A lo largo y ancho del globo hay centenares de empresas especializadas en una tarea muy particular: el rediseño mecánico de ópticas cinematográficas y/o fotográficas clásicas para su uso con los motores remotos actuales y con cámaras de cinematografía digital. Su crecimiento exponencial ha generado tanto interés, que algunos de los fabricantes originales aún existentes han decidido fabricar reediciones actualizadas de algunos de los modelos más reutilizados –como es el caso de Cooke con sus excelentes Panchro/i Classic, que dejan en pañales a las miles de versiones actualizadas que abundan de sus Speed Panchro S2–.
La mayoría de las pequeñas empresas que acometen estas “restauraciones” comienzan como tiendas de reparación y mantenimiento de objetivos cuya garantía expiró hace décadas. Algunas también se atreven a realizar conversiones mecánicas de los barriletes o de las monturas. Unas pocas se deciden a crear su propia marca, a partir de elementos ópticos añejos de antiguas ópticas veneradas por los directores de fotografía y aficionados. Entre estas últimas Whitepoint Optics ocupa un lugar destacado en el mercado actual.
El origen de Whitepoint Optics
A diferencia de otras compañías similares, Whitepoint Optics no nació a partir de la idea de un grupo de ingenieros ópticos o mecánicos con décadas de experiencia en alguno de los mercados cinematográficos más saturados del mundo. Nada más lejos de la realidad. Esta es la historia de dos socios poco comunes en semejante modelo de negocio, muy jóvenes y residentes en Finlandia –país con una producción habitual de poco más de una treintena de largometrajes anuales, y algo menos de noventa si incluimos los documentales–. Jussi Myllyniemi es colorista y productor. En la actualidad ejerce las funciones de jefe de producto de la firma en Helsinki.
La fabricación de ópticas es sólo una división dentro del entramado de la empresa. Whitepoint proporciona servicios de producción, etalonaje y post-producción. Aleksis Pillai, por su parte, es el consejero delegado. Ambos siguen etalonando metraje a diario, debatiendo sobre el aspecto final de las imágenes con directores de fotografía y hablando sobre colorimetría constantemente.
Explicar cómo han progresado de ser dos colegas que, según sus propias palabras, “agonizaban” día tras día discutiendo sobre aspectos de la imagen, LUT, estilos y color a llegar a preguntarse a sí mismos “¿por qué no nos lanzamos a la fabricación de ópticas?” puede no resultar sencillo. Pero ellos tienen un argumento extrañamente lógico para justificarlo. “Contamos con la inestimable ayuda de los largos inviernos finlandeses y de las eternas noches blancas sin poder salir a la calle para pensar en todo lo imaginable” –asegura Myllyniemi, socarrón.
El germen de la idea, no obstante, no surgió como consecuencia de pasar muchas horas inactivos. Todo lo contrario, de hecho. Jussi es un aficionado habitual a las carreras de larga distancia. Ha compartido muchos maratones con su amigo Timo Alatalkkari, que había sido el jefe de una óptica –que también reparaba objetivos– durante los anteriores quince años.
Myllyniemi le preguntó a Timo si podía realizar un trabajo de reconstrucción de la parte mecánica de unas ópticas para Aleksis y él respondió que por qué no. En la industria del país nórdico, Timo tiene la reputación de no decir nunca que no. Ha trabajado en microscopios, objetivos de cámara y ópticas industriales indistintamente durante años. Las nuevas aventuras no le asustan y acabaría convirtiéndose en el jefe técnico de ópticas de la flamante empresa.
En esta ocasión, los tres amigos realizaron un extenso programa de investigación previa antes de tirarse a la piscina. Hablaron con muchos directores de fotografía para averiguar qué buscaban en una óptica. La respuesta más común fue que ansiaban contar con un juego de objetivos que “le agregara más vida a las imágenes”. Jussi quería formar parte de este nuevo empeño porque, como colorista, trabaja todo el tiempo con directores de fotografía y los escucha hablar de las ópticas que utilizan y de los estilos que están buscando. Le pareció que todo ello tenía que ver con tres aspectos fundamentales: el aspecto de la imagen, la aproximación artística a la misma y la excelencia técnica. Era necesario, además, satisfacer a nivel creativo los sueños y deseos estéticos de sus potenciales clientes.
De esta manera fundaron Whitepoint Optics. La estrategia es muy clara. Cuentan con un representante que adquiere ópticas vintage de Hasselblad –de la etapa en la que fueron diseñadas por ZEISS– por todo el mundo. Luego seleccionan las mejores, extraen los elementos ópticos y se deshacen del resto. Construyen conjuntos mecánicos desde cero y modifican las ópticas.
El mecanismo es una combinación de levas y helicoidales. Los topes finales de acero inoxidable son extremadamente robustos. Se da la particularidad, además, de que no cuentan con cuñas. La escala de enfoque se ajusta aflojando cuatro tornillos. Myllyniemi no disimula su orgullo por el producto final: “Siempre me ha fascinado el cine. Dirigí un pequeño festival de cine en Finlandia durante años. Siempre he tratado de mirar hacia adelante. Fabricar las herramientas adecuadas para todo el mundo es otra manera de democratizar el arte”.
Ópticas TS70
Como ya hemos avanzado, la base de la oferta de Whitepoint Optics es la reconversión de ópticas de formato medio fotográfico Hasselblad/ZEISS –de la mítica serie V– en objetivos cinematográficos de “gran formato”.
Los elementos ópticos de aquellas ópticas se fabricaron desde 1979 hasta 1989 –de hecho, ya se emplearon como recurso para ópticas de cine en la serie que ARRI diseñó para su ARRIFLEX 765 de 65 mm y que sigue estando disponible para la ALEXA 65 actual–.
Las Whitepoint TS70 conforman un pequeño juego de ópticas fijas con distancias focales de 30, 40, 60, 80, 100 y 120 mm. La empresa ya está trabajando en futuras ópticas de 150, 250 y 500 mm.
Por descontado, cubren perfectamente los sensores de cámaras de gran formato como las ARRI ALEXA LF y ALEXA 65, la Canon CINEMA EOS C700 FF, la Panavision DXL2, la Sony Venice y la RED Monstro 8K VistaVision. El círculo de imagen es de nada menos que 82 mm de diámetro. La montura trasera es desmontable e intercambiable. Los objetivos ya están disponibles con monturas PL, EF y E y próximamente también lo estarán con la –inevitable– montura LPL.
Todas las TS70 cuentan –por el momento– con un diámetro frontal de 114 mm. Los anillos de enfoque y diafragma están situados en idénticas posiciones en cada objetivo. Tanto los barriletes como los componentes mecánicos internos están primorosamente construidos y son muy robustos. El aspecto de la imagen es bastante nítido, pero con texturas y tonos de piel agradables y suaves.
Whitepoint Optics también proporciona un mecanismo basculante y descentrable para cada óptica –de ahí el nombre de TS70, Tilt & Swing para las iniciales y 70 para evocar el gran formato de cine–. El ángulo máximo de basculación o descentrado es de 9º y no produce viñeteo. El procedimiento de bloqueo y desbloqueo es muy sencillo.
Por el momento, las ópticas de Whitepoint ya se han utilizado en varias películas de Netflix y en gran cantidad de publicidad –tanto en Europa como en EE.UU–.
La semana pasada anunciaron un acuerdo para proporcionar ópticas TS70 a la cámara Magellan de película de 65 mm de la firma danesa Logmar. Es de esperar que sigamos oyendo hablar de ellos en el futuro próximo.