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domingo, noviembre 24, 2024
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ZERØ OPTIK y el rediseño de las ópticas clásicas Baltar de Bausch & Lomb

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Una de las empresas de nueva cuña especializadas en el rediseño mecánico de ópticas cinematográficas y/o fotográficas clásicas –para su uso con los motores remotos actuales y con cámaras de cinematografía digital– más llamativas e interesantes del momento presente es ZERØ OPTIK. La dedicación y el buen hacer ininterrumpido de su fundador la ha situado a la vanguardia de las firmas de esta clase, a las que conviene prestar atención de cara al futuro.

Historia de ZERØ OPTIK

El origen de la compañía está íntimamente relacionado con el proyecto más personal de su iniciador. Alex Nelson nació en Nueva Jersey y, como buen hijo de una pareja de arquitectos, adquirió –sin esfuerzo aparente– gran destreza en la rama de la ingeniería especializada en el diseño asistido por ordenador (CAD) desde la adolescencia.

Bajo el hechizo y la inspiración de la gran cantidad de películas europeas a cuyas proyecciones podía asistir gracias a su cercanía a Nueva York –uno de los pocos lugares del país donde se puede acceder a ellas con regularidad–, Alex se entusiasmó de tal manera por el equilibrio entre el arte y la ingeniería, que decidió ampliar sus estudios en una escuela de cine –donde se graduó en dirección de fotografía–.

Alex Jones, fundador de ZERØ OPTIK.
Alex Jones, fundador de ZERØ OPTIK.

Tras finalizar sus estudios, comenzó a trabajar en una conocida empresa de alquiler de equipos cinematográficos neoyorquina –Technological Cinevideo Services (TCS)–. Animado por su pasión por la cinematografía, Nelson insistió en rodar gran cantidad de metraje sobre la arquitectura de la Gran Manzana. Su mayor pretensión era conseguir que el público se concentrara únicamente en los elementos esenciales de lo que estaba viendo –la luz, las sombras y las formas– y se olvidara de los detalles. 

Óptica pinhole 35 mm de ZERØ OPTIK.
Óptica pinhole 35 mm de ZERØ OPTIK.

En aquellos momentos, las cámaras de cinematografía digital comenzaron a ser lo suficientemente eficientes como para rodar con elevados valores de ISO a velocidades de filmación estándar. Alex se dio cuenta de que la mejor manera de lograr su propósito era basarse en los principios elementales de la fotografía estenopeica y fabricar la óptica pinhole de 35 mm mejor construida del mundo.

Fotograma de "A curious light on morningside" rodado con óptica pinhole 35 mm de ZERØ OPTIK.
Fotograma de “A curious light on morningside” rodado con óptica pinhole 35 mm de ZERØ OPTIK.

Al tratarse meramente de un diseño de agujero de alfiler con un diámetro microscópico como apertura del sistema, no contaba ni con partes móviles ni con ningún tipo de elemento óptico. De ahí que adoptara desde el principio el nombre de ZERØ OPTIK para su proyecto.

Baltar

Una vez conseguido su objetivo, la ambición de Alex no tardaría en llevarle un paso más allá. Mientras refinaba de forma constante su diseño de óptica pinhole, le ofreció un peculiar trueque a algunos de los ingenieros opto-mecánicos más destacados de la ciudad. Intercambiar sus conocimientos de diseño asistido por ordenador por consejos avanzados en el campo de la ingeniería opto-mecánica.

Su siguiente proyecto –mucho más complejo y satisfactorio que el original– fue tomando forma. La idea consistía en remodelar algunas de las ópticas de cine clásicas más apreciadas por coleccionistas y usuarios de las nuevas cámaras digitales. Su primera opción fueron las Cooke Speed Panchro, pero había ya tantas compañías ofreciendo ese servicio que los precios de las Cooke originales subieron por las nubes. De modo que Alex fijó su atención en las –mucho más escasas– Baltar de Bausch & Lomb.

John-Jacob Bausch y Henry Lomb.
John-Jacob Bausch y Henry Lomb.

Cuando se diseñaron –en la década de los treinta– las Baltar originales de Bausch & Lomb representaban la cúspide de la tecnología e ingeniería óptica estadounidense del momento. La compañía, fundada en 1853 por John Jacob Bausch como una tienda óptica en Rochester, con la ayuda de 60 dólares que le prestó su amigo –y posterior socio– Henry Lomb, creció a buen ritmo durante el inicio del siglo XX gracias –entre otras cosas– a la producción de ópticas en cooperación con Zeiss.

Bausch y Lomb eran inmigrantes alemanes. La llegada de la Primera Guerra Mundial, supuso la ruptura del acuerdo entre las firmas y el desarrollo de productos netamente estadounidenses desde ese momento. La aparición de las Baltar aconteció con la segunda generación de la familia ya al mando.

Bausch & Lomb Baltar 100 mm T2,3.
Bausch & Lomb Baltar 100 mm T2,3.

Sus características técnicas son únicas. Cuentan con alta resolución y contraste y con una caída de luminosidad muy agradable en las esquinas. A pesar de incorporar revestimientos de una sola capa –que representaban un gran avance en la época–, resisten las veladuras sorprendentemente bien, incluso con fuentes de iluminación puntuales frente a la óptica. Todavía más interesante resulta el hecho de que poseían una estética mucho más consistente que ningún otro juego de aquellos años –e incluso más que sus notorias herederas de finales de los sesenta: las Super Baltar–.

Juego completo de ZERØ-OPTIK B&L Baltar.
Juego completo de ZERØ-OPTIK B&L Baltar.

La determinación de Alex Nelson coincidió con su mudanza a Los Ángeles, donde consiguió un empleo a tiempo completo en Duclos Lenses –una de las mejores empresas de alquiler, reparación, mantenimiento y rediseño de ópticas del mundo–. Su propietario –Matthew Duclos– no sólo permitió a Nelson invertir tiempo de trabajo en el desarrollo de su proyecto personal, sino que además le animó a ello.

La finalidad de todo ese esfuerzo era aprovechar las Baltar de primera generación –que se ofrecían sobre todo en distancias focales de 25, 30, 35, 40, 50, 75 y 100 mm–. Para tener la más mínima oportunidad de éxito con el rediseño mecánico era necesario un nivel de precisión y de recursos de ingeniería particularmente elevado, lo que las hacía menos interesantes para la potencial competencia que las Speed Panchro de Cooke o las propias Super Baltar. Sus peculiaridades ópticas, además, son prácticamente imposibles de replicar con elementos actuales.

Detalle del elemento frontal de una ZERØ-OPTIK B&L Baltar 50 mm T2,5.
Detalle del elemento frontal de una ZERØ-OPTIK B&L Baltar 50 mm T2,5.

En pocos años, Alex refinó el diseño de sus elementos mecánicos para las Baltar. Encontró zonas para reducir la pérdida de movilidad, mejorando el alineamiento axial y reduciendo el tamaño y el peso del conjunto.

El mecanismo de enfoque está basado en levas y no es lineal. Proporciona así marcas de enfoque consistentes y con distancias igualadas, así como un ángulo de rotación de 300º en todas las distancias focales. El núcleo óptico recibió una nueva cubierta, que luego se emparejó a un chasis más grande y robusto permitiendo acomodar el movimiento de enfoque en su integridad–.

También se agregaron muchas prestaciones estandarizadas en la industria actual, como la sobrecubierta de aluminio aeroespacial 7075, la montura PL de acero inoxidable 316 y el diámetro frontal de 95 mm. Una de las pocas desventajas de utilizar las Baltar originales como base, es que las distancias focales angulares no se pueden utilizar con cámaras de cine clásicas con visor óptico –y con el consiguiente mecanismo de espejo réflex–, aunque su uso en el mercado cinematográfico actual es muy reducido.

ZERØ-OPTIK B&L Baltar 40 mm T2,5. Gordon Willis empleó las baltar de esta distancia focal en "El Padrino" (Francis Ford Coppola, 1972) porque la distancia correspondiente de las Super Balter (que empleó en el resto de distancias focales) aún no estaba disponible.
ZERØ-OPTIK B&L Baltar 40 mm T2,5. Gordon Willis empleó las baltar de esta distancia focal en “El Padrino” (Francis Ford Coppola, 1972) porque la distancia correspondiente de las Super Balter (que empleó en el resto de distancias focales) aún no estaba disponible.

El juego completo está compuesto por ocho distancias focales – a las 25, 30, 35, 40, 50, 75 y 100 mm –inicialmente previstas– se le ha sumado una 152 mm, que también formaba parte del juego original pero era más difícil de rediseñar–. Las primeras siete cuentan con una apertura máxima de diafragma uniforme –de T2,5– mientras que la 152 mm abre hasta T3,2.

Como es lógico, los anillos de enfoque y diafragma se mantienen en idéntica posición en toda la gama. Las marcas de enfoque se pueden solicitar en sistema métrico o en esa –inserte aquí su exabrupto salvaje favorito– de sistema de medida llamado imperial. Todas las ópticas cubren sensores de Super 35. Las distancias focales de 40 mm en adelante cubren también sensores de formato completo y VistaVision.

Galería de distancias focales disponibles de las ZERØ-OPTIK B&L Baltar, con sus correspondientes precios en el momento de escribir este artículo
Galería de distancias focales disponibles de las ZERØ-OPTIK B&L Baltar, con sus correspondientes precios en el momento de escribir este artículo

Es muy importante destacar, que ZERØ OPTIK no se hace cargo de encontrar las ópticas de base y que es el cliente quien tiene que suministrarlas. Nelson está en contacto con una empresa externa –que se dedicará en exclusiva a la búsqueda de ópticas originales– para llegar a un acuerdo que facilite la tarea a los usuarios finales en el futuro próximo, pero este proceso seguirá funcionando de manera ajena a ZERØ OPTIK. Por ahora, las Baltar originales siguen siendo bastante económicas y el producto terminado también.

Otros rediseños

La joven empresa también ofrece rediseños especiales para cine de la mítica Angénieux Type M1 50 mm T1 –con un diafragma nuevo de 16 palas y distancia mínima de enfoque de 23 mm, lo que la convierte en una óptica ideal para efectos visuales dado su bokeh realmente único– y de la Noct-Nikkor 58 mm T1,3 de Nikon, diseñada originalmente para astrofotografía.

ZERØ-OPTIK Angénieux Type M1 50 mm T1 (F/0,95).
ZERØ-OPTIK Angénieux Type M1 50 mm T1 (F/0,95).

Nikon puede parecer una extraña elección para una conversión a óptica de cine –dado el absoluto desinterés de la firma nipona por este mercado en los últimos 20 años– pero conviene recordar que gran parte del trabajo de efectos visuales que se realizaba en los años 70 –en formato VistaVision– se rodaba con ópticas Nikon.

ZERØ OPTIK Nikon Noct-Nikkor 58 mm T1,3.
ZERØ OPTIK Nikon Noct-Nikkor 58 mm T1,3.

En ambos casos, se trata de las primeras distancias focales de futuros juegos completos que cubrirán sensores de “formato completo”.

Las 16 palas de diafragma de la ZERØ OPTIK Angénieux Type M1 50 mm T1.
Las 16 palas de diafragma de la ZERØ OPTIK Angénieux Type M1 50 mm T1.

Se espera que –en breve– también cuenten con rediseños exclusivos de las Leica R. De todos estos nuevos rediseños hablaremos en futuros artículos.



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