el público.
‘El pirata Barbanegra’ (‘Blackbeard, the pirate’, Raoul Walsh, 1952)
No podía faltar en la lista una película de Raul Walsh —firmante de dos de las aventuras marinas más perfectas que dio el cine, ‘El mundo en sus manos’ (‘The World in his Arms’, 1952) y ‘El hidalgo de los mares’ (‘Captain Horatio Hornblower R.N.’, 1951)— uno de los mejores narradores cinematográficos que ha habido. Uno de sus fuertes en la impresionante interpretación de Robert Newton en su personaje central.
‘Los contrabandistas de Moonfleet’ (‘Moonfleet’, Fritz Lang, 1955)
Una película que los cahieristas defienden a muerte, y no es para menos. Una gozada absoluta con un Fritz Lang en plena forma después de tanto cine a sus espaldas. Se filmó en dos formatos, con ratios de 2.55 y 1.78, y el director se lució creando una atmósfera enrarecida y viciada por la que pululan personajes de lo más extraño. Stewar Granger es el mítico Jeremy Fox, personaje que no sale en el libro en el que se basa el film.
‘The Pirates of Blood River’ (John Gilling, 1962)
La mítica productora Hammer no sólo producía film de terro y/o fantástico. En su pleno apogeo abrió el abanico a todos los demás géneros, y ésta es una de sus muestras. El mejor Drácula que ha dado el cine metido en la piel de un pirata que, con su tripulación, no se detendrá ante nada por conseguir un preciado botín.
‘Viento en las velas’ (‘A High Wind in Jamaica’, Alexander MacKendrick, 1965)
Una impresionante película a la que se le da la vuelta a la situación. Un grupo de niños se esconden un barco pirata que previamente ha asaltado el suyo. Un estudio magistral sobre la maldad infantil en el que los piratas son los personajes por los que apiadarse. Terrorífica en algunos puntos. Colosales Anthony Quinn y James Coburn.
‘Piratas’ (‘Pirates’, Roman Polanski, 1986)
No se trata precisamente de una gran película, le pesan su exceso de ambición y presupuesto, pero tiene un punto a favor por intentar recrear aquella época tan lejana. El film proviene de un proyecto que el propio Polanski tenía en los años setenta para ser protagonizado por Jack Nicholson, a quien finalmente sustituyó Walter Matthau. Uno de los grandes fracasos de la historia, como otra de piratas, pero muy diferente, que se hizo diez años después.
‘La princesa prometida’ (‘The Princess Bride’, Rob Reiner, 1987)
Hola, mi nombre es Iñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir
No hace falta decir nada más.